De la mano de la inmunidad natural que adquieren quienes contraen COVID-19 y de la campaña de vacunación puesta en marcha hace casi nueve meses en la Argentina, la segunda ola de la pandemia parece ir perdiendo fuerza en el país, a la vista de los nuevos casos que se notifican a diario.
Pese a esto, la desaceleración de nuevos casos de coronavirus en el país no se condice con el número de muertos, que si bien también se encuentra en descenso, lo hace de manera más lenta.
Según las cifras oficiales, la Argentina está aún en el top ten de casos acumulados: ocupa la novena posición por debajo de Estados Unidos, India, Brasil, Reino Unido, Rusia, Francia, Turquía e Irán.
En cantidad de muertes está en la posición 13 a nivel mundial, por debajo de Estados Unidos, Brasil, India, México, Perú, Rusia, Indonesia, el Reino Unido, Italia, Colombia, Francia e Irán. La semana epidemiológica 22 de este año se dio el pico de fallecidos en el país, con 4.300 en un día.
En la última semana, comparada con la anterior, el promedio de nuevos casos diarios bajó un 27%. Para idéntico período, los casos COVID-19 en Unidad de Terapia Intensiva (UTI) bajaron 22%, tal el análisis de la Unidad de Datos de Infobae.
En cuanto a la cantidad de muertos, por fecha de notificación, la semana pasada el promedio de nuevos muertos diarios era de 129 y esta última semana de 144, lo cual implica un aumento del 11%.
No obstante, la fecha de notificación no refleja la situación real de los muertos diarios, ya que la curva, por fecha de fallecimiento, se encuentra en descenso.
Sin embargo, el ritmo al que bajan los nuevos casos es más acelerado del ritmo al que bajan los nuevos muertos.
Al respecto, y ante la consulta de Infobae, la directora nacional de Epidemiología e Información Estratégica del Ministerio de Salud, Analía Rearte, comenzó a explicar que “en epidemiología siempre el análisis de estas variables se hacía de manera semanal, pero la pandemia llevó a algo inusual que es tener que registrar datos diarios”.
En ese sentido, señaló que “para el estudio de la mortalidad, sin pandemia, ante cada deceso un médico emite un certificado de defunción, el cual se codifica, pasa al Registro Civil correspondiente y tras una serie de pasos formales se obtiene el acta de defunción”. Y tras destacar que “hoy esa acta es de papel” y resaltar que una de las cosas que desde el área que coordina intentan hacer, en paralelo con el manejo de la pandemia, es digitalizar toda esa información para un estudio más pormenorizado, Rearte continuó: “Después el acta va a la oficina de estadística de cada provincia, y luego se pasan los datos a Nación”.
Las provincias tienen tiempo hasta junio de cada año para entregar esos datos, por eso siempre el análisis de los números y las causas de la mortalidad ésta disponible al año siguiente”.
“Desde la aparición del COVID-19, tenemos el Sistema Nacional de Vigilancia de la Salud (SNVS) y de allí hoy se sacan los registros de mortalidad -continuó la funcionaria-. Por eso lo ideal es mirar la curva por fecha de fallecimiento; la fecha de notificación de mortalidad no es una fecha que se use para analizar la evolución de la mortalidad”.
Según ella, “hay mucha revisión hacia atrás de las provincias para completar el SNVS; las provincias revisan los casos y actualizan el sistema de vigilancia, por eso no es lo más adecuado analizar los fallecidos por fecha de notificación sino por fecha de fallecimiento que está cargado en el sistema”.
“Por ejemplo, de los 176 fallecidos informados ayer (por el martes), sólo 40 eran de septiembre, el resto es carga retrasada”, graficó Rearte.
Y agregó: “Cuando presentamos el informe de Exceso de mortalidad por todas las causas en contexto de pandemia de COVID-19 vimos que tenemos muy poco registro de submortalidad. Esto que retrasa los datos, en verdad es una fortaleza porque el número final termina siendo muy similar a lo que ocurre en la realidad cuando se analizan las causas de mortalidad”.
En opinión del médico infectólogo Lautaro De Vedia (MN 70640), este desfase entre la baja en el número de nuevos casos y el de fallecidos diarios, opinó que “se debe pensar en el retraso en la carga de los datos”, y en este punto -para él- no hay que pensar “sólo en Buenos Aires sino tener en cuenta el resto del país”.
“Nosotros en el hospital tenemos en este momento sólo tres pacientes en terapia -insistió el experto del Hospital Muñiz y ex presidente de la Sociedad Argentina de Infectología (Sadi)-. El último se internó esta semana, pero desde el 15 de agosto no internábamos a nadie y por ende no fallecían personas por COVID”.
Fernando Valdivia es médico veterinario, consultor en Epidemiología, Salud Pública y medicina comparada, y ante la consulta de este medio consideró que “independientemente de que la cantidad de testeos diarios es un dato de poca confiabilidad (dado que jamás se testeó siguiendo criterios de muestras realmente representativas), está claro que la cantidad de casos positivos viene disminuyendo desde hace varias semanas”.
Para él, “esta desaceleración de la cantidad de casos positivos tiene que ver con que se alcanzó cierto nivel de ‘inmunidad de rebaño’, (por inmunización natural más vacunación) suficientemente alto como para que la circulación viral se vaya limitando. Es parte del ciclo natural de una epidemia”.
Sin embargo, “esta disminución de casos positivos no observa una relación clara con la cantidad de fallecidos diarios, que es más alta que la que debería estarse registrando”, opinó Valdivia, quien sostuvo que “la única explicación racional a este fenómeno tiene que ver con retrasos en las cargas de datos de fallecidos, que es algo que se viene observando desde hace un año. Más allá de ensayos con varios sistemas de carga que se hicieron, la informalidad y la falta de rigurosidad en el manejo de los datos fue una constante durante toda la pandemia”.
En la mirada del médico infectólogo Eduardo López (MN 37586), “la curva de muertes viene bajando a pesar de que los números son altos”. “Por semana epidemiológica, cada siete días se ve que los números bajan -analizó-. La carga de datos es más rápida para los casos y más lenta para los muertos, y además cuando se revisa para atrás en las jurisdicciones se notifican muertos que no se habían notificado”.
Así, para él, el desfase entre las dos curvas “tiene que ver con la carga de datos y la revisión de casos”. “Si se miran las medias epidemiológicas de muertes, la curva viene bajando significativamente, aunque lo haga de manera más lenta que lo que bajan los casos”.
Y concluyó: “La ocupación de camas COVID en las UTI también es un indicador que está a la baja y ése es otro dato que acompaña la tendencia”.
SEGUIR LEYENDO