Si de detectar de manera temprana el cáncer de mama hablamos, que según los últimos datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) superó al de pulmón como la forma más común de la enfermedad y representa casi el 12% de los nuevos casos a nivel mundial al año, seguir de cerca los biomarcadores resulta toda una novedad en medicina preventiva.
Sobre la importancia de medir los linfocitos infiltrantes de tumor (TILs) como marcador pronóstico y predictivo en cáncer de mama, expuso el experto en anatomía patológica Roberto Salgado en el XV Congreso Argentino e Internacional de Mastología llevado a cabo por la Sociedad Argentina de Mastología (SAM).
El especialista del Peter MacCallum Cancer Center en Melbourne (Australia) es uno de los speakers internacionales con que contó el encuentro, que este año tuvo la modalidad virtual y ante la consulta de Infobae explicó que “los TILs son un tipo de célula inmunitaria que se ha movido de la sangre a un tumor”. Se trata de linfocitos que se encuentran de forma natural en los infiltrados inflamatorios de algunos tumores sólidos.
Y consultado acerca de la importancia de la información que arrojan ahondó: “Utilizando material recopilado de varios ensayos clínicos aleatorios que incluyen a miles de pacientes, varios investigadores han estudiado y, muy recientemente, validado el valor predictivo de los TILs a la inmunoterapia y quimioterapia, así como su valor pronóstico. Es una información importante para los pacientes y se obtiene de una manera bastante sencilla, fácil y, sobre todo, sin gastos económicos importantes. Lo único que se necesita es un microscopio. Cualquier laboratorio en el mundo lo puede hacer”.
La reactivación de estas células inmunitarias presentes en el organismo, sobre todo en el caso de las mujeres con tumores HER2 positivo y triple negativo, mejora la respuesta del sistema inmune y actualmente existen “numerosas evidencias de que mujeres con estas variantes y elevados niveles de TILs han tenido una excelente supervivencia, siendo cercana al cien por cien a los cinco años”, en palabras de Salgado.
- ¿Qué acciones pueden realizarse de manera anticipada conociendo este valor?
- Lo más importante es que con esta información se puede informar al paciente de una manera más clara cómo su sistema inmunológico está atacando el cáncer. A los oncólogos, los TILs dan una información de pronóstico importante que ningún otro biomarcador puede dar. Esta información le sirve al oncólogo para decidir, junto con el paciente, la necesidad y cantidad de la quimioterapia.
- ¿Cuál es la importancia de medirlos como marcador pronóstico y predictivo en cáncer de mama?
- Ahora sabemos que los pacientes triples negativo que tienen muchos TILs tienen una supervivencia a largo plazo excelente. No hay otra manera de informar al paciente ni al oncólogo de esta información más que con los TILs. Junto con otros biomarcadores pronósticos, dados por el patólogo, el oncólogo tiene una idea más clara de cómo su paciente lo va a hacer en el futuro. Del punto de vista predictivo para la inmunoterapia, los TILs también pueden definir si un paciente va o no va a responder a esta terapia importante, ya que cada inmunoterapia necesita TILs, y si no hay TILs, el tumor no va a responder a la inmunoterapia.
Acerca de si recomendable dosarlos en mujeres con antecedentes familiares o propios de la enfermedad o en toda la población, el especialista explicó que “por el momento los TILs han sido investigados sobre todo en cáncer de mama y pulmón. Es útil dosarlos en cada paciente con cáncer de mama, y si no es posible, sobre todo en los pacientes que tienen cáncer de mama HER2+ o triple negativo”.
“Ya que los TILs se están investigando en muchos tumores, y viendo que se pueden evaluar con un simple microscopio, pienso que los TILs van a entrar en muchas prácticas oncológicas además que la del cáncer de mama y pulmón”, consideró.
En este sentido, Salgado destacó que “siempre es útil conocer este valor, ya que da una indicación del sistema inmune del paciente. El efecto al tratamiento de la quimioterapia e inmunoterapia si hay muchos TILs es impresionante, y no hay otro marcador que dé esta información por el momento”.
¿Hacia una medicina cada vez más personalizada?
Con técnicas de screening y tamizaje que se definen “a medida” del paciente, y la posibilidad de conocer la presencia o no de estos biomarcadores, Infobae consultó al médico mastólogo y presidente de la SAM, Juan Luis Uriburu (MN 72.558), quien evaluó: “En cuanto al cáncer de mama se refiere, otrora se trataba a la enfermedad; se trataba el cáncer de mama. Desde hace muchos años el objetivo cambió, para tratar a determinada mujer con cáncer de mama. Se comenzó a personalizar el tratamiento para cada paciente. No todas las pacientes son iguales. La ciencia avanzó y aquel objetivo fue superado. Podemos decir que hoy tratamos a cada mujer con determinado cáncer de mama ya que no todos los cánceres son iguales”.
Para el jefe del Servicio de Mastología del Hospital Británico de Buenos Aires, “así como la cirugía del cáncer de mama fue evolucionando y transformándose cada vez más conservadoramente, también los tratamientos adyuvantes (complementarios a la cirugía) fueron individualizándose para cada tumor”.
“Desde hace mucho tiempo identificamos aquellos tumores que son respondedores a los tratamientos hormonales o endocrinos. Esa identificación y estos tratamientos mejoraron el pronóstico de la enfermedad -señaló-. Desde hace algunos años se han reconocido oncogenes, para los cuales luego se diseñaron anticuerpos monoclonales que son dirigidos como “terapia blanco” para esos determinados tumores; que eran más agresivos por expresar el gen, pero que vieron mejorado su pronóstico al recibir y responder satisfactoriamente a estas terapias”.
De años más cercanos es la identificación, para cierto tipo de tumores (no para todos), de genes que pueden calcular el riesgo de recaída de la enfermedad, como así también predecir si ese determinado tumor se beneficiará o no con un eventual tratamiento quimioterápico. “Y entonces, surgió la evidencia para poder indicarle la quimioterapia a aquellas pacientes que la necesiten y poder evitársela a quienes no les brinde beneficio”.
Asimismo, en palabras de Uriburu, “la radioterapia también está en el camino de reducir la intensidad de los esquemas que se aplicaban antes”. “En definitiva, es cierto que el rumbo de la medicina en cáncer de mama apunta a personalizar el tratamiento; personalizar en cuanto al individuo, pero también y especialmente en cuanto a cada tumor; para así, poder aplicarle el mejor tratamiento que necesite; no darle aquel otro tratamiento que no sea necesario y, como resultado, mejorar, no sólo el pronóstico de la enfermedad, sino también, la calidad de vida de las pacientes”.
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