Casi 7 millones de argentinos aún no recibieron la segunda dosis, ¿llegó el país al techo de vacunación?

La brecha entre primeras y segundas dosis aplicadas se achicó, pero los especialistas ven con preocupación el número de personas que aún no completó su esquema. Qué ocurrirá con ellos cuando rija el pase sanitario

"En el grupo de 18 a 39 años es donde está la mayor cantidad de personas que tienen una dosis y no se aplicaron la segunda a pesar de que hay disponibilidad de vacunas" (Reuters)

Del total de vacunas aplicadas en el país, según los últimos datos disponibles en el Monitor Público de Vacunación, el registro online del Ministerio de Salud que muestra en tiempo real el operativo de inmunización en todo el territorio argentino, 36.850.139 corresponden a primeras dosis, 30.145.220 a segundas dosis y 2.274.519 son terceras dosis o dosis de refuerzo, según corresponda, atento a las recomendaciones emitidas por la cartera sanitaria.

De los datos, surge uno que llama la atención y preocupa a los especialistas: 6.897.609 personas se aplicaron la primera dosis de alguna de las vacunas para prevenir el COVID-19 disponibles en el país, pero no fueron a recibir su segunda dosis.

Si se analiza por franjas etarias, y teniendo en cuenta que la población menor de 18 años comenzó a ser vacunada hace menos de un mes, puede verse que, entre las personas de 18 a 99 años, 30.067.856 recibió la primera dosis (lo que alcanza a casi el 95% de ese grupo), mientras que 26.243.723 completaron su esquema de vacunación, cifra que apenas supera el 80% en la misma población.

Los datos surgen del sitio covidstats.com.ar y en diálogo con Infobae, su creador, el ingeniero en Sistemas y experto analista de datos Mauro Infantino, reconoció que “existe una brecha entre las primeras y las segundas dosis aplicadas en el país y esa diferencia se acrecienta más a medida que baja la edad”. “No sabemos muy bien por qué hay gente que no está yendo a buscar la segunda dosis”, enfatizó.

En la Argentina, 6.897.609 personas se aplicaron la primera dosis de alguna de las vacunas para prevenir el COVID-19 disponibles, pero no fueron a recibir su segunda dosis (Fuente: covidstats)

Así, puede verse, por ejemplo, que en el grupo de 40 a 49 años, de las 5.546.904 personas que recibieron la primera dosis, 4.995.709 se aplicaron la segunda.

“En ese grupo no se observa tanto esa brecha -continuó Infantino-. Mientras que en la franja etaria que abarca desde los 30 a los 39 años ya se nota más”. Allí, 6.065.014 de ciudadanos iniciaron su inmunización frente al coronavirus, pero 5.138.310 la completaron. “Ahí se empieza a ver cómo la velocidad de crecimiento de la curva se estanca y dejó de crecer”, analizó Infantino.

En la población de 18 a 29 años, puede verse que la diferencia es mayor, y que mientras 7.431.256 cuentan con una dosis, casi dos millones menos (esto es, 5.648.752) se acercó a recibir su segunda dosis.

Para el médico infectólogo Eduardo López (MN 37586), “la franja de 18 a 39 años es la más reticente a vacunarse”. En diálogo con este medio, el especialista señaló que “en ese grupo es donde está la mayor cantidad de personas que tienen una dosis y no se aplicaron la segunda a pesar de que hay disponibilidad de vacunas”.

Sobre las causas que podrían llevar a esa conducta, en su opinión, “son múltiples”. Y comenzó a analizar: “Por un lado, podría deberse a que no visualizan que la pandemia sigue y esto es tan errado que acaba de aparecer una nueva variante que rápidamente produjo un aumento de casos en Sudáfrica y enciende una luz amarilla en la Argentina porque ya hay casos en Brasil”.

En la población de 18 a 29 años es donde mejor puede verse la diferencia entre primeras y segundas dosis aplicadas (Fuente: covidstats)

La segunda causa -continuó López- es la disminución del número de casos en el país, por lo que probablemente asumen que la enfermedad está controlada, sin embargo, si se analiza la curva de las últimas semanas puede verse un aumento leve pero consistente y en el grupo donde más contagios se registran es justamente entre los 19 y 50 años”.

Y tras resaltar que “en esa franja se encuentran las personas que más flexibilizaron las medidas de autocuidado, ya que usan menos barbijo, van a reuniones, etc.”, el especialista opinó: “Como es un grupo que tiene baja mortalidad visualizan una enfermedad benigna, pero lo cierto es que pueden contagiar a individuos vulnerables”.

Jorge Aliaga es doctor en física, investigador del Conicet y secretario de Planeamiento de la Universidad Nacional de Hurlingham, y ante la consulta de Infobae consideró que “también puede influir que hoy la actividad es normal, y en muchos trabajos se descuenta el día si la persona tiene que faltar para vacunarse”.

Sobre la reciente implementación en Tucumán de un pase sanitario, que exige esquema completo de dos dosis para concurrir a eventos, cines, boliches y gimnasios, y la masiva concurrencia de ciudadanos a los vacunatorios en las últimas horas, tal como reflejan los medios de esa provincia, Aliaga opinó que “probablemente quienes no completaron su esquema no se trate de gente que es antivacuna, pero tal vez se dieron una dosis y tuvieron COVID y creen que no es urgente y lo va dejando pasar”.

