La noticia de la suspensión de las clases presenciales en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMNA) por dos semanas desde el próximo lunes 19 de abril tomó por sorpresa a más de uno. Desde los titulares de las carteras educativas nacional y porteña, que se habían manifestado en línea con sostener la presencialidad sobre la base de los bajísimos porcentajes de contagios detectados en el ámbito educativo, pasando por los padres y hasta los especialistas en Infectología que repitieron en varias oportunidades que “las escuelas son un lugar seguro”.
En línea con el asombro colectivo, la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) en conjunto con Unicef emitieron este mediodía un comunicado en el que dejaron en claro que “la escuela es un lugar seguro y trabajar con niñas y niños no es un factor de riesgo”.
“Desde el comienzo del aislamiento social y la suspensión de las clases presenciales establecidas como consecuencia de la pandemia COVID 19, la Sociedad Argentina de Pediatría y Unicef onitoreamos con preocupación el impacto en niñas, niños y adolescentes -resalta el texto difundido a los medios-. La escuela es indispensable para su desarrollo y bienestar, para la adquisición de conocimientos y el fortalecimiento de aspectos psíquicos y sociales. Su ausencia genera graves consecuencias para su salud, tanto emocionales como físicas”.
Y tras asegurar que “la escuela además constituye un sitio seguro mientras sus padres, madres y cuidadores/as trabajan, contribuyendo así́ a la actividad económica de la sociedad”, los expertos remarcaron que “es una herramienta de equidad social indispensable, particularmente en los grupos sociales más vulnerables”.
La Convención sobre los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes fue ratificada por Argentina, otorgándole rango constitucional. En ella, los Estados partes reconocen el derecho de los niños, niñas adolescentes a la educación, y que la misma se pueda ejercer progresivamente y en condiciones de igualdad de oportunidades (Art.28 CDN). “Existe consenso internacional que aún en estados de pandemia, crisis o catástrofes, el marco legal está dado por los derechos humanos. La educación es un derecho humano fundamental, que tiene como finalidad garantizar una educación de calidad para todos los niños, niñas y adolescentes del país. La plena vigencia de los derechos de los niños, niñas y adolescentes es un compromiso de toda la sociedad y debe estar permanentemente presente en la agenda de las decisiones políticas y sociales”, señalaron los especialistas, quienes instaron a las autoridades “a que esta decisión de la no presencialidad escolar por las razones epidemiológicas de público conocimiento, sea durante el menor tiempo y lo más sectorizado posible”.
En otro párrafo del documento, la SAP y Unicef “adhieren a las palabras del Secretario General de las Naciones Unidas para ‘que nadie quede atrás’ y acompañan los Objetivos del Desarrollo Sustentable para el 2030, que priorizan la educación entre otros derechos”.
Según datos de nuevos contagios a los que había accedido esta semana Infobae, el aumento de los casos en las escuelas acompaña al rebrote general de la segunda ola, pero con una muy baja positivización que, según el gobierno porteño, indica que en los colegios no se está reproduciendo el coronavirus.
En comparación con el primer mes del ciclo lectivo, en el que sólo se había contagiado el 0,17% de los docentes y alumnos, entre el 17 de marzo y el 12 de abril se infectó el 0,71% de la comunidad educativa, en línea con la curva ascendente en la Ciudad. No obstante, de los casos que se aislaron preventivamente por contacto estrecho dentro de una misma burbuja, dio positivo luego sólo el 0,012%.
“La positivización de los contactos estrechos es la forma de medir si se están generando brotes en la escuela. El número se mantuvo estable respecto del reporte anterior, por lo que lo más probable es que la mayoría de los contagios de docentes y alumnos se estén generando fuera de la escuela. Por el contrario, la escuela funciona como un espacio de detección rápida que ayuda a cortar la cadena de transmisión comunitaria del virus”, remarcaron desde la cartera educativa.
Según los datos oficiales, en el segundo período analizado, los casos acumulados de COVID-19 positivos fueron 5.006 -193 por día-, lo cual representa el 0,71% del total de los 700.518 docentes, alumnos y auxiliares que asisten a las escuelas porteñas.
