“En nuestro país, el 70% de la población padece de sobrepeso y casi el 30% de ese porcentaje sufre obesidad”. El panorama descripto por el médico cirujano bariátrico Daniel Oscar Caiña (MN 77675 - MP 442384), jefe del Departamento de Cirugía Bariátrica del Centro de Obesidad de Malvinas Argentinas, sienta las bases para pensar en opciones de tratamientos o formas de abordar el exceso de peso de la población que ofrezcan soluciones duraderas.
Tal es el caso del balón gástrico sin cirugía, que fue presentado esta semana en el IV Congreso Argentino de Cirugía Bariátrica y Metabólica de la Sociedad Argentina de Cirugía de la Obesidad (SACO).
El dispositivo forma parte de un innovador programa integral, que facilita la pérdida de peso y que, a diferencia de su homónimo hasta ahora conocido, se coloca sin necesidad de pasar por un quirófano.
Pensado para personas con un índice de masa corporal (IMC) superior a 27, que necesiten bajar entre 13 y 18 kilos, el balón intragástrico se presentó como una gran solución para quienes deseen mejorar su salud y cambiar su estilo de vida.
La tecnología, de la que ya se colocaron más de 40 mil en todo el mundo, cuenta con sólido respaldo científico y, además del balón, el programa incluye una balanza inteligente, un health tracker (Smart Watch) y una app que permite a los profesionales acompañar al paciente en su descenso de peso.
A diferencia de los que se colocan por medio de una cirugía y requieren hospitalización, esta nueva generación de balones permite al paciente ingerirlo a través de una cápsula unida a un catéter, que se coloca bajo supervisión médica, en un consultorio, sin necesidad de realizar una endoscopía ni requerir internación.
“El balón es un empuje para que el paciente pueda tomar el coraje y cambiar hábitos, es para esos pacientes que no tienen voluntad de hacer un régimen porque ven que bajan muy poco y que, al no percibir resultados, se deprimen y abandonan todo plan de adelgazamiento”, explicó el médico especialista en Gastroenterología Julio Ernesto Argonz, jefe de la Unidad de Endoscopia del Hospital de Gastroenterología Dr. Bonorino Udaondo (MN 60892).
Un equipo completo de profesionales de la salud realiza el seguimiento al paciente, que se prevé que pierda entre el 10% y el 15% de su peso corporal, durante seis meses.
Cómo se coloca
Como se dijo, el balón ingerible intragástrico se coloca sin cirugía, sin endoscopía y sin anestesia. “Con ayuda de un profesional médico, el paciente deglute la cápsula que llega al estómago y, luego de un control por medio de una radiografía, se llena con una solución especial. En 20 minutos, el paciente puede irse a su casa sin ningún tipo de inconveniente a seguir con su vida habitual. Según describió el médico especialista en cirugía bariátrica y gastrointestinal mini-invasiva Mariano Palermo (MN 105733), “una vez en el organismo, el balón se infla para que ocupe el 80% del estómago, generando sensación de saciedad y comenzando, así, el proceso de adelgazamiento”.
En opinión del coordinador del Centro Cien Diagnomed Buenos Aires, “de esta forma ayuda a adelgazar, ya que el balón ocupa lugar en el estómago y el paciente ingiere menor cantidad de alimento, siente saciedad precoz y no necesita estar comiendo todo el tiempo”.
Esto, aseguran los especialistas, es lo que lo impulsará a cambiar el estilo de vida y a adquirir hábitos más saludables a quienes padecen esta enfermedad.
“Se trata de un tratamiento integral, porque se apoya en un equipo multidisciplinario que trabaja acompañando al paciente para que cambie sus hábitos alimentarios y se sostengan en el tiempo”, agregó Palermo.
Respecto de los posibles efectos secundarios, el especialista aclaró que la posibilidad de que aparezcan “es muy baja”. “Si apareciera alguna molestia se controla perfectamente mediante medicación -precisó-. Tiene muy bajas complicaciones y es un tratamiento seguro”.
Consultado sobre cómo se reemplaza la endoscopia de retirada del dispositivo, Palermo explicó que “el balón posee una válvula, que a los cuatro meses de colocado se degrada y el líquido que se le había insuflado (un total de 550 centímetros cúbicos) se sale del balón y éste, al ser de un material muy fino y delicado, se elimina naturalmente sin tener que hacer ningún tipo de procedimiento invasivo para quitarlo como son los balones endoscópicos”.
“Sin dudas, además de las fortalezas de que no se coloca por endoscopia, no requiere cirugía, ni anestesia, la más importante es que no se extrae -opinó el especialista-. Cuando hablamos de los balones endoscópicos colocados por endoscopia hay que volver a hacer una internación para extraerlos”.
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