Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) publicaron una nueva guía en la que instan a las personas a utilizar la mascarilla de mayor calidad posible que puedan portar de forma constante y que se ajuste bien. En concreto, los CDC clasificaron las mascarillas por su nivel de protección.
“Los productos de tela holgada ofrecen la menor protección, los productos de tejidos finos en capas ofrecen más protección, las mascarillas quirúrgicas desechables bien ajustadas y las KN95 ofrecen aún más protección, y las mascarillas de filtración aprobadas por el Instituto Nacional de Salud y Seguridad Ocupacional (incluyendo las N95) bien ajustadas ofrecen el mayor nivel de protección”, dictan las recomendaciones.
En la Argentina, desde agosto de 2020, además de los barbijos mencionados por el CDC empezaron a usarse los desarrollados a partir de materiales basados en nanotecnología. Después de varios meses de trabajo, científicos de la Universidad Nacional de San Martín, la Universidad de Buenos Aires (UBA) y el Conicet, junto con la Pyme textil Kovi S.R.L. desarrollaron el barbijo especial para la pandemia. En marzo pasado, produjeron una nueva versión, con capacidad filtrante para polvos y gotículas de más del 97%.
El tapaboca se perfeccionó luego con otro modelo que contienen cuatro capas de protección: una externa semi impermeabilizante que lentifica el ingreso de microgotas; una segunda capa de tela tejida de algodón poliéster con los mismos activos antivirales que el primer modelo de barbijo; un tercer filtro físico de tela no tejida con una capacidad filtrante, certificada por Nelson Labs (un proveedor líder en pruebas de laboratorio ubicado en Estados Unidos), del 97,1% para polvos a partir de 0,1 µm (micrómetros) y del 99,9% para aerosoles acuosos de cloruro de sodio; y por último, una capa de tela tejida de algodón poliéster con los mismos activos bactericidas y fungicidas que el modelo Atom Protect original.
Muchos expertos en salud pública llevan meses instando a un cambio por mejores barbijos, incluida la doctora Leana Wen, analista médica de CNN y profesora visitante de políticas y administración de la salud en la Escuela de Instituto Milken de la Universidad George Washington. Para la especialista, médica de urgencias y autora de Lifelines: A Doctor’s Journey in the Fight for Public Health, “la calidad de estos productos es importante cuando se trata de prevenir una infección que se transmite por el aire y que es tan altamente transmisible. Esto es especialmente importante ahora que tenemos la variante Ómicron, extremadamente contagiosa. Deberíamos animar a la gente a llevar la mascarilla adecuada, la mejor, que los proteja”.
En diálogo con la CNN, Wen detalló: “En lugares cerrados y con mucha gente, recomiendo encarecidamente que la gente use una mascarilla N95, KN95 o KF94. La N95 es el estándar estadounidense; la KN95 es el estándar chino; la KF94 es el estándar coreano. Todas ellas pueden ser muy eficaces en cuanto a la protección contra la transmisión del COVID-19″.
Si bien para la analista médica una mascarilla de respiración N95 bien ajustada y utilizada de forma consistente es una forma muy eficaz de protegerse contra la propagación del COVID-19, algunas personas pueden sentir incomodidad al utilizar estas mascarillas de filtración. Para esos casos, la experta sugiere que “se prueben diferentes tipos de mascarillas”. “A alguien le puede parecer que una N95 le aprieta demasiado -sostuvo-, pero que una KN95 está bien. Otros prefieren cómo se siente una KF94. Hay algunas que tienen lazos elásticos en las orejas en lugar de sobre la cabeza, y también hay personas que tienen preferencias en este sentido”.
Y añadió: “Si alguien realmente no puede usar una mascarilla de filtración de manera consistente, debería usar una doble mascarilla. Considera la posibilidad de usar una mascarilla quirúrgica de grado médico, y luego poner una de tela bien ajustada y de tejido fino encima”.
Desde que comenzó la pandemia, se detectó la venta de versiones adulteradas de los barbijos desarrollados por organismos científicos. Las mascarillas N95 son la referencia por excelencia, ya que las aprobadas por el Instituto Nacional de Seguridad y Salud Laboral de EEUU pueden filtrar hasta el 95% de las partículas presentes en el aire, según los CDC, siempre y cuando estén correctamente ajustadas. Sin embargo, las imitaciones falsificadas pueden amenazar la seguridad de las personas. El hecho de no cumplir con los estándares de seguridad de EEUU significa que es posible que dichos productos no filtren las partículas en el aire con efectividad, explicó la agencia.
“¿Cómo puede alguien saber si lo que está comprando es real o falso? Hay que comprar mascarillas de fuentes confiables. Comprar directamente al proveedor” también puede ayudar a reducir el riesgo, subrayó Wen.
Al respecto de buscar una N95 con válvula o sin ella, la especialista recomendó las que no poseen válvula de exhalación. Si bien las que tienen válvula protegen muy bien al usuario, es posible que, si se infecta, las partículas del virus se escapen de la válvula e infecten a otras personas. Sin embargo, el nivel de escape del virus es bastante bajo; según los CDC, las N95 con válvula de exhalación funcionan tan bien como las mascarillas quirúrgicas o las de tela en cuanto a la protección de los demás. “Si una N95 con válvula es lo único que podemos tolerar, deberíamos usarla, pero no se recomienda por encima de una sin válvula”, remarcó.
Concebidos para un único uso, la situación ha llevado a la reutilización de los barbijos N95. Algo que preocupa sobremanera al personal sanitario, dadas las escasas evidencias científicas referidas a la seguridad de dicha práctica. Pero, ¿se pueden reutilizar los barbijos N95? ¿Hay alguna forma eficiente de desinfectarlos? Según la doctora Wen, este tipo de mascarillas puedes reutilizarse. “El número de veces que se reutilizan depende de su estado y de la frecuencia de uso. Alguien que utiliza las mascarillas de vez en cuando para ir al supermercado puede reutilizar la misma mascarilla durante semanas. Otra persona que la utilice todo el día para trabajar podría tener que cambiarlas cada pocos días”, dijo.
Para la médica, es fundamental utilizar el sentido común para decidir si ha llegado el momento de sustituir una máscara y no recomienda intentar limpiarlas, ya que rociarlas con desinfectante o agua, o calentarlas en el microondas, podría dañarlas irremediablemente.
“A algunas personas les preocupa que la mascarilla sea portadora de virus. Hay pocas pruebas de la transmisión de COVID-19 por contacto con superficies, pero si quieres estar más seguro, ten dos o tres mascarillas que uses de forma rotativa cada día. Cuando acabes con una de las mascarillas del día, guárdala en una bolsa de plástico o en un recipiente. Utiliza otra al día siguiente y luego vuelve a utilizar la primera mascarilla. Recuerda que si está sucia o húmeda, tírala y utiliza una nueva”, concluyó.
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