El vicepresidente de la Sociedad Latinoamericana de Infectología Pediátrica, Roberto Debbag, aseguró que el problema en la Argentina todavía es el difícil acceso de parte de la población a las segundas dosis de las vacunas contra el coronavirus.
“Ahora se están dando aproximadamente 210 mil segundas dosis diarias, ese fue el promedio en los últimos siete días. Y eso es insuficiente. A este ritmo, vamos a tardar mucho tiempo en lograr una población que tenga al menos un 70 por ciento de sus habitantes con el esquema de vacunación completo”, afirmó el médico en declaraciones a la periodista María Laura Santillán, en CNN Radio.
“El problema en la Argentina no es la desconfianza en la vacuna, que de acuerdo a nuestras investigaciones está en alrededor del 7 u 8 por ciento, el problema es no tener las vacunas para las segundas dosis o no ser llamado”, completó.
De acuerdo a datos oficiales, sólo un poco más del 21 por ciento de la población total de la Argentina recibió el esquema de vacunación completo, mientras que el 58 por ciento recibió una sola de las dosis de vacunación contra el Covid-19.
“EEUU está con un 59% de la población con sus dos dosis aplicadas y en Argentina estamos cerca del 25%. Lo que deberíamos es administrar diariamente entre 500 y 600 mil segundas dosis para que en dos a tres semanas podamos tener ese en por lo menos más del 50. Y ahí podremos saber si tenemos un impacto menor, en caso de que la variante Delta golpee en Sudamérica”, analizó el infectólogo.
Debbag afirmó que el principal problema en la Argentina, al igual que en Sudamérica, es el acceso a las vacunas, no como en EEUU, donde se están realizando tareas de concientización para el casi 40 por ciento de la población que es reticente a inocularse.
El foco del especialista está puesto en las estrategias y la logística necesaria para que desde el Estado se pueda llevar las vacunas a los puntos de más difícil acceso o más alejado de las grandes ciudades.
“Cuando las vacunaciones son cosmopolitas no hay problemas logísticos, ahora cuando esos lugares cosmopolitas tienen buenas tasas de vacunación, si tengo buena logística puedo llegar al interior bien. Si no, se va a generar una nueva complicación. En la Argentina, esto que se dice de la obligatoriedad de que si no estás vacunados no trabajás, primero hay que garantizarle la vacunas a la gente”, completó.
“Los esquemas para que la protección sea efectiva y no sólo para bajar la mortalidad es la administración de la dosis completa y estas no están siendo aceleradas en la Argentina”, agregó.
Debbag advirtió que esos ciudadanos de ciudades o pueblos de difícil acceso a la vacuna pueden convertirse en potenciales portadores y amplificadores de variantes de preocupación, como la Delta, o incluso corren el riesgo de poder propagar alguna nueva variante producto de alguna mutación del virus.
“Hay un agregado, en esta cuestión del ‘virus forever’, que augura que el coronavirus estará presente para siempre o al menos por muchos años, si yo no busco a las poblaciones para vacunarlas, estas personas son susceptibles y pueden transmitirse estas variantes o convertirse en portadores de nuevas variantes. Por eso, la vacunación tiene que ser lo más rápida posible”, desarrolló el especialista.
“Esto en el Mundo se soluciona con la tecnología, no con aplicativos, con sistemas de registros, trackeo, manejo de la información de los datos para saber si esa vacuna que está más o menos cerca de la vacuna puede llegarle en un momento determinado”.
Debbag advirtió que algunas posibles soluciones para la aceleración de las aplicaciones de segundas dosis son la apertura a otros canales de vacunación, como la ampliación de centros de aplicación, la categorización de algunas farmacias o incluso los propios Municipios.
“Creo que es una cuestión de disponibilidad de vacunas y generar un coronograma claro de cuándo van a llegar las vacunas a la argentina y cuándo se van a aplicar. No es que las vacunas van a perder su memoria en el organismo, pero la verdad es que uno sabe que la segunda vacuna tiene que darse a los 28 días porque son menos eficaces”, explicó.
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