Para Nacinovich, "hay que hacer hincapié en que la gente se vacune de manera completa ya que cuanta más gente se vacune, menos gente vulnerable habrá" (Reuters)

En ese sentido, el bioquímico, doctor en Ciencias Químicas, investigador Conicet y docente de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Nacional de Córdoba Rodrigo Quiroga, manifestó que “es clave comunicar la importancia de esa segunda dosis”, que a su parecer “no se está haciendo de manera suficiente”. Y sobre las causas que podrían llevar a alguien que se aplicó la primera vacuna a no completar el esquema, consideró: “Comenzó a circular por whatsapp la idea de que si alguien se contagió y se aplicó la primera dosis está protegido, lo cual no es así porque realmente se sabe que la segunda dosis, incluso en las personas que ya tuvieron la enfermedad, aumenta muchísimo la respuesta inmune en cuanto a magnitud y la duración en el tiempo”.

En opinión del médico infectólogo y miembro de la Comisión de Vacunas de la Sociedad Argentina de Infectología (Sadi) Francisco Nacinovich (75.823), “los intervalos entre las dosis de las vacunas suelen ser arbitrarios; se implementan estrategias que se supone que son las más razonables pero con el tiempo se aprendió, por ejemplo en el caso del COVID-19, que AstraZeneca en lugar de dar la segunda dosis al mes como habían sido los estudios iniciales, es mejor a las ocho o 12 semanas”.

“Y en general, con las vacunas que están en el Calendario Nacional, si alguien se olvidó de dar la segunda dosis nunca se reinician los esquemas sino que se completan -señaló el especialista-. De manera que, el hecho que haya mucho espacio entre las dosis no es tan relevante como que la persona complete el esquema”. Para él, “hay que hacer hincapié en que la gente se vacune de manera completa ya que cuanta más gente se vacune, menos gente vulnerable habrá”.

¿Se alcanzó el techo de vacunación en el país? Una mirada de cara al futuro

Para el médico infectólogo Eduardo López, "la franja de 18 a 39 años es la más reticente a vacunarse"

Tras asegurar que “la única manera de reducir la aparición de nuevas variantes del SARS-CoV-2 es aumentar la vacunación”, López sostuvo que “ya nadie discute que la segunda dosis es fundamental para enfrentar a la variante Delta”, y vaticinó que, en su opinión, el concepto final de vacunación completa va a ser con tres dosis”.

Entre el 90 y el 95% de muestras positivas que se secuencian en el país corresponden a la variante Delta, que ya se sabe que tiene alta transmisibilidad y tiene alta capacidad de evadir al sistema inmune -continuó el infectólogo-. El escenario que habrá que mirar es qué pasará con Ómicron; hoy hay consenso acerca de que se transmite más pero no hay información de cómo impacta esto en las vacunas disponibles y se está estudiando si responden”.

Un dato que a López le llama la atención es que “parecería que Ómicron aumentaría la posibilidad de reinfección, ya que la tendencia muestra que se contagian con esta variante individuos que ya se habían contagiado. Al menos eso se ve en África con un bajo porcentaje de vacunación, lo que refuerza la necesidad de vacunarse”.

Y tras destacar que “como precisamente se sabe que disminuyó la eficacia de todas las vacunas frente a la variante Delta”, Nacinovich remarcó que “es importante completar los esquemas y que las personas accedan después a las dosis adicionales o de refuerzo”.

“No sabemos qué va a pasar con Ómicron, no sabemos si es más dañina, ya que el hecho de que tenga muchas mutaciones no significa que sea más transmisible ni más peligrosa”, apuntó el experto, para quien “de cara a las Fiestas y las vacaciones, además de estar correctamente vacunado es importante que la gente siga cuidándose como corresponde, esto es, usar barbijo en los lugares cerrados, mantener la distancia social, etc, ya que si bien por supuesto la vacuna es una herramienta fundamental, es clave que la gente siga entendiendo que la pandemia no terminó”.

"Tenemos la franja de edad de entre 18 y 39 años que ha perdido los turnos de la segunda dosis, y eso es seguramente porque perciben que tienen menos riesgo", dijo la ministra Vizzotti (Foto: Adrián Escandar)

Sobre si el país llegó al techo de vacunación, Aliaga opinó que “todavía hay posibilidades de mejora” (de las tasas de vacunación). Y en ese sentido, para él, “habría que hacer dos cosas: por un lado, favorecer todo lo posible la aplicación, dejando que sea libre, sin turno, aplicando en eventos masivos, y también yendo a los barrios y buscando a los que faltan completar esquemas, y por otro lado poniendo alguna limitación para hacer ciertas cosas sin tener vacunación completa, como por ejemplo ir a eventos masivos”.

En la misma línea, según López, “hay dos maneras un poco compulsivas pero necesarias frente a una pandemia de aumentar las tasas de vacunación”. Y planteó: “El pase sanitario creo que es necesario; esto lleva a que la gente tenga que vacunarse si quiere mantener determinadas actividades sociales en lugares públicos, y por otro lado, debería analizarse implementar la vacunación obligatoria”.

Al respecto se refirió ayer la ministra de Salud, Carla Vizzotti, en una conferencia de prensa en la provincia de Santa Fe, donde adelantó que el pase sanitario que procura seguir incentivando la vacunación contra el coronavirus “va a estar seguramente la próxima semana”. “Lo que busca es que nos cuidemos entre todos, poner en relevancia lo que significa completar los esquemas de vacunación”, señaló la funcionaria, quien consideró que “no hay una resistencia a vacunarse en la mayoría de la sociedad, sino que luego de haber pasado la segunda ola y la percepción de riesgo tan alta, hay algunas personas que no priorizaron vacunarse y esta estrategia es para estimular la vacunación”.

“Tenemos la franja de edad de entre 18 y 39 años que ha perdido los turnos de la segunda dosis, y eso es seguramente porque perciben que tienen menos riesgo y porque la situación epidemiológica es muy favorable” -señaló-. El mensaje para esa franja etaria es que es clave recibir la segunda dosis, reforzar la inmunidad para que en el momento en que aumente la circulación viral estemos todos lo más inmunes posible”.

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