Tres de cada cuatro casos graves de COVID-19 desarrollaron síntomas a largo plazo

Así lo indica un estudio realizado por la Universidad de Stanford, en los Estados Unidos. Dificultad para respirar o disnea, fatiga o agotamiento y trastornos del sueño o insomnio, los más frecuentes

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Algunos de los pacientes recuperados
Algunos de los pacientes recuperados de COVID-19 sufren síntomas a largo plazo

Mientras la Argentina transita la segunda ola de COVID-19, una pandemia que, a nivel global, ocasionó más de 168 millones de contagios y más de 3,5 millones de muertes, según datos del Johns Hopkins University & Medicine Coronavirus Resource Center, las investigaciones en torno al virus siguen avanzando.

En este sentido, un nuevo estudio, publicado en la revista especializada JAMA y titulado Evaluación de la frecuencia y variedad de síntomas persistentes entre pacientes con COVID-19: una revisión sistemática, subrayó la importancia de vacunar a más personas, ya que detalló cómo algunos de los que tuvieron COVID-19 pueden sufrir síntomas a largo plazo.

En esta revisión sistemática de 45 estudios, realizada por investigadores de la Universidad de Stanford, en los Estados Unidos, incluyó a 9751 participantes con COVID-19 y encontró que tres cuartas partes (73%) de los pacientes con COVID-19 de moderado a grave tenían al menos un síntoma a largo plazo.

Entre los síntomas que se presentan con mayor frecuencia, se encuentran la dificultad para respirar o disnea, fatiga o agotamiento y trastornos del sueño o insomnio. “Esta revisión encontró que los síntomas de coronavirus comúnmente persistían, más allá de la fase aguda de la infección, con implicaciones para el funcionamiento y la calidad de vida relacionados con la salud”, compartieron los autores del informe, Tahmina Nasserie, Michael Hittle y Steven N. Goodman.

“La mayoría de los estudios sobre los riesgos de COVID-19 se han centrado en la mortalidad, que es más alta entre las poblaciones de mayor edad, y han omitido o minimizado la carga de morbilidad asociada con la morbilidad persistente o a largo plazo entre personas de todas las edades. Las estimaciones confiables de dicha morbilidad son importantes para la atención individual, el pronóstico y el desarrollo de la política de salud pública”, sostuvieron los autores, quienes aclararon que los estudios realizados, no obstante, fueron muy heterogéneos y aún se necesita de un seguimiento más prolongado y diseños más estandarizados.

Investigadores de la Universidad de
Investigadores de la Universidad de Stanford encontraron que el 73% de los pacientes con COVID-19 de moderado a grave tenían al menos un síntoma a largo plazo (Omar Martínez / Cuartoscuro.com)

Dadas las posibilidades de desarrollar síntomas persistentes, los pacientes que hayan tenido COVID-19 deben realizar los controles de salud correspondientes´con los especialistas. El neurólogo Alejandro Andersson, director médico del Instituto de Neurología Buenos Aires, consultado recientemente por Infobae, precisó: “La idea es no pensar al COVID largo, Post COVID o Long COVID como un síndrome, sino como un conjunto de síndromes, que impactan en diferentes sistemas del organismo”.

Este abril 2021 The Lancet Psychiatry publicó un estudio en donde analiza la evolución de 236.379 pacientes post COVID-19. Los investigadores se focalizaron en 14 afecciones neurológicas y psiquiátricas: ACV, parkinson, neuropatías autoinmunes como el Guillain-Barré, enfermedad muscular o de la unión nervio músculo como la miastenia, encefalitis, demencia, trastornos psicóticos, depresiones, fatiga, TAG e e insomnio. El 34% de los pacientes tuvieron alguna de estas afecciones. En los hospitalizados en unidades de terapia intensiva las cifras llegaron a más del 50%. Dos por ciento de los participantes tuvieron 1 ACV.

Incluso otros coronavirus, como los asociados con el síndrome respiratorio agudo severo y el síndrome respiratorio de Oriente Medio, ya se han asociado con complicaciones a largo plazo después de la recuperación.

Un estudio registró daños pulmonares a largo plazo por el SARS, que es causado por el SARS-CoV-1. Entre 2003 y 2018, Peixun Zhang en el Hospital Popular de la Universidad de Pekín en Beijing y sus colegas rastrearon la salud de 71 personas que habían sido hospitalizadas con SARS. Incluso, después de 15 años, el 4,6% todavía tenía lesiones visibles en los pulmones y el 38% tenía una capacidad de difusión reducida, lo que significa que sus pulmones eran deficientes para transferir oxígeno a la sangre y eliminar el dióxido de carbono de la misma.

En la Argentina, solo el
En la Argentina, solo el 19,8% de la población (unos 8,98 millones de habitantes) recibieron una dosis de la vacuna y apenas el 5,54% (2,5 millones) fueron inoculados con ambas dosis (Reuters/Stephane Mahe/Archivo)

Con todo, resulta importante seguir los esquemas de vacunación y tratar de inmunizar a la población lo más rápido posible. En la Argentina, solo el 19,8% de la población (unos 8,98 millones de habitantes) recibieron una dosis de la vacuna y apenas el 5,54% (2,5 millones) fueron inoculados con ambas dosis.

Asimismo, otra investigación, realizada por especialistas del laboratorio clínico LabCorp y publicada en la revista médica The Lancet, encontró que hasta nueve de cada diez personas infectadas con coronavirus desarrollaron inmunidad contra el virus que “se mantiene con poca descomposición durante diez meses. En tres semanas, el 90% de las personas en el estudio desarrollaron anticuerpos contra el COVID-19″, según el estudio, titulado Un análisis poblacional de la longevidad de la seropositividad del anticuerpo SARS-CoV-2 en los Estados Unidos y realizado por David Alfego, Adam Sullivan, Brian Poirier, Jonathan Williams, Dorothy Adcock y Stanley Letovsky.

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