Para algunos parece que fue ayer y para otros, estos últimos dos años significaron una eternidad. El martes 3 de marzo de 2020, el entonces ministro de Salud de la Nación, Ginés González García y su par de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Fernán Quirós, dieron a conocer el primer caso confirmado de COVID-19 en la Argentina. Se trataba de un hombre de 43 años, que había estado entre el 19 al 21 de febrero en Milán y entre 22 y 29 del mismo mes en otras ciudades de Italia y España y había ingresado al país el 1 de marzo, fecha en la que realizó la consulta médica al presentar fiebre, tos y dolor de garganta.
Esta semana se cumplieron dos años del comienzo de la pandemia en el país. Y 8.921.536 casos y 126.531 muertes después, la Argentina se encuentra en la salida de lo que fue su tercera ola, con la variante Ómicron del SARS-CoV-2 como responsable del brote.
Con 93.937.499 dosis de alguna de las vacunas autorizadas de emergencia en el país, 40.388.341 de personas iniciaron su esquema de vacunación, de las cuales 36.466.112 lo completaron. Además, 3.039.470 recibieron una dosis adicional y 14.043.576 de personas fueron vacunadas con dosis de refuerzo, según los últimos datos disponibles en el Monitor Público de Vacunación, el registro online del Ministerio de Salud que muestra en tiempo real el operativo de inmunización en todo el territorio argentino. 9.219 fueron los nuevos casos reportados de coronavirus a nivel nacional al momento del cierre de esta nota, de los cuales 950 corresponden a la Ciudad de Buenos Aires.
1- Con esa cifra, casi un tercio de la población porteña tuvo COVID-19. Según la Unidad de Datos de Infobae, los positivos acumulados alcanzaron ayer 1.001.035 de casos, lo que equivale al 33% con relación a la población total del territorio porteño.
2- En los últimos 15 días, hubo un promedio de 4.254 casos confirmados en el interior del país, lo que significa un descenso del 57% en dos semanas, sin tener en cuenta CABA ni la provincia de Buenos Aires.
En PBA, el promedio de nuevos casos diarios en los últimos 15 días fue de 4.056, esto es, una baja del 51%, mientras que en la la Ciudad de Buenos Aires, el promedio en los últimos 15 días de nuevos casos diarios fue de 911, lo que representa una baja del 54%.
A nivel país, en tanto, el promedio de las últimas dos semanas es de 9.222 nuevos casos diarios, lo que implica que en ese lapso los contagios bajaron el 52%.
3- Con 34.379.641 testeos totales y una media móvil de 40.432 test diarios, la positividad acumulada es de 26%. Y la de ayer viernes fue de 16%, si bien descendió respecto del pico de Ómicron, todavía se ubica por encima del 10% recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El organismo recomienda mirar esta variable para evaluar si la definición de caso sospechoso y la cantidad de rastreos de contactos es suficiente.
En opinión del doctor en física, investigador del Conicet y secretario de Planeamiento de la Universidad Nacional de Hurlingham, Jorge Aliaga, “la positividad no depende sólo de la cantidad de testeos sino de cuál es la incidencia real (más allá de la observada)”. “La incidencia real ha bajado, y por lo tanto baja la positividad, aún testeando menos”, aseguró.
En ese sentido, explicó: “La incidencia real sería la cantidad de contagiados en relación con la cantidad de habitantes, mientras que la incidencia observada es la cantidad de confirmados en relación a la cantidad de habitantes”.
4- Hoy todavía la incidencia de los nuevos casos de coronavirus es diez veces mayor que en el mínimo de octubre, y con una razón de casos que si bien es menor que 1 (la incidencia sigue bajando) está subiendo. Es decir, los casos bajan, pero cada vez más lento (más lento que lo que venía bajando con la bajada exponencial).
Para Aliaga, la explicación a ese dato está dada por “la mayor actividad y los pocos cuidados”.
Según observó el médico infectólogo Roberto Debbag (MN 60253), “la Argentina está en un periodo de baja de la intensidad de la transmisión, y eso es debido probablemente a la alta tasa de infectados por Ómicron y de vacunados con esquema completo”.
Y agregó: “Un reciente estudio publicado en los EEUU estima que de los 74 millones de infectados que se registraron en ese país, posiblemente hayan sido el doble. Por eso se puede deducir que en la Argentina y en la Ciudad de Buenos Aires, posiblemente se haya llegado a más del 50% de la población infectada con Ómicron”.
