Los cigarrillos electrónicos fueron promocionados como una opción alternativa “más saludable” a los productos tradicionales con tabaco como las pipas y cigarrillos comunes. Muchos lo creyeron y empezaron a vapear. Ya 32 países han prohibido su comercialización y publicidad, pero aún se siguen usando a través de la venta en Internet. Ahora se sabe que las niñas y los niños que consumen los cigarrillos electrónicos tienen hasta el triple de probabilidad de consumir los cigarrillos comunes en el futuro. Su salud está en peligro.
En el último informe global sobre el consumo de tabaco, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reveló que constató “con preocupación” el riesgo que significa el uso de los cigarrillos electrónico (o los sistemas electrónicos de administración de nicotina) para la población infantil. Por eso, recomendó a los gobiernos que pongan en marcha reglamentaciones “para evitar que los no fumadores empiecen a consumirlos, impedir que el hábito de fumar vuelva a normalizarse en la sociedad y proteger a las generaciones futuras”.
No es casual que las chicas y los chicos se vean atraídos por el vapeo con los cigarrillos electrónicos. La industria tabacalera y las industrias conexas que los fabrican apuntan con frecuencia a niños y adolescentes en las promociones a través de “miles de aromas atractivos y afirmaciones engañosas”. “La nicotina es sumamente adictiva. Los sistemas electrónicos de administración de nicotina son dañinos y deben regularse mejor”, advirtió el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, director General de la OMS.
Con la puesta en marcha del primer tratado de salud pública, el Convenio Marco para el Control del Tabaco, que se firmó en 2003 y ha sido ratificado por más de 168 países (el Congreso de la Argentina aún lo tiene pendiente) y con las normas nacionales, se fue desalentando y reduciendo el consumo de tabaco en sus formas tradicionales. Las ventas empezaron a caer, y la industria urdió estrategias para puentear esos frenos que se han impulsado para proteger a la salud pública.
“Hasta que una investigación independiente demuestre el perfil de riesgo real de estos productos, los gobiernos deberían ser cautos. Las pruebas basadas en la ciencia, y no en el marketing, deberían guiar sus acciones”, enfatizó el director de la OMS.
El empresario Michael Bloomberg, que es también embajador mundial de la OMS para las Enfermedades No Transmisibles y los Traumatismos y fundador de Bloomberg Philanthropies, denunció que “más de mil millones de personas en todo el mundo todavía fuman. Y puesto que las ventas de cigarrillos han caído, las empresas tabacaleras comercializan agresivamente nuevos productos –como los cigarrillos electrónicos y los productos de tabaco calentado– y presionan a los gobiernos para que limiten su reglamentación. Su objetivo está muy claro: enganchar a otra generación a la nicotina. No podemos permitirlo”.
Consultada por Infobae, Patricia Sosa, directora de Programas para América Latina de la organización Campaña por Niños Libres del Tabaco (Tobacco-Free Kids), en Washington, Estados Unidos, explicó por qué es necesario que los padres, los cuidadores, los adolescentes, las niñas, y los niños conozcan los riesgos de los cigarrillos electrónicos. “Cuando hablamos de niños y adolescentes y el uso de los cigarrillos electrónicos, no hay que perder de vista que estamos hablando de exponerlos a la nicotina, que es una sustancia altamente adictiva que puede dañar el desarrollo del cerebro”, afirmó.
Los cigarrillos electrónicos -advirtió Sosa- pueden contener hasta el doble de nicotina que los cigarrillos convencionales. Además, los cigarrillos electrónicos presentan al menos otros 80 componentes nocivos, incluidos el acetaldehído (posible carcinógeno), formaldehído (carcinógeno conocido), acroleína (toxina) y metales como níquel, cromo y plomo.
“La industria tabacalera y las empresas de cigarrillos electrónicos buscan deliberadamente convertir a las nuevas generaciones en adictas a sus productos. Estas empresas utilizan una enorme cantidad de recursos para publicitar agresivamente los cigarrillos electrónicos en América Latina. Desde tiendas de lujosas, diseñadas para atraer a adolescentes y jóvenes, hasta influencers en las redes sociales a los que les pagan para inundar Instagram con imágenes de sus productos”, afirmó Sosa, quien es graduada de la Escuela de Derecho de la Universidad George Washington, en diálogo con Infobae.
