El consumo de alcohol y drogas durante la pandemia por COVID-19 creció exponencialmente. Los expertos coinciden en que se trata de otra consecuencia indeseada del confinamiento vivido tanto en la Argentina como en el resto del mundo.
Según la entidad Alcohólicos Anónimos (AA) local, el cinco por ciento de la población argentina (poco menos de tres millones de personas) transita entre los niveles de abuso y dependencia, y la franja etaria con mayor vulnerabilidad está entre los 25 y 35 años. Luego, le sigue la adolescencia y juventud (entre los 14 y 25 años), detallaron en un estudio.
Además, de cada 22 víctimas en accidentes de tránsito que se registran a diario en la Argentina, 9 ingirieron alcohol y drogas.
Corina Carabajal, coordinadora de AA, aseguró que también registraron un incremento notable en las consultas recibidas y que la pandemia y el aislamiento resultó un desafío en la atención y contención.
Un reciente informe de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), “la cuarentena se relacionó positivamente con una mayor frecuencia de consumo de alcohol socializando en línea y en presencia de niños, pero negativamente con una mayor frecuencia de consumo excesivo episódico”.
“Los síntomas de ansiedad se relacionaron con una mayor frecuencia de consumo excesivo de alcohol, un mayor consumo de alcohol socializando en línea y con beber antes de las 5 de la tarde. Aparentemente los ingresos más altos estuvieron más asociados con todos los comportamientos relacionados con el consumo del alcohol estudiados. Las mujeres tendieron a notificar menos consumo de alcohol antes de las 5 de la tarde y menos consumo excesivo episódico de alcohol durante la pandemia”, advierten.
Entre las conclusiones, destacaron que la pandemia por COVID-19 parece afectar el comportamiento relacionado con el consumo de alcohol y los indicadores de salud mental, como los síntomas de ansiedad. Este estudio es la primera iniciativa para medir las consecuencias de la cuarentena sobre el comportamiento relacionado con el consumo de alcohol y la salud mental en América Latina y el Caribe durante la pandemia de COVID-19 del organismo. Dadas las asociaciones encontradas, “se recomienda llevar a cabo pruebas de tamizaje e intervenciones breves para abordar el consumo del alcohol y la salud mental”, aconsejan desde la OPS.
De acuerdo al Observatorio de Adicciones y Consumos Problemáticos que coordina el defensor del Pueblo Adjunto bonaerense, Walter Martello, Argentina es el tercer país de América con mayor prevalencia de Consumo Excesivo Episódico (CEE) de alcohol en jóvenes entre 15 y 19 años, después de Estados Unidos y Uruguay.
En la última década, la prevalencia del consumo de cocaína aumentó 129%. Argentina es el territorio que ha mostrado mayor crecimiento entre aquellas naciones del continente americano con las tasas de consumo más elevadas.
En diálogo con Infobae, la licenciada en Trabajo Social Gabriela Torres, secretaría del organismo Políticas Integrales sobre Drogas de la Nación - SEDRONAR, distinguió: “Entender cómo se construye un consumo problemático es importante: es una relación que se va construyendo, esa persona va necesitando cada vez más esa sustancia. Los problemas de consumo problemáticos tienen que ver con la historia personal, con la formación de la subjetividad y también con el contexto de la época. En este sentido la pandemia es un elemento que conlleva una angustia, incertidumbre y preocupación tal que agravó este tipo de conductas”.
En 2020, desde la entidad emprendieron una investigación en conjunto con 7 universidades y observaron tres aspectos fundamentales: alcohol, medicamentos auto autoprescriptos y tabaco son las tres sustancias legales que más se consumen en la Argentina; el que consumía por ejemplo vino ocasionalmente algún día del fin de semana comenzó a adoptar esta modalidad de consumo durante también durante los días de semana; y también vieron que los jóvenes consumieron menos alcohol, ya que lo hacen en circunstancias sociales. En los adultos, se observó un claro aumento en el consumo de bebidas alcohólicas, sobre todo exacerbado en aquellos que perdieron sus trabajos o atravesaron crisis familiares, laborales y/o personales. Este estudio, realizado en 2020 por SEDRONAR, entre estudiantes de universidades, mostró también que 34,1% de los encuestados reconoció haber consumido marihuana durante 2020, superando al tabaco (30,4%).
Según especificó a este medio Torres, los números muestran que en este período atravesado por el COVID-19, aumentó un 300% la venta de alcohol, de acuerdo a la cifra informada por la entidad que nuclea a esta industria en la Argentina. El 11% de los productos de Precios Cuidados representa a las bebidas alcohólicas. “Durante la pandemia, 8 provincias incorporaron números telefónicos para la atención ‘línea de escucha’”, añadió.
“Los registros de las personas que atendemos desde SEDRONAR aumentó un 42% este año en relación a 2019, aunque también hemos inaugurado 296 locales para la atención, es decir que los lugares de consulta son más”, explicó Torres.
“El 80% del total de consultas que recibimos son mujeres que llaman por consultas en relación a adicciones, pero afirman que la información que requieren es para hombres. Por eso es muy importante abordar la temática con perspectiva de género y asimismo destacar que el consumo problemático de sustancias dañinas para la salud es un mal que afecta a todas las clases sociales, géneros y edades”, amplió la funcionaria.
Indicadores expuestos por la UNODC-ONU muestran que en la Argentina aumentó en la última década el consumo de éxtasis (MDMA) del 0,2 % al 0.3 %.
El Observatorio de Adicciones y Consumos Problemáticos de la Defensoría del Pueblo bonaerense realizó durante el mes de septiembre el relevamiento 2021 sobre el consumo de alcohol en jóvenes al que Infobae accedió de forma exclusiva.
