Argentina encabeza hoy en un ranking no muy feliz. De acuerdo a Our Word In Data, se encuentra en quinto lugar de los países del mundo con más casos de COVID-19 informados un día. Estados Unidos se encuentras en primer lugar; le sigue India, en segundo. En tercer lugar, está a Italia.; cuarto se encuentra Brasil. Y, en quinto lugar, Argentina, con una positividad del 72,5 por ciento.
Esta foto del país, ocurre en un momento donde son varios los países del mundo -incluyendo Argentina- donde se está liberando la mayoría de las restricciones. Sin ir más lejos, hoy Inglaterra levantó todas las restricciones y en España, no se están aislando casi a los positivos, y no se está testeando tanto como antes.
“Hace cuatro semanas atrás la tasa de positividad de COVID-19 estaba entre el 1 y 2%; y por estas horas está llegando al 10%. Es un crecimiento muy importante para 4 semanas”, advertía a Infobae, a mitad de diciembre de 2021, Claudio Belocopitt, presidente de la Unión Argentina de Entidades de Salud (UAS)
Hoy, un mes después, el escenario es completamente distinto: Argentina tiene una positividad del 72,5 por ciento. Esto es: 2 de cada 3 personas dan positivos. El Ministerio de Salud de la Nación informó este miércoles 18 de enero que, en las últimas 24 horas, se registraron 128.321 contagios de coronavirus y 208 muertes: la cifra más alta de víctimas en cuatro meses y la mayor de esta tercera ola.
“Desde octubre del año pasado y hasta el 15 de diciembre fue una situación. Y ahora es otra”, define a Infobae en consonancia exacta con Belocopitt, Jorge Aliaga, físico, investigador UBA y Conicet, Secretario de Planeamiento de la Universidad de Hurlingham.
“Hasta el fin de semana largo ese de octubre, yo lo identifico con esa salida de 4 millones de personas, lo que se veía era una baja de casos. Llegamos a tener 560 personas internadas, 700 casos diarios y un poco menos de 8 muertos por día aproximadamente. Ahí teníamos un 4 por ciento de positividad, en medio de una situación relajada y tranquila”, dice Aliaga.
Aquel fin de semana largo de octubre al que hace referencia el especialista fue cuando se disparó, nada más y nada menos, la variante Delta. “Se hizo predominante y la estrategia de controlar el movimiento de las personas fue exitosa y permitió vacunar a un montón de personas para que completen la segunda dosis, sin que avanzara Delta. De dio lo que venimos diciendo hace rato: las personas llegaban con PCR negativo, se hacían antígeno negativo en la entrada de Ezeiza y a los dos días daban positivo. Si hubieran estado libres, contagiaban”.
Ahora, dice Aliaga, entre ese fin de semana de octubre y el 15 de diciembre la cosa cambió. “Los casos subieron y se duplicaron a una velocidad cada 20 días y eran Delta predominante que era más contagiosa que la variante anterior. Y los muertos de principio de noviembre, con los muertos de principio de enero, suben por 3. Es decir, escalan más o menos igual que la cantidad de casos. A partir del 15 de diciembre se dispara Ómicron muy rápido en Córdoba, y unos días después lo tenes en la Ciudad de Buenos Aires. Y 10 días después lo tenés en el gran Buenos Aires. Luego en todo el país”.
Con respecto a los datos actuales y la comparación, el especialista razona: “No le pongo tanta atención al ranking porque el punto qué deberías hacer para tener menos casos, si la gente está dispuesta y si vale la pena. Y si la economía lo soporta. Me parece que no. Por otro lado, la realidad es que en todos lados, y en Argentina más con esta positividad, en realidad no se sabe cuantos más casos hay. Sin ninguna duda, hay muchos más de los que se están registrando. Es mucho más fidedigno la cantidad de fallecidos. Ahí si es otra historia porque es más medible con menos error”.
Martín Barrionuevo, contador, senador provincial por Corrientes y analista de datos del COVID-19, sostuvo por su parte a Infobae: “Argentina ha estado primera por la circulación de la variante Ómicron en la región de Sudamérica. Pero también hay que tener en cuenta que Brasil viene cargando los datos cada tanto. Al nivel de positividad, no le prestaría atención porque no es real. Por ejemplo, la positividad en Ciudad de Buenos Aires, según el reporte de la autoridad sanitaria local, está debajo del 30%. Pero en el Sistema de Vigilancia de Salud del Ministerio de Salud de la Nación la positividad de CABA está casi el 90%. Esas diferencias se deben a que las jurisdicciones cargan prioritariamente los casos positivos y luego los negativos”.
