A los cuidados extra que impone este año la pandemia por coronavirus, no hay que desatender los peligros que implica el uso de pirotecnia en las celebraciones. Si bien cada vez existe una mayor conciencia sobre los peligros que acarrea su uso y cómo los estruendos afectan a las personas y a las mascotas, las fiestas de fin de año suelen atraer a los aficionados de los fuegos artificiales. Esto hace que las posibilidades de sufrir un accidente sean mayores.
“Lo mejor, directamente, es no hacer uso de la pirotecnia”, señaló la doctora Paola Caro, directora médica de Vittal. Según la especialista, los accidentes más frecuentes suelen ser las quemaduras y las zonas más afectadas son brazos, manos y rostro “porque muchas veces el tiempo que transcurre entre el encendido y la explosión del fuego artificial puede no ser el suficiente para adoptar una distancia prudencial”.
Luego Caro detalló que, si de todas formas se decide usar pirotecnia, únicamente debe ser manejada por adultos con protección ocular y ropa no inflamable. “Es importante alejar a los chicos y no apuntar nunca a otras personas, animales u hogares. También, se debe evitar la pirotecnia en lugares cerrados y utilizarla siempre en sitios alejados de garrafas, estaciones de servicio, autos y cocinas”, afirmó.
“Hay que tener en cuenta que los elementos de pirotecnia no deben ser expuestos a fuentes de calor y si no explota, no hay que tocarlo. Es mejor apagarlo con abundante agua y mantenerse lejos. Tampoco hay que colocar la pirotecnia en los bolsillos. Siempre hay que leer y respetar las indicaciones de uso de cada elemento; y sobre todo, comprar pirotecnia autorizada”, añadió la experta.
La leyenda “Producto autorizado por el RENAR”, la inscripción del número de registro que corresponde, datos del fabricante o importador del artefacto, suelen aparecer en pirotecnia autorizada. “La pirotecnia clandestina potencia los riesgos de sufrir un accidente, ya que suele ser de fabricación precaria”, advirtió la directora médica de Vittal.
Asimismo, recomendó evitar el encendido de petardos con mechas cortas (un centímetro o menos) porque no dan tiempo a quien los enciende de alejarse lo suficiente; apoyar la pirotecnia en el suelo para encenderla y no sostenerla nunca en la mano; y evitar los experimentos como detonar pirotecnia dentro de frascos, botellas, latas u otros recipientes.
En caso de quemaduras por pirotecnia, la doctora Caro aconseja lavar la zona con agua fría y cubrirla con gasas estériles o con telas limpias y húmedas. El dolor de las quemaduras pequeñas cede fácilmente al contacto con el agua fría. En el caso de grandes quemaduras buscar una manta mojarla completamente con agua fría y cubrir a la víctima. “Es importante retirar anillos, pulseras u otros elementos que causen presión sobre la zona quemada. Si la quemadura es en dedos, separarlos con gasas húmedas antes de vendarlos”, detalló.
Seguido de ello se debe trasladar al quemado al hospital o centro asistencial más cercano y “no aplicar lociones, cremas, ungüentos, hielo, pasta de dientes, alimentos congelados o grasa; no remover la piel resquebrajada ni reventar las ampollas; y no aplicar presión en la zona”, concluyó.
En la misma línea y ante la consulta de Infobae, Claudia Sánchez, dermatóloga de Halitus Instituto Médico, remarcó: “En primer lugar, recomiendo no usarla en absoluto. Pero si se va a usar, debe ser manejada estrictamente por adultos. Es de vital importancia tener en cuenta que utilizarla puede no solo producir quemaduras, sino incendios. Vemos muchos casos en las guardias de quemaduras que abarcan los brazos, las manos y el rostro, pero también la parte ocular y el conducto auditivo. Se ven lesiones leves y también muy graves, hasta mutilaciones”.
“Si se llegara a producir una quemadura lo primero que se tiene que hacer es concurrir a un centro hospitalario. No colocar absolutamente nada, salvo agua fría y envolver la herida con algún paño frío. En caso de que alguien se prenda fuego, hacerlo rodar hasta que se apague, no tirarle agua”, finalizó Sánchez.
Desde la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), recomiendan que no se manipule pirotecnia de manera casera, sino que su uso sea reservado para espectáculos oficiales con operadores entrenados. “Los fuegos de artificio y elementos similares pueden provocar quemaduras y daños oculares en las personas, asustar y lastimar a los animales y afectar el medio ambiente”, alertó la doctora Ingrid Waisman, médica pediatra neonatóloga e integrante del Comité Nacional de Prevención de Lesiones de la SAP.
“Los niños representan una parte desproporcionadamente grande de los lesionados por pirotecnia: son cerca del 50% de las víctimas y el grupo de 10 a 15 años es el más afectado. Los menores no pueden entender el peligro de los fuegos artificiales, carecen de la capacidad de reacción necesaria para eludir el riesgo de incendio o explosión o actuar adecuadamente en caso de emergencia”, afirmó por su parte el doctor Rubén Zabala, médico pediatra y secretario de mismo comité .
Entre otros factores culturales, favorecen la mayor incidencia de accidentes en niños la creencia arraigada de que la pirotecnia es un juego, la irresponsabilidad de los adultos en permitir su manipulación o su incapacidad de proteger a niños espectadores cuando los utilizan. Es importante recordar siempre que las fiestas de fin de año son un momento de reunión familiar y, por supuesto, de celebración. Este año tenemos doble responsabilidad: además de manejar responsabilidad la pirotecnia dados los riesgos que presentan para las personas, los animales y el medioambiente (lo ideal es evitar directamente su uso), debemos mantener las medidas de prevención para el coronavirus.
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