La piel, el órgano menos pensado al que puede afectar el COVID-19

Especialistas describieron una serie de manifestaciones cutáneas que muchas veces pasan inadvertidas y que pueden estar relacionadas con el coronavirus. Cuáles son las más frecuentes

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El exantema es una erupción cutánea de color rosáceo que aparece generalmente como consecuencia de algunas enfermedades infecciosas (Getty)
El exantema es una erupción cutánea de color rosáceo que aparece generalmente como consecuencia de algunas enfermedades infecciosas (Getty)

Los síntomas de COVID-19 son numerosos y muchos de ellos pasan casi inadvertidos por quien atraviesa el cuadro de manera leve.

En el caso de las afectaciones dermatológicas, que los especialistas advierten cada vez en más pacientes, pueden surgir a causa del virus. También aparecen con mayor frecuencia en las personas que fueron vacunadas.

Sin embargo, según los expertos, en ambos casos no se trata mayoritariamente de síntomas muy preocupantes y en la mayoría desaparecen sin necesidad de tratamiento.

Desde el inicio de la pandemia se estudió la relación entre el coronavirus y los problemas dermatológicos y se constató que la afectación es muy baja. Es que algunas manifestaciones dermatológicas serían reactivas a la infección del SARS-CoV-2, de hecho a cualquier infección, y esto se da a razón de activarse el sistema inmunológico.

“De los primeros 2.761 pacientes que consultaron en urgencias o ingresaron en el Hospital Clínic de Barcelona con síntomas de COVID-19 durante la primera ola de la pandemia en el mes de marzo de 2020, únicamente el 2,1% presentó lesiones cutáneas inducidas por el SARS-CoV-2”. Según la médica de ese centro de salud Priscila Giavedoni, el tipo de lesión más frecuente en los pacientes que ingresaban eran los exantemas, que podían estar producidos por el mismo virus o por los tratamientos administrados.

“En los pacientes ambulatorios observamos muchos casos de sabañones en primavera, una época del año en donde usualmente son infrecuentes. En aquel inicio de la pandemia las manifestaciones cutáneas muchas veces pasaban desapercibidas en pacientes gravemente enfermos que no podían siquiera respirar solos”, añadió la especialista.

Las alteraciones dermatológicas son más frecuentes después de la vacunación, aunque los efectos adversos cutáneos detectados son en su gran mayoría leves y transitorios
Las alteraciones dermatológicas son más frecuentes después de la vacunación, aunque los efectos adversos cutáneos detectados son en su gran mayoría leves y transitorios

El exantema es una erupción cutánea de color rosáceo que aparece generalmente como consecuencia de algunas enfermedades infecciosas.

Precisamente por ello, Giavedoni resaltó que “mirar la piel es clave, ya que puede ser la protagonista que permite detectar la enfermedad, por ser la primera o la única señal de la infección. Esto se vio en pacientes que consultan por sabañones en manos y pies o lesiones de urticaria”.

Y tras añadir que “esta tendencia de la afectación cutánea por el SARS-CoV-2 se siguió observando en estudios posteriores y parece ser que las manifestaciones cutáneas son aisladas en casos leves y en pacientes hospitalizados pueden alcanzar hasta un 8%”, la especialista sugirió que “en estos pacientes más graves que requieren ingreso, las lesiones más frecuentes siguen siendo los exantemas que también siguen atribuyéndose tanto al virus como a los tratamientos utilizados”.

En general, las lesiones en la piel relacionadas con la COVID-19 son leves y autolimitadas. En pocos casos se necesita un tratamiento sintomático y son excepcionales los casos de pacientes que necesitan ingreso hospitalario sólo por manifestaciones cutáneas. En este grupo se encuentran los pacientes que presentan trombosis, una complicación conocida de esta enfermedad que además de afectar a los pulmones puede dañar los vasos que irrigan la piel y causar necrosis. Pasado el período agudo de infección, algunos pacientes tienen síntomas persistentes, conocidos como long COVID o COVID prolongado. La manifestación cutánea más frecuente en este grupo es la caída del cabello, que en la mayoría es leve y autolimitada, y necesita sólo un tratamiento tópico de pocas semanas de duración.

En general, las lesiones en la piel relacionadas con la COVID-19 son leves y autolimitadas
En general, las lesiones en la piel relacionadas con la COVID-19 son leves y autolimitadas

Las alteraciones dermatológicas son más frecuentes después de la vacunación. En este punto, Giavedoni señaló: “Sabemos que las vacunas están en el punto de mira social y médico. En dermatología también hemos puesto la lupa y encontramos que los efectos adversos cutáneos a las vacunas son en su gran mayoría leves y transitorios. En España recientemente se ha realizado un estudio con más de 400 pacientes con efectos adversos a las vacunas se ha confirmado que el eritema en el sitio de la inyección fue la reacción más frecuente y también que en la gran mayoría de casos las reacciones adversas cutáneas no requerían tratamiento”.

En este sentido, las distintas reacciones de la piel se relacionan al tipo de gravedad de la enfermedad. Dentro de las menos graves podemos ubicar a las erupciones acrales que suelen afectar a los más jóvenes, por lo general. Mientras que en los que presentan más complicaciones podemos mencionar a las lesiones urticariformes, que se caracterizan por la aparición súbita de ronchas que suelen producir una intensa picazón. Las máculo-pápulas y la livedo-reticularis también se engloban en este grupo. Y en aquellas que presentan un nivel de dificultad intermedia, se podrían enumerar a las erupciones vesiculosas y la vasculitis.

Giavedoni, quien publicó artículos sobre la relación entre COVID-19 y la piel en revistas de gran prestigio internacional como Journal of Clinical Medicine o British Journal of Dermatology, concluyó: “Desde los inicios de la pandemia se han efectuado numerosos proyectos de investigación para intentar entender un poco mejor esta nueva enfermedad, en particular sus manifestaciones cutáneas. Además, el teletrabajo ha llegado para quedarse en muchos ámbitos, y en dermatología también ha cambiado nuestra forma de cuidar de nuestros pacientes. La valoración a través de imágenes forma parte de nuestra práctica habitual y en caso de lesiones sospechosas de COVID-19, la valoración a través de imágenes disminuye la exposición del paciente y los posibles contagios”.

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