También la experta señaló que “los cigarrillos electrónicos vienen en una alarmante variedad de sabores y amenazan con deshacer décadas de progreso en la reducción de las tasas de tabaquismo en todo el mundo. De hecho, el nuevo informe de la OMS encontró que hay aproximadamente 16.000 sabores de cigarrillos electrónicos disponibles en algunos mercados, muchos de los cuales atraen a niños, niñas y adolescentes”.
Varios estudios científicos en los Estados Unidos han sugerido que los sabores juegan un papel importante en el uso de cigarrillos electrónicos en este grupo de la población. “No hay absolutamente ninguna razón para que los cigarrillos electrónicos vengan en sabores como chocolate. Son sabores diseñados claramente para volver adicto a un público muy joven”, remarcó.
En junio pasado, se informó que la compañía de productos de vapeo Juul llegó a un acuerdo en Carolina del Norte, en los Estados Unidos, para cerrar un litigio que tenía pendiente en su contra por haber promocionado sus productos entre menores de edad a cambio de pagar 40 millones de dólares. Carolina del Norte fue el primer estado que llega a un acuerdo con la firma de cigarrillos electrónicos por dirigirse a los jóvenes a través de anuncios en las redes sociales y otros puntos de venta. Otros 13 estados y D.C. también han demandado a la empresa de cigarrillos electrónicos.
En América Latina, habría altas tasas de consumo de cigarrillos electrónicos entre adolescentes en varios países, según Sosa, aunque faltan estudios epidemiológicos actuales, y explicó: “Es el resultado directo de las tácticas de marketing orientadas a los jóvenes por parte de las empresas tabacaleras y las de cigarrillos electrónicos que continúan utilizando campañas masivas de marketing en las redes sociales, con lemas como “te reto a probarlo”, para promover los cigarrillos electrónicos. Basta echar un vistazo a estas campañas para saber quién es el verdadero público: la juventud”.
Según la OMS, ya 32 países -con 2.400 millones de personas- han prohibido la venta de cigarrillos electrónicos. Otros 79 han implementado medidas parciales para regular esos productos, lo que representa 3.200 millones de personas. “Es fundamental que más países regulen eficazmente los cigarrillos electrónicos para garantizar que estos productos no alimenten a la próxima generación de consumidores de tabaco. Estas regulaciones deben incluir prohibiciones de sabores, ya que amenazan con socavar décadas de progreso en la reducción de las tasas de consumo de tabaco en el mundo”, sostuvo Sosa.
En Chile, en 2014 consumía cigarrillo electrónico el 0.5% de los adolescentes. En 2018, el uso creció al 2.2%, según el Estudio Nacional de Consumo de Drogas en Población Escolar. En Perú, entre 2014 y 2019 el consumo casi se triplicó hasta alcanzar al 6,3% de los adolescentes. En Argentina, el 7.1% usaba cigarrillos electrónicos en 2018 según la Encuesta Nacional de Tabaco en Jóvenes; en Colombia, el 9% en 2017; y en Ecuador, el 10.7% en 2016.
En la Argentina, donde está prohibido pero igualmente se consume, el Ministerio de Salud de la Nación ha advertido en su página web que los cigarrillos electrónicos emiten aerosol y no vapor de agua: “El aerosol contiene numerosas sustancias tóxicas y cancerígenas, además de nicotina lo que mantiene la adicción. Aún cuando el tanque está rotulado como libre de nicotina, puede contenerla. Los cigarrillos electrónicos no son seguros ni para fumadores ni para no fumadores”.
¿Qué se puede hacer para evitar o desalentar el consumo del cigarrillo electrónico? “Hable con su hijo o adolescente sobre por qué los cigarrillos electrónicos son perjudiciales para ellos. Nunca es demasiado tarde”, recomiendan a los padres los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos.
Desde la Sociedad Argentina de Pediatría, la secretaria del grupo de trabajo en adicciones, la médica pediatra y especialista en adolescencia, Graciela Morales, contó que hoy es clave hablar con las niñas, los niños y los adolescentes abiertamente sobre los riesgos para la salud de los diferentes productos con tabaco, incluyendo a los cigarrillos electrónicos.
“Una charla franca sobre los productos con tabaco ayudan a la prevención para que los chicos no se inicien en el consumo”, expresó Morales. “Si ya consumen, también es importante conversar y buscar reducir daños: sugerir que bajen la frecuencia para que lo vayan dejando. Cuando más temprano consumen cigarrillos electrónicos, más fácilmente se desarrollará una adicción a consumir tabaco convencional. Si los chicos no cuentan con un entorno contenedor de adultos que los acompañen diariamente, habría un mayor riesgo para desarrollen adicciones”.
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