Es conocida como la mejor medicina, pero la risa realmente puede ayudar a nuestra salud, siempre que nos riamos con amigos, sugiere un nuevo estudio.
Compartir una risa con un buen compañero reduce el riesgo de discapacidad cognitiva o física en más del 30% para las personas de 65 años o más, según descubrieron los investigadores. Esto fue en comparación con personas de la misma edad que se reían solas, como cuando estaban viendo la televisión sin nadie que los acompañara.
Si bien la razón de los hallazgos aún no está clara, los investigadores sugieren que reírse con amigos puede mejorar nuestras funciones inmunológicas, lo que a su vez puede reducir el riesgo de discapacidad.
“Reír con los amigos trae beneficios para la salud como la liberación del estrés, la mejora de las funciones inmunológicas y una sensación de conexión social”, dijo el autor principal, Yudai Tamada, de la Universidad de Nagoya en Aichi, Japón.
El estudio, publicado en la revista Preventive Medicine, tuvo como objetivo examinar el vínculo entre la risa en la vida diaria y la aparición de “discapacidad funcional” entre las personas en Japón. Hasta ahora, rara vez se han explorado los beneficios potenciales para la salud de la risa en la vida diaria.
Para obtener más información, Tamada y sus colegas recurrieron al Estudio de Evaluación Gerontológica de Japón (JGES), que se estableció en 2010 con el objetivo de examinar los factores asociados con la salud y el bienestar en adultos de 65 años o más.
Los investigadores utilizaron datos de 12.571 participantes “física y cognitivamente independientes” (46,1% hombres) de JGES, quienes respondieron encuestas completas sobre sus hábitos de risa. “Evaluamos su risa en la vida diaria desde tres perspectivas: los tipos de situaciones en las que las personas se ríen, el número de situaciones en las que las personas se ríen con otras personas y las personas con las que se ríen”, afirman los investigadores.
Durante un período de seguimiento promedio de 6,3 años, 1.420 (11,3%) de los participantes desarrollaron discapacidad funcional. Después de ajustar posibles factores de confusión, como la ingesta de alcohol, los participantes que se reían con otros redujeron su riesgo de discapacidad funcional en un 30%, encontró el equipo.
Del mismo modo, el número de situaciones para reírse con los demás se asoció inversamente con el riesgo de discapacidad funcional. “Tener más situaciones para reír con otros o al menos la situación para reír con amigos podría contribuir a reducir el riesgo de discapacidad funcional más adelante en la vida”, asegura el equipo en su artículo.
Curiosamente, quienes se reían en conversaciones con amigos tenían un menor riesgo de discapacidad funcional que quienes se reían con su pareja o con sus hijos o nietos. Todavía se desconoce exactamente cómo la risa ayuda a mejorar nuestra salud, aunque se cree que los mecanismos que se sospecha que subyacen a los beneficios para la salud de la risa son el alivio del estrés y la mejora de las funciones inmunológicas.
El equipo admite que su estudio no puede concluir claramente que la risa en sí misma pueda prevenir la aparición de una discapacidad funcional, por lo que se necesita más investigación para identificar con precisión la causalidad.
En los últimos años, un número creciente de estudios se ha centrado en el vínculo entre la risa en la vida diaria y varios resultados de salud. Por ejemplo, en 2016, investigadores japoneses establecieron un vínculo entre más risas y la prevalencia de enfermedades cardíacas.
Mientras que en 2020, se descubrió que la incidencia de enfermedades cardiovasculares era significativamente mayor entre los sujetos con una baja frecuencia de risa. Y en 2021, la risa poco frecuente se vinculó con aumentos de la presión arterial a largo plazo entre los hombres de mediana edad.
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