La gripe es una enfermedad viral producida por el virus de la influenza. Este virus tiene distintas variantes y presenta mutaciones, por lo que las vacunas deben ser actualizadas todos los años.
Al contrario de lo que ocurre con el resfrío, los síntomas que causa son más marcados. Los más frecuentes son los siguientes:
· Fiebre alta
· Congestión nasal con bloqueo
· Dolores musculares (llamados mialgias)
· Dolores en las articulaciones (llamados artralgias)
· Fatiga
· Tos
· Cefalea
· Debilidad
· Molestia en el pecho
Se conocen cuatro tipos de gripe (influenza A, B, C y D). Se trata de una afección viral que se transmite muy fácilmente de persona a persona; el contagio se realiza por las gotitas de Flügge (pulverización a través del habla, al toser, o al estornudar).
Los subtipos más frecuentes de virus A que actualmente están en circulación entre los seres humanos y se incluyen cada año en la vacuna antigripal son el A(H1N1), causante de la gripe porcina, y el A(H3N2), conocido como gripe australiana. Además, en la vacuna se incluye también una cepa de virus B. Estos virus son más agresivos y dañinos que el resto, predominan en aves salvajes y se transmiten a través de distintas especies de animales, incluyendo a los seres humanos. Además, muta con especial facilidad, lo que dificulta que nuestro organismo desarrolle inmunidad.
El virus A es el principal causante de las epidemias que se producen cada año. Los virus tipo A se dividen en subtipos según la presencia de dos proteínas (antígenos principales) de la superficie del virus. Estas proteínas se denominan hemaglutinina (H) y neuraminidasa (N) y forman las espículas que se insertan en la envoltura del virus. Los virus gripales B y C, sin embargo, presentan menos rango de variación y no reciben denominaciones de subtipo.
La gripe puede afectar a personas de cualquier edad, aunque es más grave en caso de presencia de enfermedades concomitantes o enfermedades crónicas. Las personas más vulnerables son los adultos mayores, ya que en esta etapa de la vida disminuyen las defensas. Este proceso se denomina inmunosenescencia. En algunas oportunidades, este cuadro en los adultos mayores puede complicarse con alguna bacteria y dar lugar a una neumonía que puede llegar a requerir internación. Es importante tener en cuenta que, este año, la gripe se adelantó y afecta a los niños en mayor proporción.
Las recomendaciones son las mismas que para cualquier infección viral y son evidentes las similitudes con las medidas de prevención que ya conocemos y aprendimos para evitar la infección por el nuevo coronavirus.
Las medidas de prevención para la infección por el virus de la gripe son las siguientes:
· Lavado de manos frecuente
· Estornudar o toser en el pliegue del codo, o en un pañuelo de papel y desecharlo
· Limpiar las superficies que tocan los enfermos
· Lavar los utensilios con detergente
· Hacer reposo y cumplir con el aislamiento durante por lo menos siete días, para minimizar los contagios
Momento de las vacunas
La gripe estacional infecta a millones de personas, pero desde hace varios años contamos con una herramienta muy buena que es la vacuna antigripal. Esta solo causa ligeras molestias como un leve dolor en el lugar de aplicación en el brazo y, en el caso de ser diestro se sugiere la aplicación en el brazo no útil. En muy contadas ocasiones, pueden aparecer algunas líneas de fiebre y dolor muscular, que ceden en el curso de las 48 horas posteriores a la vacunación.
La vacuna antigripal es muy segura, está elaborada con virus inactivos. Por esto, es importante desterrar el siguiente mito que dice que “si la persona se vacuna, tiene mayor riesgo de tener gripe”.
Las indicaciones de la vacunación antigripal son las siguientes:
· Adultos mayores de 65 años
· Niños entre 6 y 24 meses
· Todas las mujeres embarazadas, porque pueden sufrir más complicaciones y, al vacunarse, también protegen al recién nacido
· Puérperas (la vacuna se administra dentro de los 10 días posteriores al alumbramiento)
· Personas con los factores de riesgo antes mencionados
· Todos los profesionales de la salud, para evitar la transmisión a los pacientes
La vacunación es, junto con las medidas de higiene, el medio más eficaz para prevenir la gripe.
Se debe recordar que las vacunas contra la gripe y contra el coronavirus son compatibles y, por lo tanto, se pueden aplicar de manera conjunta.
Dra. Stella Maris Cuevas MN: 81701. Médica otorrinolaringóloga - Experta en olfato – Alergista Expresidenta de la Asociación de Otorrinolaringología de la Ciudad de Buenos Aires (AOCBA)
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