En 9 de las 24 jurisdicciones de la Argentina, los casos de personas con COVID-19 han estado creciendo lentamente durante las últimas dos semanas. Hay ya una circulación predominante de la variante de preocupación Delta del coronavirus, aunque por el momento el promedio de las hospitalizaciones y los fallecimientos se mantienen bajos. Mientras tanto, el plan de vacunación sigue: el 61% de la población general de la Argentina ya tiene el esquema completo de dosis. Pero aún hay un grupo que se ha demorado más en aceptar la aplicación de las vacunas: los jóvenes de 18 a 39 años.
Según los datos abiertos del Monitor Público de Vacunación del Ministerio de Salud de la Nación y de acuerdo a la estimación de población del INDEC, hasta ayer había más de 2,1 millones de personas que tienen entre 18 y 39 años que aún no han elegido vacunarse, a pesar de que han tenido la posibilidad de recibir una primera dosis. Además, otros 2,8 millones de personas que están también en ese rango de edades todavía no fueron a recibir la segunda dosis para completar el esquema, aunque ya fueron convocados por las jurisdicciones.
El plan de vacunación había empezado a fines de diciembre del año pasado por el personal esencial como médicos y enfermeros y las personas mayores y las que tenían enfermedades que aumentan el riesgo de complicaciones. En julio pasado, cuando las dosis estuvieron disponibles, se empezó a convocar a los jóvenes que tienen entre 29 y 39 años sin factores de riesgo, y luego se habilitó también la vacunación para los que tienen entre 18 y 29 años.
Ya han pasado más de 4 meses, pero hay jóvenes que vacilan en inmunizarse, y las autoridades sanitarias reconocieron a Infobae que es una preocupación hoy. “Si logramos vacunar a más del 85% de los jóvenes de 18 a 39 años con el esquema completo antes de fin de año, posibilitará reducir significativamente las posibilidades de circulación del coronavirus en la Argentina”, dijo a Infobae Juan Manuel Castelli, subsecretario de estrategias sanitarias del Ministerio de Salud de la Nación.
El 14% de los jóvenes que tienen entre 18 y 24 años aún no tienen la primera dosis de la vacuna contra el COVID-19. El 13% de los que tienen entre 25 y 29 años, el 9% de los que tienen entre 30 y 34 años; y el 7% de los que tienen entre 35 y 39 años tampoco se han aplicado la primera dosis.
En cuanto a la segunda dosis, el 38% de los que tienen entre 18 y 24 años, y el 33% de los que tienen entre 25 y 29 años aún no han completado el esquema. Tampoco han recibido la segunda dosis el 26% de los que tienen entre 30 y 39 años y el 21% de los tienen entre 35 y 39 años. Es decir, estos jóvenes han aceptado recibir la primera dosis, pero demoran la aplicación de la segunda.
“La vacunación contra el COVID-19 es voluntaria. En el marco del Consejo Federal de Salud, estamos trabajando para promover la vacunación en los jóvenes. Es un grupo que tiene alta movilidad en las ciudades. Si hay una mayor cobertura de la vacunación en los jóvenes, se protegerán contra la infección por el coronavirus y contribuirá a reducir la circulación en la comunidad”, comentó el doctor Castelli. Mencionó que una hipótesis es que los jóvenes no perciben un alto riesgo de enfermarse ahora porque la segunda ola de la pandemia pasó. Pero la pandemia aún no se terminó. Incluso toda la población recibirá una dosis de refuerzo, según anunció la Ministra de Salud Carla Vizzotti.
Florencia Cahn, presidenta de la Sociedad Argentina de Vacunología (SAVE) e integrante de la iniciativa Confianza en las Vacunas Latinoamérica, comentó al ser consultada por Infobae: “En este momento, Argentina está en una situación favorable con menor cantidad de casos con respecto a julio pasado. Entonces, los jóvenes no tienen una percepción adecuada del riesgo de enfermarse. Muchos piensan que si se contagian, pueden tener solo un caso leve o asintomático de COVID-19. Sin embargo, hay casos graves en estas edades. Si bien puede ser cierto en muchos jóvenes no tienen casos graves, pueden transmitirlo a otras personas quienes pueden enfermar. En algunos de estos jóvenes aún tienen dudas genuinas sobre las vacunas. Es bueno hoy escuchar esas dudas y que los profesionales de la salud tengamos empatía y las escuchemos para aclararlas”.
Desde la ciudad de Buenos Aires, el subsecretario de Atención Primaria del Ministerio de Salud porteño, Gabriel Battistella, contó a Infobae: “Estamos desarrollando una estrategia de adherencia con los jóvenes que aún no se vacunaron. Se les manda un turno hasta 6 veces. Estamos llamando por teléfono a los jóvenes que aún no se han registrado ni inmunizado. También a los que se aplicaron la primera dosis y aún tienen que completar el esquema. Este último grupo está aceptando más completar el esquema que los que aún no recibieron la primera dosis. También hay 5 puestos de vacunación en barrios populares y 5 camionetas que van por los barrios y vacunan contra el COVID-19 sin reserva de turnos”.
En algunas provincias están en marcha acciones como obtener beneficios de acceso a actividades que puedan ser de interés de los jóvenes si antes se vacunan, contó el doctor Castelli. En Mendoza, según dijo a Infobae Iris Aguilar, jefa del programa de inmunizaciones provincial, “se hacen operativos en barrios, ferias, entre lugares, y se aplican las dosis los 7 días de la semana incluyendo los feriados. Estamos tratando de alcanzar con la inmunización a los jóvenes porque hay algunos que postergan la aplicación porque priorizan asistir a otras actividades”.
Para Mirta Roses, directora emérita de la Organización Panamericana de la Salud y miembro del núcleo central de la Comisión Nacional de Inmunizaciones (CoNaIn) de Argentina, la demora en vacunarse por parte de algunos jóvenes también estaría relacionada con la baja percepción de riesgo de adquirir la infección y enfermarse gravemente. Aunque el riesgo de complicaciones por la infección es mayor en personas mayores de 60 años y en personas con enfermedades como diabetes e hipertensión, los jóvenes no están exentos de sufrir casos graves si no están vacunados. “Deberían tener en cuenta que los jóvenes, incluso los que no tienen comorbilidades, pueden tener secuelas después de la infección como la niebla mental y otros impactos”, dijo la doctora.
“Hoy se sugiere facilitar la vacunación en cada localidad”, señaló hoy Roses. “Que no tengan que sacar turno y se pueden montar carpa en sitios, días y horarios donde los jóvenes se reúnen. También no debería obligarse a que cada joven se vacune en la localidad que figura en su documento nacional de Identidad. Se pueden hacer más campañas en redes sociales con influencers”.
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