La vicepresidenta Cristina Kirchner fue sometida hoy a una operación programada en el Sanatorio Otamendi. Se trató de una una histerectomía completa, es decir, una extirpación del útero, el cuello uterino y los ovarios. La decisión se tomó porque habrían detectado un pólipo sospechoso.
Según el parte médico difundido por el centro médico tras la intervención, “el procedimiento ginecológico quirúrgico ha sido realizado por la vía laparoscópica”. “La paciente cursa un postoperatorio normal”, explica en el comunicado la directora médica de la institución, Marisa Lanfranconi.
“La histerectomía es la cirugía en la cual se extirpa el útero”, aseguró el ginecólogo y obstetra Juan Manuel Serini, Jefe de Servicio de ginecología del Hospital Gandulfo de Lomas de Zamora (MP 228926 MN 122456), en diálogo con Infobae.
“Puede ser realizada mediante cirugía laparoscópica, cirugía convencional o cirugía vaginal. Para la cirugía laparoscópica, se introduce una óptica a través del ombligo que nos permite ver los órganos abdominales y pelvianos, luego a través de pequeñas incisiones en el abdomen se introduce el instrumental necesario para operar”, detalló. Esta es la cirugía que le fue realizada a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
En la cirugía convencional, explicó Serini, se realiza una incisión abdominal que puede ser transversal similar a la incisión de la cesárea o una incisión vertical en la línea media abdominal: “la ventaja de la histerectomía laparoscópica es que permite un menor tiempo de internación, una recuperación de menor duración en comparación con la cirugía convencional y un mejor resultado estético”.
En la cirugía vaginal se extirpa el útero a través de la vagina. Esta vía es muy utilizada en los prolapsos uterinos.
El especialista precisó: “Dentro de los casos en los que se puede llegar a realizar una histerectomía en una mujer postmenopáusica podemos mencionar: prolapsos, hemorragias uterinas, patologías, premalignas endometriales, patologías oncológicas como por ejemplo el cáncer de endometrio, cáncer de cuello uterino, cáncer de ovario y los sarcomas uterinos”.
Según la ginecóloga Marisa Geller, especialista en reproducción y directora médica de In Vitro Buenos Aires: “en general cuando se extirpa el útero, sobre todo en una franja etaria en la que los ovarios no producen hormonas y no tienen función reproductiva, también se procede a la extirpación los ovarios y las trompas de falopio”, esto es una histerectomía completa. De acuerdo a la experta, cuando se realiza por vía abdominal los modos posibles de llevarla a cabo son la llamada laparotomía, que es una cirugía convencional: “con una incisión en la piel, como si fuera una cesárea, se retira el útero”.
La otra posibilidad es laparoscopía videoasistida: “Se hace una incisión mucho más chica, a nivel del ombligo. Se mete la cámara para poder ver y después a nivel de la ingle se hace dos incisiones pequeñas para poder trabajar con las pinzas quirúrgicas”.
En comparación, el postoperatorio es mucho más corto y menos molesto cuando se realiza una intervención de laparoscopía. Pero en ambos casos los puntos se quitan a los 10 días, que es cuando cicatriza.
¿Cuáles son los motivos por los cuales se puede realizar este procedimiento?
En mujeres menores de 50 años lo más común es por mioma, explica Geller: “Es el tumor benigno más frecuente, que no se maligniza pero se opera cuando produce síntomas. Es un tumor hormonodependiente, o sea depende de las hormonas que producen los ovarios. La única razón para operar un mioma es si hay síntomas, como pérdidas o dolor si es muy grande y comprime la vejiga o, si está para atrás, comprime el intestino. Tiene que se tan grande que amerite sacarlo”.
En mayores de 50, en cambio, Geller esbozó que es difícil que sea por un mioma: “En la mayoría de las veces es por un cáncer. Las mujeres mayores de 50 en general no menstrúan, y en general este procedimiento en ellas se realiza por la aparición de lesiones premalignas o por cáncer de endometrio, que es la capa interna del útero, o lesión premaligna. Cuando el endometrio se empieza a engrosar puede ser una lesión premaligna que se llama hiperplasia o cuando es maligna es cáncer de endometrio. En ambos casos puede dar pérdidas, y se saca el útero. También hay posibilidades de que que sea en cualquier lugar del útero pero lo más común es el endometrio”.
Tal como afirmó la especialista, se trata de una intervención que se realiza de modo programado. En el caso de laparotomía, el postoperatorio duraría entre 3 y 4 días, y en laparoscopía dura entre 1 y 2 días.
El Doctor Martín Attie, ginecólogo y especialista en reproducción, director médico de In Vitro Buenos Aires, sostuvo a Infobae: “La opción de cada una de las técnicas depende de la patología por la cual se opera al paciente, la edad del paciente y los antecedentes. Las principales indicaciones para hacerla es cuando hay miomas y producen gran sangrado o cuando la paciente tiene un endometrio (que es el tejido interno del útero) el que se descama en forma de sangre cuando hay menstruación en las mujeres en edad reproductiva”.
“En algunas mujeres, tras una biopsia en el endometrio, esa biopsia puede dar un mal resultado y por precaución se le retira el útero. En otros casos más graves se puede realizar una histerectomía por algo más radical, hablamos de una anexohisterectomía radical ampliado, que consiste en la extracción del cuello, del útero, de los ovarios de las trompas y los ganglios linfáticos. En ese caso, se trata de una cirugía oncológica que se realiza cuando hay un rastro o diagnóstico de cáncer ya sea en el cuello del útero, en el cuerpo, en el endometrio en los ovarios y ene las trompas. La cirugía en manos de profesionales experimentados es una cirugía que no tiene grandes riesgos, es una cirugía grande, el riesgo más grande es el de sangrado luego de la operación y en la lesión de órganos vecinos como la vejiga el reto o el intestino”, detalló el doctor Attie.
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