“Si se observa la curva de casos confirmados de COVID-19 en enero, se puede decir que se está estabilizando”, agregó.
“En la provincia de Córdoba, ahora los casos de COVID-19 están bajando de manera pronunciada. En CABA hay un leve descenso. Es esperable que haya una reducción a nivel país en los próximos días”, agregó Barrionuevo.
Mirna Biglione, investigadora en el Instituto de Investigaciones Biomédicas en Retrovirus y SIDA, que depende la Universidad de Buenos Aires y el CONICET, y miembro de la Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica sostiene: “Varios factores influyen en la alta tasa de nuevos casos, por un lado, la rápida propagación de esta variante, por otro, la confianza de las personas en las vacunas que de a poco fueron animándole a una vida más normal, especialmente los jóvenes. El hecho de esta protección y de que Omicron produzca enfermedad leve en la mayoría de los casos, también género esta situación”.
Y sigue: “La mayoría de los casos en terapia intensiva se deben a personas no vacunadas, con solo una dosis o con dos y factores de riesgo. De todos modos, no sabemos si Delta sigue circulando y algunos casos podrían ser más severos aún con tres dosis (esquema completo y refuerzo). En este momento, la demanda es mayor en la atención primaria y podría impactar en salas de internación dependiendo del nivel de vacunación, cantidad de camas y características de la población de cada ciudad, como así del cuidado que tengan en el uso de medidas de prevención. Si la mayoría de las personas recibe pronto su segunda y tercera dosis probablemente empecemos a ver un descenso de los casos”.
Martín Hojman, infectólgo, sostiene que es algo complejo comprar el número de casos diarios entre países porque la estrategia de testeo es diferente en cada lugar. “Si comparamos el número de positividad es diferente incluso. Pero estamos en el momento en que hay más casos desde que comenzó la pandemia en este país debido a Ómicron y las no restricciones de las actividades. En un escenario donde no hay tanta internación ni mortalidad, cosa que va cambiando de a poco. Cuando tenés muchos casos mantenidos en el tiempo eso empieza a acumularse y empieza a aumentar la internación y la mortalidad. Hay que ver hasta donde llega. Por suerte, con la mayoría de la gente vacunada”, analiza Hojman.
“Puede caer rápido o despacio. Si cae despacio pone en vilo el sistema de salud. Si cae rápido, no tanto. Luego de este pico no sabemos lo que puede pasar. Puede haber una variante nueva que cambie todo o puede suceder una situación donde la gran mayoría de los casos sean leves y no haya necesidad de muchas más acciones”, agrega Hojman.
El escenario que viene
A los pocos días de reportada Ómicron, detectada en Sudáfrica el 24 de noviembre de 2021, los científicos ya afirmaban que se trataría de una mutación con efectos menos graves que su antecesora Delta. Sin embargo, su rápida propagación puso en alerta al mundo, y llevó a una acelerada escalada de casos que provocó el colapso de los sistemas de testeo en varios rincones del planeta.
Aliaga dice que Ómicron tiene otra dinámica y es que duplica cada 3 o 4 días. “Eso es rapidísimo. La pregunta es, para poder parar una cosas así, con una variante tan contagiosa, lo que tenías que hacer era un cierre absolutamente estricto como al comienzo y eso era económicamente inviable. Por otro lado, ¿tenía sentido? Probablemente no. Lo que va a ocurrir, ya en Córdoba se está viendo que los casos bajan, en CABA se va a empezar a ver lo mismo, va a haber una suba abrupta y muy rápida la bajada, parecida a la que hubo en diciembre del año pasado. No había nuevas variantes, no había vacunas, lo que había era que la gente se relajó en diciembre, hubo un montón de reuniones sociales, se contagiaron más, en enero la gente se fue de vacaciones, se contagia menos porque está al aire libre, y los casos bajan”, dice Aliaga.
“Este año es una situación distinta pero no tanto. Volvemos a tener una suba relacionada con las Fiestas de fin de año, en un contexto donde hay una variante más contagiosa, pero también hay mucha gente más vacunada. Lo que ocurre es que los casos suben muy rápido y sobre la subida de Delta se monta la subida de Ómicron y en los próximos días vamos a ver que Ómicron empieza a bajar”.
Aliga se pregunta entonces si los casos suben con Ómicron, ¿cuánto van a subir los muertos? “Con Delta a comienzos de enero, teníamos 25 muertos por día. Si multiplicas eso por 40 que es lo que está sucediendo, te daría que tendría que haber 1000 muertos por Ómicron por día. Eso no va a pasar, va a ser un numero entre 150 y 200 muertos por día. Eso es lo esperable”, finaliza Aliaga.
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