El camino de las terceras dosis y refuerzos en la Argentina: por qué “son absolutamente necesarias”, según los expertos

Desde principios de este mes se aplican dosis adicionales con criterios diferentes en cada caso. Cómo avanza en cada provincia y por qué es importante asistir a la cita en el vacunatorio. Las claves de los especialistas a Infobae

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"Debemos recordar que cuando bajan
"Debemos recordar que cuando bajan los anticuerpos el riesgo de desarrollar enfermedad más grave se hace presente" (Efe)

La aplicación de una dosis adicional o de refuerzo depende de criterios diferentes en cada caso. En la Argentina estas dosis se administran desde principios de este mes, con ritmo dispar según cada distrito.

En todo el país se aplicaron hasta el momento 426.239 dosis extra, entre terceras dosis y refuerzos, según las cifras con que cuenta la Unidad de Datos de Infobae.

El 2 de noviembre comenzó a aplicarse en la Ciudad de Buenos Aires y otros distritos una dosis adicional de la vacuna para prevenir el COVID-19, según las últimas recomendaciones que había emitido el Ministerio de Salud de la Nación.

Es que la cartera sanitaria indicó la aplicación de una tercera dosis en grupos de población definidos: las personas inmunocomprometidas que hayan recibido un esquema primario con cualquier vacuna contra la COVID-19. Se considera dentro de este grupo a quienes reciben tratamiento oncológico para tumores sólidos y onco-hematológicos, los trasplantados en tratamiento inmunosupresor, las personas con inmunodeficiencia primaria moderada o grave, y las personas con VIH.

También deben recibirla las personas en tratamiento activo con corticosteroides en dosis altas o medicación inmunosupresora, y las personas de 50 años o mayores que hayan recibido un esquema primario de vacuna a virus inactivado, como la de Sinopharm, desarrollada en China.

Mientras que el refuerzo, por su parte, se trata de una dosis adicional, que “refuerza la inmunidad en forma periódica y las recomendaciones prevén aplicarlo al menos seis meses después de haber completado el esquema primario de dos dosis”, según lo había explicado la ministra de Salud, Carla Vizzotti, el pasado 26 de octubre al anunciar una dosis extra.

El pasado 2 de noviembre
El pasado 2 de noviembre comenzó a aplicarse en la Ciudad de Buenos Aires y otros distritos del país una dosis adicional de la vacuna para prevenir el COVID-19 (NA)

Dado que del registro de quienes se inscriben para vacunarse lo lleva cada jurisdicción, que es quien se encarga de dar los turnos y hacer el seguimiento de cada persona para citarla para la segunda dosis, y en este caso tercera, el Ministerio de Salud de la Nación “no tiene nominalizado el universo de la población objetivo a vacunar en esta etapa”, según explicaron a Infobae desde la cartera sanitaria.

Así las cosas, La Pampa es la provincia que más terceras dosis y refuerzos aplicó hasta el momento: con 18.359 inoculaciones cubrió al 5,08% de su población de 361.394 habitantes.

En cantidad de terceras dosis y refuerzos aplicadas, a la provincia pampeana le sigue San Luis, que con una población de 514.610 habitantes de los cuales 67,56% ya completaron su esquema de dos dosis, el 3,11% ya recibió el pinchazo extra.

Buenos Aires, la provincia más poblada del país, comenzó a aplicar terceras dosis este miércoles y su población a vacunar en esta instancia son 500 mil pacientes inmunocomprometidos y 600 mil mayores de 50 que recibieron Sinopharm, informaron desde el Ministerio de Salud bonaerense a este medio, al tiempo que agregaron que “en diciembre seguramente” comenzarán a aplicar las dosis de refuerzo.

Según los datos actualizados hasta ayer jueves, Buenos Aires aplicó la tercera dosis a 73.290 personas, esto es 0,41% del total de su población de 17.709.598 de habitantes.

En la Argentina hay un
En la Argentina hay un 40% de población (esto es alrededor de 15 millones de personas) a la que se debe aplicar la segunda dosis (Efe)

En la Ciudad de Buenos Aires, como se dijo, comenzaron a aplicar terceras dosis y dosis de refuerzo el pasado 2 de noviembre, y tal como detallaron a Infobae desde esa cartera sanitaria, su población inmunocomprometida a vacunar en esta etapa es de 150.000 personas (130 mil mayores de 50 años que recibieron esquema completo de Sinopharm y 20 mil personas con inmunodeficiencia). El resto de los 3.078.836 de porteños irán recibiendo su dosis adicional a medida que pasen seis meses desde la aplicación de su segunda dosis.

