La diferencia entre las 53.586.589 vacunas distribuidas y las 49.394.749 aplicadas en la Argentina es un número que a muchos llama la atención en el marco de una pandemia y de la urgencia que, según los especialistas, requiere inmunizar a la mayor parte de la población.
El dato es relevante: 10.461.840 vacunas no están siendo aplicadas, según la última actualización del Monitor Público de Vacunación, el registro online del Ministerio de Salud que muestra en tiempo real el operativo de inmunización en todo el territorio argentino.
No es por falta de dosis. Sin embargo, la tendencia se venía observando desde comienzos de septiembre, y el total de vacunas aplicadas en la última semana en la Argentina con relación a la semana previa bajó un 11,49%.
Si se discrimina por dosis, el total de primeras dosis aplicadas en la última semana con relación a la anterior bajó el 14,85%, en tanto las segundas dosis bajaron el 10,84%. Esto implica que de las 87.398 primeras dosis y 397.319 segundas que se aplicaron, por ejemplo, el miércoles 8 de septiembre, pasaron a 23.416 y 138.399 respectivamente, según el último dato disponible del pasado domingo 19.
Según informó ayer el Ministerio de Salud de la Nación, el 63,4% de toda la población tiene una dosis de alguna de las vacunas autorizadas de emergencia en el país contra el COVID-19. En tanto el 60,7% de la población con 18 o más años ya cuenta con las dos dosis.
Entre los que completaron su esquema de dos dosis, el 84,3% son mayores de 70 años; el 85,2% de las personas tiene 60 años o más, y el 82,3% son personas a partir de los 50 años.
Mientras que la población con una dosis abarca el 92,6% de quienes tienen 60 años o más, y el 92,5% de las personas con 50 o más años. A saber: El 93,3% de las personas entre 55 y 59 años, al igual que el 91,6% de los pertenecientes a la franja etaria entre 50 y 54 años; el 89,6% de los que tienen entre 45 y 49, y el 92,6% del siguiente grupo entre 40 y 44 años. También recibieron la primera dosis el 89,1% de las personas entre 35 a 39 años; el 85,3% de quienes tienen entre 30 y 34; el 80% de la franja etaria entre 25 y 29 al igual que el 76,9% del grupo de 18 a 24 años.
En el medio, existe un porcentaje de población que no recibió ninguna dosis. Y ese es el dato que preocupa. Porque están en condiciones de hacerlo, y tienen vacunas a disposición.
Se deduce que puede tratarse de personas que se inclinan por la opción de no vacunarse, o bien desean recibir alguna de las formulaciones pero por alguna causa que se desconoce no tiene la primera dosis aún. “Ese universo nunca lo pudimos medir porque no hay datos -explicaron desde la Unidad de Datos de Infobae-. Hay que considerar que la mayoría de los trámites son por internet o a través de aplicaciones móviles y hay un porcentaje de gente que no tiene acceso a la tecnología”.
Esos dos universos -los que no se quieren vacunar y los que no tienen acceso a la tecnología- “no se pueden calcular porque no se sabe el total de inscriptos, ya que según explican las autoridades sanitarias son números que maneja cada provincia”.
Desde la cartera sanitaria, la explicación que dieron ante la consulta de Infobae fue que “la recomendación es completar esquemas” y acorde a las metas que se fijó para la campaña en el último mes “es lógico que disminuyan las aplicaciones de primeras dosis”.
Para el médico infectólogo Lautaro De Vedia (MN 70640), una de las razones que puede explicar el estancamiento de la aplicación de primeras dosis tiene que ver con que “ya haya mucha población vacunada y no haya mucho techo para seguir creciendo”. “En la Ciudad de Buenos Aires creo que ya hay 75% de población vacunada y a nivel nacional 65%; intuyo que tiene que ver con eso”, dijo indagado por este medio.
En tanto su colega, la médica infectóloga María Cecilia Niccodemi (MN 105624) opinó que “no tiene que ver con falta de acceso a las vacunas o que la gente no se quiera vacunar”. “Creo que tiene más que ver con dificultades en la logística en estas últimas semanas; hay mucha gente que está anotada y no la están vacunando y disponibilidad de vacunas hay”, sostuvo la especialista del staff del Centro Médico Doctor Stamboulian y Sanatorio La Trinidad San Isidro.
E insistió: “Creo que es muy importante completar el esquema de dos dosis a la mayoría de las personas de más de 30 años, que son la población que fue más vulnerable en la segunda ola, y que sabemos que con dos dosis la protección para la cepa Delta es mayor que con una dosis, y se evitan internaciones y muertes”.
Finalmente, el médico infectólogo Eduardo López (MN 37586) consideró que “el problema es que las vacunas no se aplican”. “Es la discusión de siempre; evidentemente hay algún tema en las jurisdicciones especialmente sábados, domingos y feriados”, sostuvo el especialista, para quien “esto no es bueno porque estira la meta de vacunar con dos dosis a la mayor parte de la población”.
“Ahora no es un tema de provisión de vacunas -continuó-. Puede haber un porcentaje de gente que se inscribe y no se llama para vacunar, gente que no se va a vacunar, gente que se vacunó en el exterior”.
Y para librar las posibles dificultades tecnológicas en el acceso, López opinó que “a esta altura de la campaña, la vacunación debería ser libre, sin inscripción”.
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