La multiplicación de los casos de COVID-19 en el AMBA hizo que el tiempo para conseguir una cama de terapia intensiva se extienda “hasta 10 horas” y que los pacientes tengan que permanecer arriba de una ambulancia o en su propio domicilio -bajo la supervisión de un profesional de salud- para resguardar su vida. Y no hay indicios de que el panorama cambie en el corto plazo, sino todo lo contrario.
“El sistema está trabajando técnicamente en saturación. Cuando el proceso para conseguir una cama era casi inmediato ahora está demorando hasta 10 horas”, precisaron a Infobae desde las principales prepagas.
“Se produce una cola de ingresos, con ambulancias que muchas veces dan vuelta por la Provincia y la Ciudad buscando camas o médicos que deciden devolver a los pacientes a sus domicilios y dejarlos al cuidado de un personal sanitario hasta que puedan ser derivados”, explicaron. “En algunos casos la ambulancia funciona como una internación hospitalaria”, graficaron para dar a conocer esta dura realidad.
Desde mediados de abril, los principales sanatorios de la Ciudad de Buenos Aires vienen alertando de que casi no quedan camas de terapia intensiva disponibles; y hoy la advertencia también fue hecha por el Ministerio de Salud porteño.
Según el último informe sobre la situación sanitaria de las últimas 24 horas, las camas ocupadas en el sistema de salud público por pacientes graves alcanzó el 83,5%, lo que equivale a una suba del 20% en solo una semana.
Traducido a números, significa que están ocupadas 376 camas de las 450 que tiene en total en el ámbito público. Además, la Ciudad tiene en uso el 51% de las camas de terapia moderada y casi el 10% de las camas leves.
“En cualquier caso que el sistema sanitario colapse, la disponibilidad de camas va estar directamente relacionada con la vida del paciente. Esto quiere decir que puede haber casos donde una prepaga termine en un hospital y casos donde un paciente del sector público termine en un sanatorio privado. Por eso, ya se está trabajando coordinadamente”, advirtieron desde las prepagas.
De hecho, desde la Secretaría de Salud del Municipio de Morón confirmaron a Infobae que “actualmente están recibiendo en sus hospital públicos a pacientes de prepagas” que arriban desde distintos puntos del AMBA.
“En el Hospital Luciano y Mariano de la Vega y el Hospital Modular, que se construyó el año pasado en pandemia, entre un 20% y un 30% de los pacientes que allí se atienden tienen prepaga”, precisaron. Y agregaron que “más del 50% de los hisopados que realizan en esos dos hospitales pertenecen a pacientes de prepagas”.
“El sector privado cubrió su capacidad y el sector público lo está absorbiendo. Nosotros no preguntamos de dónde son, atendemos a cualquier paciente que necesite ser atendido mientras haya camas”, señalaron desde Moreno, uno de los pocos municipios del Conurbano que aún tienen capacidad de absorber la demanda.
La creciente ocupación de camas de terapia intensiva es hoy el principal indicador que miran con preocupación las autoridades nacionales, provinciales y porteñas, así como las prepagas y las obras sociales, ya que en los últimos siete días ingresaron tres veces más pacientes por COVID-19 a terapia intensiva que la semana anterior, de acuerdo a una investigación realizada por Infobae.
“El sistema privado de salud está compuesto por sanatorios, hospitales, clínicas, prepagas, obras sociales sindicales y provinciales. Ellos atienden en el país al 70% de la población y en la ciudad al 80%. Por eso, el estrés inicial por la falta de camas se está dando en el sector privado”, alertaron desde las prepagas. Y dicen que “si no se hace algo para parar la curva de contagios, en muy pocos días va a estar absolutamente colapsado”.
El dato refuerza las últimas declaraciones del ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, que aseguró que el número diario de contagios se estabilizó en la Ciudad de Buenos Aires, pero admitió que si no comienza a bajar “no hay manera de que el sistema de salud pueda seguir competente”. Así, adelantó que si no cambia la tendencia “hay que acompañar nuevas restricciones”.
En tanto, centros de salud públicos y privados del AMBA resolvieron cancelar cirugías electivas y programadas para así empezar a liberar camas de terapia intensiva para pacientes con COVID-19 que requieran este tipo de internación.
“Las clínicas y sanatorios privados están agregando camas en salas comunes, pasillos, guardias y hasta cafeterías para hacerle frente a la segunda ola”, admitieron desde las prepagas. “Pero por más que se consigan 500 camas más por centro de salud, si no hay médicos que atiendan a los pacientes es muy complicado. Hay pacientes de terapia que requieren de hasta cuatro personas para ser tratados”, concluyeron para describir el desolador panorama que se avecina.
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