Así, en tanto la Ciudad de Buenos Aires cuenta con 73,71% de su población vacunada con dos dosis de alguna de las vacunas disponibles, desde principios de mes ya aplicaron 72.796 vacunas en concepto de tercera dosis o dosis de refuerzo, lo que representa el 2,36% de su población.

Con 1.130.320 de habitantes, la provincia que hasta el momento aplicó menos dosis adicionales es Corrientes, que con 47,51% de su población con esquema de vacunación de dos dosis completo, en esta segunda instancia inoculó 2.177 inyecciones, lo que representa el 0,19% de su población.

Consultado por Infobae acerca del ritmo de la campaña de vacunación en el país, el médico infectólogo Roberto Debbag (MN 60253) analizó que “en la Argentina se observa desde hace un tiempo la desaceleración de la tasa de vacunados diarios y el motivo de eso deberá surgir de un análisis que deberá hacer el Ministerio de Salud, específicamente con dos grupos poblacionales”.

La Pampa es la provincia
La Pampa es la provincia que más terceras dosis y refuerzos aplicó hasta el momento: con 18.359 inoculaciones cubrió al 5,08% de su población (Efe)

Por un lado, los jóvenes entre 18 y 40 años, quienes desaceleraron la aplicación de la segunda dosis y hay que estudiar si tiene que ver con la confianza en las vacunas o el acceso por cuestiones laborales, de horarios, etc. resaltó el presidente de la Sociedad Latinoamericana de Infectología Pediátrica (Slipe), quien consideró que el otro punto preocupante “es que se desaceleró la vacunación en niños menores de 11 años producto de la desconfianza que se generó con las no verdades del ministerio y los procesos no adecuados de autorización inicial que fueron avalados por la Sociedad Argentina de Pediatría”.

En la misma línea, para el médico infectólogo pediatra Eduardo López (MN 37586), “la Argentina tiene algunas variables que hay que tener en cuenta: en primer lugar todavía falta un 40% de población (esto es alrededor de 15 millones de personas) a la que se debe aplicar la segunda dosis, lo que es tan importante como dar la tercera porque para prevenir la variante Delta, que es la que está predominantemente circulando en el país, se requiere inexorablemente dos dosis, y por otro lado, aparentemente hay un grupo muy importante que está en alrededor de los dos millones de personas que no ha recibido ninguna dosis, lo cual francamente es un tema muy preocupante”.

Respecto a la aplicación de terceras dosis o dosis de refuerzo según corresponda, Debbag opinó que “son absolutamente necesarias, fundamentalmente en los grupos prioritarios que son los trabajadores de salud y los mayores de 60 años que son los que se vacunaron primero”. “Por supuesto que se debe empezar por los mayores de 80, 70, e ir bajando como se hizo en el comienzo de la campaña, pero es una necesidad concreta ya que en el mundo hay en este momento dos patrones de pandemia: la de los no vacunados o incompletamente vacunados y la de los vacunados con dos dosis con comorbilidades -sostuvo el infectólogo-. Esas personas que tienen dos dosis y padecen alguna enfermedad de base tienen riesgo de tener infección y complicarse y necesitan rápidamente la tercera dosis”.

En todo el país se
En todo el país se aplicaron hasta el momento 426.239 dosis extra, entre terceras dosis y refuerzos, según las cifras con que cuenta la Unidad de Datos de Infobae (Efe)

Tras recordar que “la aplicación de las vacunas es jurisdiccional por lo que del Ministerio de Salud depende la logística, la distribución, pero la capacidad de vacuna es básicamente de cada provincia”, López consideró que “es fundamental que especialmente el adulto mayor reciba la tercera dosis porque son los que tienen lo que se llama inmunosenescencia, que es una menor capacidad de producir anticuerpos”.

Por otro lado, el infectólogo señaló que “en casi todas las vacunas se está viendo que luego de los seis a ocho meses la cantidad de anticuerpos decrece significativamente y podría poner potencialmente en riesgo a la población que no recibió la tercera dosis, por eso deben dársela lo antes posible principalmente estos grupos definidos: los mayores de 70 independientemente de qué vacuna hayan recibido, los mayores de 50 que recibieron Sinopharm, que es de virus inactivado y requiere varias dosis para tener buenos niveles de anticuerpos, el personal de salud, que en su mayoría recibió la vacuna Sputnik V, y junto con ellos los inmunosuprimidos, que tienen menor capacidad de producir suficientes niveles de anticuerpos para protegerse del virus”.

“Debemos recordar que cuando bajan los anticuerpos el riesgo de desarrollar enfermedad más grave se hace presente, por lo tanto en ese sentido hay que invocar a la población para que se vacune”, concluyó López.

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