Una persona trans es alguien que tiene una identidad de género, que adoptó en la niñez, la adolescencia o la edad adulta, diferente al género asignado al nacer. Dentro de las minorías sexuales, es un grupo de la población que suele sufrir discriminación y estigmas desde edad temprana. Según un reciente estudio, el 66% de los varones trans y personas no binarias sufrieron situaciones de maltrato durante una consulta médica, y aunque más de la mitad tiene acceso a una cobertura de medicina privada, prefieren el sistema público por considerarlo más inclusivo.
Los datos se desprenden del estudio “Estado de salud y factores asociados en masculinidades trans y personas no binarias de Argentina (ESTHAR)”, realizado por la Fundación Huésped y la Asociación de Travestis, Transexuales y Transgéneros de Argentina (ATTTA). De la investigación participaron 415 varones trans y personas no binarias. Las entrevistas abarcaron distintos aspectos en relación al acceso a la salud, salud sexual y reproductiva, identidad de género y expresión social de género, abandono del hogar y deserción escolar y situaciones de abuso y violencia. El relevamiento se hizo entre mayo y septiembre de 2019.
Respecto al acceso a la salud, el estudio reveló que el 66% de los participantes reportó haber vivido situaciones de discriminación o un trato negativo relacionados con su identidad de género en los servicios de salud.
Debido a esta situación, 7 de cada 10 evitaron realizar consultas sobre salud sexual y reproductiva por temor a experimentar discriminación, rechazo o estigma por su identidad de género.
A pesar de que más de la mitad de las personas encuestadas declararon tener una cobertura de salud prepaga u obra social, la mayoría optaron por la atención en los servicios públicos de salud.
Según el informe, esto se debe, posiblemente, a la presencia de mayor disponibilidad de servicios inclusivos dentro del sistema público. Sobre este punto, Inés Aristegui, coordinadora de Investigación Social y Participación Comunitaria de Fundación Huésped, destacó que “es necesario formar a profesionales de la salud para que puedan brindar una atención ajustada a las necesidades de la población de masculinidades trans e identidades no binaries”.
Situaciones de violencia tempranas
En estudio también indagó en la realidad social y familiar de los participantes: en relación al abandono del hogar, el 53,5% de los participantes indicó que abandonó su casa en la adolescencia. El motivo principal estuvo relacionado con su identidad de género: 48,5% por experiencias de discriminación debido a su identidad de género y 35,6% por cómo se sentían con su identidad.
La escolaridad de las personas trans también es un camino difícil, el 33,7% refirió haber abandonado la escolaridad en la adolescencia por motivos asociados a experiencias de discriminación debido a su identidad de género (16,4%) y a cómo se sentían con su identidad (15,7%).
Prevención y salud sexual
Al ser consultados sobre las prácticas de prevención, 6 de cada 10 participantes no usó ningún método de protección contra el VIH/ITS (virus de inmunodeficiencia humana e infecciones de transmisión sexual). Según las personas participantes, los motivos principales para no cuidarse fueron: contar con pareja estable, confiar en ella y testearse mutuamente.
Esto sugiere dos puntos: que esta población exhibe una alta exposición a adquirir VIH y otras infecciones de transmisión sexual (ITS) y que esta exposición parecería ser subestimada por la misma población. Además, se evidenció un desconocimiento elevado sobre las estrategias de prevención del VIH. Por ejemplo, 6 de 10 masculinidades trans y personas no binarias no sabían que indetectable es igual a intransmisible, en relación con el VIH.
“Sobre este punto se destaca que 8 de cada 10 participantes mencionó haber sufrido acoso escolar. Por esto insistimos en la necesidad de la implementación efectiva de la educación sexual integral (ESI). Es importante trabajar por y con las infancias y adolescencias trans, colaborando desde el inicio en la reducción del estigma y discriminación”, agregó Ivan Puhlmann integrante de la Asociación de Travestis, Transexuales y Transgéneros de Argentina (ATTTA).
En lo que respecta a las situaciones de violencia y abuso sexual, el 58,6% de los encuestados indicó que sufrió violencia familiar y el 58% por parte de alguna pareja. Además, el 60% indicó haber sufrido alguna experiencia de abuso sexual alguna vez en su vida. De estos, casi la mitad (48%) durante la niñez, el 42,4% en la adolescencia y el 11,6% en la adultez.
Para participar del estudio, los voluntarios debía tener más de 16 años, reportar género asignado al nacer femenino e identificarse con alguna de las identidades del espectro de las masculinidades trans (por ejemplo: hombres o varones trans, transmasculinos, no binaries u otras denominaciones) al momento de participar. El 50,1% se identificó como hombre trans, 20,7% como hombre, 15,4% como identidad no binarie y 13,7% transmasculino. La edad mediana fue 23 años.
A la vista de estos resultados, el informe realizó una serie de recomendaciones para abordar la problemática y fomentar la inclusión. Desde Fundación Huésped, Aristegui destacó que “es necesaria una implementación efectiva de la educación sexual integral (ESI), formar profesionales de la salud con una perspectiva integral e incluir e implicar a la población en todas las acciones de prevención y cuidado”.
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