A pesar de los esfuerzos exitosos para controlar la meningitis en varias regiones, esta enfermedad sigue siendo un problema de salud pública. Por este motivo, la Organización Mundial de la Salud (OMS), en conjunto con 194 países, desarrolló la primera hoja de ruta mundial Poner fin a la meningitis para 2030 que establece una visión y una estrategia para poner fin a una enfermedad que es prevenible mediante la vacunación.
La iniciativa que fue presentada ayer en la Argentina establece un plan para abordar las principales causas de la meningitis bacteriana aguda -meningococo, neumococo, Haemophilus Influenzae y estreptococo del grupo B-, siendo las más frecuentes a nivel global. De esta manera se intentará eliminar la epidemia de meningitis bacteriana reduciendo en un 50% los casos mediante vacunación y las muertes en un 70%, como así también reduciendo la discapacidad y mejorando así la calidad de vida después de una meningitis debido a cualquier causa.
La meningitis es una enfermedad que se caracteriza por la inflamación de unas membranas denominadas meninges que recubren el cerebro y la médula espinal. Esta inflamación se produce habitualmente tras una infección ocasionada por virus, bacterias, hongos o parásitos que alcanzan al sistema nervioso central.
Si bien cualquier persona, sin importar la edad que tenga, puede contraer meningitis, los niños menores de cinco años y especialmente los menores de un año tienen mayor riesgo de padecer la enfermedad causada por bacterias. Los síntomas son variables según la edad y pueden ser bastante inespecíficos, dependiendo del tiempo de evolución de la enfermedad al momento de la consulta inicial y la respuesta del paciente a la infección.
Las primeras manifestaciones que pueden indicar meningitis son fiebre, náuseas, vómitos, diarrea, rigidez en la nuca, rechazo a la luz, irritabilidad y dolor de cabeza. Estos síntomas son distintos si se produce en un lactante o un niño más grande, adolescente o adulto.
De acuerdo con la Información sobre la vigilancia de las neumonías y meningitis bacterianas elaborado por el Departamento de Bacteriología del Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas (INEI) - ANLIS Dr. Carlos G. Malbrán, en la Argentina, el 70,6% de los casos de enfermedad por meningococo (meningitis y/o infección diseminada) fueron por serogrupo B, el 17,6% serogrupo W, el 5,9% serogrupo Y, el 5,9% por otros serogrupos.
“Hoy es una responsabilidad de todos nosotros que los niños en Argentina se vacunen contra los distintos agentes de meningitis. Todos tenemos un rol protagónico para cumplir con esta meta, el esfuerzo más importante en nuestro país es lograr mejorar las coberturas de vacunación. Este es el camino para poner fin a la meningitis en 2030″. El médico infectólogo pediatra Eduardo López es jefe del Departamento de Medicina del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez, y durante una rueda de prensa realizada ayer alertó que “por la pandemia de COVID-19, cayó la aplicación de vacunas del calendario obligatorio”, y resaltó que “la Argentina no se puede dar ese lujo de tener al 30% de los niños sin vacunar”.
De la rueda de prensa con motivo del anuncio de la OMS participaron también la doctora María B. Seoane, directora médica GSK Vacunas Argentina y Cono Sur, Paloma López Fabián, quien padeció una enfermedad invasiva por meningococo cuando tenía dos años y medio, y su mamá, Maribel Fabián.
Paloma, cuyos miembros inferiores y superiores debieron ser amputados a causa de la enfermedad, estudia Trabajo Social y contó que si bien hoy se dedica al maquillaje y practica surf, al principio le costó abrir su cuenta en Instagram porque le daba miedo la opinión del otro hasta que su hermana la “impulsó a salir adelante”. “Durante la cuarentena fue el estallido porque me empezaron a recomendar maquilladoras ‘muy grosas’ y desde ese momento me empezaron a hacer entrevistas en un montón de lados -confió-. A mí el maquillaje me ayudó a salir a la calle en un momento en que no me gustaba hacerlo”.
La meningitis se asocia con una alta mortalidad (1 de cada 10 pacientes) y con una elevada frecuencia de secuelas graves (1 de cada 5 pacientes) tales como daño cerebral, sordera, amputaciones y/o dificultad para el aprendizaje. Incluso cuando se diagnostica tempranamente y recibe tratamiento adecuado, un 5 a 10% de los pacientes fallece, generalmente en las primeras 24 a 48 horas tras la aparición de los síntomas.
¿Cómo prevenirla?
La vacunación es el método más efectivo para prevenir la meningitis bacteriana causada por meningococo, Haemophilus Influenzae y neumococo. Hoy en el Calendario Nacional de Vacunación existen vacunas que protegen contra estas bacterias. Con respecto al meningococo, hay vacunas disponibles contra los cinco principales serogrupos. Asimismo, como la mayoría de los microorganismos que pueden causar una meningitis son relativamente frecuentes en nuestro entorno habitual, los hábitos higiénicos también son fundamentales para prevenir la adquisición de estos gérmenes: lavado de manos a menudo (sobre todo después de ir al baño, toser, sonarse la nariz o cambiar pañales), evitar el contacto directo con personas enfermas y evitar compartir vasos o cubiertos.
Prevenir la enfermedad implica también bajar la tasa de discapacidad y, de esta manera, mejorar la calidad de vida después de la meningitis por cualquiera de las causas.
A pesar de los importantes avances logrados en las últimas décadas, la meningitis sigue siendo una enfermedad muy temida en todo el mundo con una alta tasa de letalidad y una propensión a causar epidemias que representan un gran desafío para los sistemas de salud, las economías y la sociedad.
La hoja de ruta mundial “Poner fin a la meningitis para 2030″ es el primer intento establecido en conjunto por 194 países para poner fin a una enfermedad que es prevenible mediante la vacunación.
Derrotar a la meningitis bacteriana es posible si todos los gobiernos se comprometen con ello, incluso los de los países desarrollados. Todos los gobiernos pueden hacer importantes aportes para hacer un mundo libre de meningitis, especialmente mediante el acceso universal a las vacunas.
En la Argentina, se producen alrededor de unos 200 a 300 casos de meningitis por año y alrededor de 25 muertes por año, según estimó Seoane.
“Vacunas hay, pero el problema es que no se aplican”, afirmó López durante su presentación. Por ejemplo, “la cobertura para la vacuna a los 11 años para el meningococo, en 2019, no superaba el 30% en la Argentina”, afirmó, al tiempo que recordó que la Argentina atravesó dos epidemias de meningitis, en las décadas del 70 y de los 90 y destacó que la vacunación es la única vía para evitar que eso vuelva a suceder.
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