5- La ocupación de camas de Unidad de Terapia Intensiva (UTI) es de 8,34%, con un total de 1.076 internados hasta ayer. Y una media de menos 44 personas diarias, esto es que, en promedio, en la última semana fueron dadas de alta 44 personas por día de cuidados intensivos.
6- En los últimos siete días hubo un promedio de 10.932 recuperaciones diarias. En la mirada de la médica especialista en terapia intensiva Carina Balasini (MN 104407), “están ingresando muy pocos pacientes y todavía están internados pacientes crónicos”.
“Se trata de las personas con enfermedades de base, que ya sabíamos que la salida de la terapia intensiva se iba a prolongar entre uno y dos meses”, apuntó la subtitular de la Regional CABA y Gran Buenos Aires de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (Sati), quien agregó que “además, están pasando muchos pacientes de UTI a continuar su recuperación en sala común”.
Para el médico infectólogo y miembro de la Comisión de Vacunas de la Sociedad Argentina de Infectología (Sadi), Francisco Nacinovich (75.823), “sería interesante conocer cuántos de los que están internados están vacunados, si tienen esquema completo o alguna dosis pero esos datos no se pueden cruzar”.
7- La media móvil de muertes en el país (sin contar CABA y PBA) es de 94 muertes, según los datos provistos a diario por el Ministerio de Salud de la Nación. En tanto, la provincia de Buenos Aires acumula el 38,73% de las víctimas fatales.
“Esos datos se desprenden del parte diario, pero lo importante es saber cuándo murieron las 142 personas informadas ayer. ¿En la última semana? ¿O un 30% murió hace 25 días?”, evaluó Aliaga, quien consultado sobre si el COVID sigue siendo la principal causa de muerte en el país, destacó: “Por supuesto, aquí influyen factores como las edades de la población (en CABA hay de mayor edad), las condiciones socioeconómicas (en el GBA son peores), etc. Y, depende también de si en cada provincia registran como COVID todas las muertes por COVID. Eso sólo se puede saber al año siguiente, cuando se vea si lo que no fue asignado a COVID se condice con los números de siempre”.
8- De las 102.288.690 dosis de vacunas distribuidas, 93.937.499 fueron aplicadas, y 8.351.191 están en stock.
9- El 79% de la población argentina tiene dos dosis de alguna de las vacunas disponibles para prevenir el COVID-19. Y sólo 37% tiene su dosis de refuerzo o adicional. Desde marzo, las personas inmunocomprometidas que recibieron una dosis adicional a partir de noviembre, recibirán una cuarta dosis para reforzar la protección de sus sistema inmune. A este grupo se suman los mayores de 50 años que recibieron la vacuna de Sinopharm.
10- En el país, 5.420.406 no iniciaron su esquema de vacunación. “La vacunación está bajando desde hace semanas. Pareciera que ya es muy difícil llegar a los que faltan”, opinó Aliaga.
11- 4.215.539 de personas que se aplicaron su primera dosis, no se acercaron a recibir la segunda.
El médico infectólogo Lautaro De Vedia (MN 70640) observó “hay un 20% de la población que no se vacunó. No es tanto si se compara con otros países pero sin duda que el objetivo es que ese número se reduzca”. Para el experto del Hospital Muñiz y ex presidente de la Sadi, “es un ‘empujoncito’ lo que falta; el plan fue bueno pero hay que dar ese pequeño salto”.
12- 19.089.756 de personas esperan por la dosis de refuerzo o adicional, lo que es igual 52,77% de los que ya tienen segunda dosis.
13- En total, 88% de la población argentina inició el esquema de vacunación, 79% tiene la segunda dosis y 37% ya cuenta con dosis de refuerzo o adicional, según corresponda.
En opinión de Nacinovich, el número de personas que no iniciaron o no completaron su esquema de vacunación “puede ser por múltiples factores”. “Se debe evaluar dónde están ubicadas esas personas: si en las grandes ciudades o alejadas de los centros urbanos donde es más difícil acceder a la vacunación. Debe haber un poco de eso y un poco también de si las vacunas llegan a los lugares que las precisan, además de que en ese número está la gente que no quiere vacunarse aún”.
“En lo personal, creo que hay que recurrir, como proponen los CDC hace muchos años, a lugares no tradicionales de vacunación, como los shoppings, los supermercados o las puertas de los colegios -sostuvo-. Tratar de ser creativos en ese sentido y generar espacios para que sea fácil el acceso a la vacunación”.
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