El canciller Felipe Solá confirmó este jueves que India no cumplirá con el envío de 580 mil vacunas contra el coronavirus fabricadas por Covishield al que se había comprometido informalmente meses atrás en diálogo con autoridades argentinas.
“India tuvo un crecimiento espectacular de los contagios y retuvo todas las vacunas producidas. El embajador vino a explicarme eso. Me dijo que tienen un stock impresionante, pero que lo necesitan para darle un fuerte impulso a la campaña de vacunación local”, dijo el ministro de Relaciones Exteriores en un reportaje concedido a El Destape radio.
En efecto, la pandemia de COVID-19 en el país asiático, donde se están registrando cifras récord de más de 370.000 casos diarios (más de un tercio del total global), es “desgarradora”, señaló ayer Tedros Adhanom Ghebreyesus, el máximo responsable de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en una rueda de prensa para pedir ayuda al país asiático donde viven 1.300 millones de personas.
La decisión de discontinuar la exportación de inoculantes provocó un interrogante en la Argentina. Es que las dosis comprometidas -que por ahora no van a llegar- iban a ser utilizadas para completar el esquema de vacunación de personas que fueron inmunizadas a fines de febrero y que deberían volver a ser convocadas antes de que termine mayo de acuerdo al esquema de diferimiento aprobado por el Comité Federal de Salud.
¿Es posible reemplazar la segunda dosis por otra vacuna?
“La vacuna que viene de India es la Covishield, que es la misma fabricada por AstraZeneca. Es otra marca, pero la tecnología es la misma. No tendría que haber inconvenientes en aplicar la segunda dosis”, sostuvo consultado por este medio el médico Lautaro de Vedia.
El médico y jefe del Servicio de Infectología Infantil, Enrique Casanueva, coincidió: “No conozco ningún trabajo publicado de intercambiabilidad, pero si uno se basa en otras vacunas como las de hepatitis, teóricamente podría funcionar, especialmente con vacunas con plataformas similares”.
El problema que emerge para esta solución es que AstraZeneca también ha mostrado dificultades en cumplir con sus compromisos con el gobierno argentino. De hecho, el laboratorio emitió recientemente un comunicado para responder al malestar de algunas autoridades.
Los especialistas consultados coinciden en que no sería recomendable utilizar vacunas de Sputnik, Pfizer o cualquier otro laboratorio para completar el esquema de vacunación de Covishield porque utilizan distintas tecnologías. “No hay estudios que lo avalen; sería peligroso o no eficaz. No tiene aval científico. Las vacunas están formuladas en diferentes plataformas. No lo recomiendo”, planteó De Vedia.
La vacuna india
La vacuna Covishield es una variante de la fabricada por AstraZeneca y Oxford, que se produce en el Serum Institute de la India a partir de un acuerdo de colaboración en el contexto de una transferencia tecnológica del laboratorio anglosueco y la universidad británica.
A fines de diciembre, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) validó el uso de emergencia de la vacuna AZD1222 de Oxford/AstraZeneca en dos dosis. Esta vacuna, la primera creada contra el SARS-COV-2 en el mundo luego de que estallara la pandemia, sirve para la inmunización activa de personas mayores de 18 años con dos dosis administradas con un intervalo de entre 4 y 12 semanas, según recomendó en primer lugar la agencia regulatoria inglesa (MHRA) al autorizarla como suministro de emergencia.
Para ello aseguró que los ensayos clínicos de Fase III demostraron que este régimen es seguro y eficaz para prevenir el COVID-19 sintomático, sin casos graves ni hospitalizaciones más de 14 días después de la segunda dosis, con la que se alcanza un 82% de protección.
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