“Cabe destacar que ese total de 5.006 casos confirmados en el último mes se trata de casos detectados en el ámbito educativo, que no es lo mismo que decir que son contagios producidos en las escuelas”, confiaron fuentes de la cartera sanitaria a Infobae, e hicieron hincapié en que “esos casos son detectados tempranamente en el sistema educativo; en tanto los casos que se dan efectivamente en las escuelas es la tasa de reproducción dentro de la escuela y se refleja en ese 0,012%, lo que equivale a 84 casos”.
Infobae intentó sin éxito obtener las mismas cifras de parte del gobierno de la provincia de Buenos Aires, atento a que la suspensión de la presencialidad en las escuelas rige en toda el Área Metropolitana de Buenos Aires y eso incluye 40 municipios bonaerenses.
En tanto desde el Ministerio de Educación de la nación, a principios de abril se habían difundido los primeros datos de contagios en los colegios, que surgieron de la carga de los propios directores en el sistema Cuidar Escuelas durante el primer mes de clases. La muestra -que, aseguraron, era representativa- tomó 5.926 establecimientos abiertos a los que asisten un total de 1.429.190 estudiantes y 214.850 docentes y no docentes, y reflejó una muy baja incidencia.
Sobre el total de alumnos que concurren a la escuela, solo se contagió el 0,16%. Entre los docentes, se infectó el 1,03%. Más aún, desde la propia cartera educativa remarcaron que no hay forma de saber si esos contagios se produjeron al interior de las escuelas y que, por el contrario, los establecimientos se perfilan como detectores tempranos de los casos. En promedio, según los datos oficiales, la letalidad en la población en edad escolar (de 0 a 18 años) es 0,08%, treinta veces menos que la de la población general (2,4%).
“Es importante sostener la presencialidad. Cerrar las escuelas es fácil, pero después volver a abrirlas es muy difícil”, fue una de las frases que se escuchó en la última sesión del Consejo Federal. Allí los ministros de Educación acordaron mantener las clases presenciales pese a la explosión de contagios de la segunda ola. Sin embargo, sorprendió anoche el anuncio del Presidente, en un contexto en el que tanto los especialistas como las autoridades de las carteras educativas nacional y porteña habían manifestado su voluntad de mantener la presencialidad con el argumento de que “la escuela es un lugar seguro”.
“Tuve discusiones dentro de mi equipo, porque el ministro de Educación creía que había que insistir más con las clases presenciales; pero las clases presenciales no son solo eso: hay que ir a un colegio primario, estar en el horario de salida, ver cómo las madres se agolpan frente a la puerta y el contagio puede hacerse más fácil, ver cómo los chicos juegan entre sí cambiándose los barbijos... y en todo este tiempo he escuchado a todos”, reflexionó esta mañana el primer mandatario en una entrevista radial en la que, además, reconoció que la decisión la tomó de manera unilateral.
De hecho en la mañana de ayer la ministra de Salud, Carla Vizzotti, en una conferencia de prensa en la que alertó sobre el estado crítico del sistema sanitario había pedido a la población que “sólo salga a la calle para ir a trabajar, hacer tareas esenciales y llevar a los chicos a las escuelas”.
La decisión del presidente Alberto Fernández de volver a cerrar las escuelas del AMBA a partir del próximo lunes y promover nuevamente las clases virtuales por un período de dos semanas generó bronca, indignación y tristeza en una gran parte de la comunidad educativa. Así, la agrupación “Padres Organizados”, que nació durante el 2020 en reclamo de la reapertura de los colegios durante los siete meses de cuarentena, criticó hoy con dureza la resolución del Gobierno nacional y alertó sobre la posibilidad de que esta medida se prolongue a lo largo de los próximos meses. Y un petitorio en la plataforma Change.org que se viralizó en las redes sociales solicita que se revierta la decisión de suspender temporalmente las clases presenciales.
Con título “No al cierre de clases año 2021″, la solicitud expresa el impacto de lo que significaría permanecer otro ciclo lectivo con las escuelas cerradas. La iniciativa plantea que “los colegios no son foco de contagio, pero la falta de la educación es foco de ignorancia”. Y advierte: “No a las escuelas cerradas, sí al derecho a la educación”.
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