Para ello realizaron 1.000 entrevistas a alumnos escolarizados de entre 12 y 18 años de edad mediante formulario virtual autoadministrado, en una tarea coordinada con personal directivo de cada establecimiento educativo donde se realizó la encuesta.
Algunos resultados preliminares del estudio, que abarcó escuelas de distintas localidades ubicadas en la provincia de Buenos Aires, muestran:
-78,5% de las y los entrevistados ha consumido alcohol alguna vez (prevalencia de vida). El 65,2% consumió durante el último año de pandemia (prevalencia anual) y 52,8% lo hizo en el último mes (prevalencia mensual).
-2 de cada 10 entrevistados/as empezó a beber a los 12 o 13 años de edad, y hay casos que reconocen haber probado en edades más tempranas.
-El 10,79% de las y los entrevistados reconocen haber tenido una experiencia vinculada al “Binge Drinking” (BD) o Consumo Episódico Excesivo de Alcohol” (CEEA): constituye en sí un consumo abusivo y de riesgo. El Ministerio de Salud de la Nación define el CEEA como: “Consumo Episódico Excesivo de Alcohol”, la ingestión de gran cantidad de alcohol (más de 5 UNEs(6) = 60 Gr/cc alcohol puro) en una sola ocasión o en un período corto de tiempo.
-La bebida preferida de los jóvenes que consumen alcohol es el fernet mezclado con gaseosa cola, por encima de la cerveza que se ubica como la segunda opción más elegida.
-Existe una baja percepción del riesgo: los resultados del relevamiento 2021 muestran que 1 de cada 5 de las y los consultados (22,60%) consideran que el consumo de alcohol es menos peligroso en comparación a otras sustancias como el tabaco, la marihuana y la cocaína. Asimismo, el 27,16% de las y los consultados reconoció que alguna vez viajó en un vehículo conducido por el/ella u otra persona que había consumido alcohol o drogas.
Consultado por Infobae, el doctor Carlos Damin (MN 55.353), jefe de Toxicología del Hospital Fernández, de la Cátedra de Toxicología de la Facultad de Medicina de la UBA y presidente de Fundartox, precisó: “Durante el inicio de la pandemia disminuyeron los consumos de sustancias ilegales y eso se debió básicamente a una dificultad en la distribución de la droga; pero esto fue diferente en el caso del alcohol, en dónde aumentó de forma importante su consumo, y esto se debía al aumento de la conflictividad intrafamiliar, el aislamiento generó un aumento de este tipo de conflictos, que trajo aparejado también un aumento en trastornos del sueño y por consiguiente la gente recurrió al alcohol y a los psicofármacos, que fueron básicamente los dos consumos que inicialmente aumentaron”.
De acuerdo al experto, “el consumo de alcohol en adolescentes y adultos jóvenes bajó ya que consumían en ocasión de eventos sociales -que estaban prohibidos por el aislamiento social- por lo cual disminuyó esta tendencia”.
“Las sustancias sintéticas tuvieron una baja inicial, pero luego repuntó en los últimos tiempos, para finalmente volver al consumo habitual. Empezó a aumentar la demanda de concurrencia de pacientes que se acercan al consultorio por adicciones, para intentar abandonar un consumo problemático, y observamos que en los últimos dos meses, duplicamos los casos de pacientes que atendemos en guardia de emergencias/urgencias y en consultorio externo”.
La Dirección General de Políticas Sociales en Adicciones del Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat del Gobierno de la ciudad de Buenos Aires e Intercambios Asociación Civil realizaron un estudio que reflejó la práctica y la frecuencia de consumo de sustancias psicoactivas y sus variaciones durante la cuarentena, su antes y después.
El estudio se realizó en mayor medida sobre una población de entre 18 y 40 años de la ciudad de Buenos Aires, y en menor medida, sobre otros núcleos urbanos del país. Es preciso aclarar que la información que permite caracterizar el perfil sociodemográfico de los participantes proviene de los datos que aporta la propia red y pueden no ser del todo precisos.
Entre los principales resultados se destaca que los participantes respondieron que su consumo de sustancias disminuyó o no varió durante la cuarentena, en parte por el cierre de los espacios de ocio donde ocurren la mayoría de los consumos recreativos y por el autocontrol del consumo en el ámbito privado.
Las sustancias más reportadas son el alcohol, la marihuana y el tabaco; con su ingesta -dicen los usuarios- se busca el relajamiento o reducir la ansiedad provocada por el aislamiento. No obstante, en la declaración de consumo se exhibe que ha aumentado el consumo de alcohol y marihuana y disminuido el de estimulantes y drogas psicodélicas. En términos generales, la marihuana es la sustancia más consumida durante todo el periodo de Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio.
Entre las prácticas de cuidado más frecuentes se reportaron la planificación del consumo, la ingesta de agua (en el caso del consumo de alcohol) y la alimentación previa al consumo. La búsqueda de información arrojó valores sustancialmente más bajos.
El estudio concluyó que un porcentaje cercano al 65% de los encuestados realizó prácticas de consumo controladas, que disminuyen los riesgos inherentes a la ingesta de sustancias psicoactivas. Este es un escenario que se viene constatando y consolidando con la aplicación de estrategias de reducción de riesgos y daños.
En la Argentina, para comunicarse con los profesionales del SEDRONAR de forma gratuita, anónima y en todo el país, llamar a la línea 141 o ingresar a https://www.argentina.gob.ar/sedronar/contacto, las 24 horas, todos los días del año
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