La estrategia es clara: según recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS) desde el inicio de la pandemia, se debe testear a cada caso sospechoso de coronavirus, aislarlo, rastrear sus contactos estrechos y ponerlos en aislamiento hasta tanto presenten -o no- síntomas compatibles con la enfermedad.
Los países que mejor usaron la herramienta de detección del SARS-CoV-2 son, casualmente, los que mejor surfearon la primera ola. Y al revés, en aquellos países que evolucionaron peor en la pandemia claramente se evidencia una correlación con que testearon poco, o menos de lo esperable.
Es que, según coinciden las autoridades sanitarias alrededor del mundo, las pruebas son la herramienta más importantes en la lucha para frenar y reducir la propagación y el impacto del virus.
El debate sobre la deficiente capacidad de testeo de la Argentina se mantuvo durante todo el año pasado. Y si bien la cantidad de pruebas diarias aumentó considerablemente respecto a 2020, los especialistas coinciden en que “con una población de 45 millones de personas y una circulación viral como la que está habiendo, el número de test por día debiera ser varias veces mayor al que se está haciendo”.
“El testeo sigue siendo primera línea en las comunicaciones que se hacen sobre el manejo de la pandemia por la razón obvia de que identificar a las personas contagiadas y aislarlas es lo que más limita la diseminación del virus, sobre todo en el momento en que hay variantes circulando”. El médico neurólogo Conrado Estol (MN 65.005) reconoció en diálogo con Infobae que “es muy difícil rastrear todos los contactos, pero aún detectando sólo al infectado y aislando a los contactos más estrechos eso cortaría significativamente la pandemia”.
El especialista con formación médica en los EEUU, a quien la pandemia lo estimuló a aglomerar datos, analizar papers del mundo, desglosar curvas e indicadores se volvió casi una voz de consulta obligada en tiempos de coronavirus. Para él, “el testeo sigue siendo primordial y nadie discute eso; sólo viendo el puesto en el mundo se advierte que el testeo argentino es insuficiente”.
En proporción de habitantes, según los expertos, la Argentina debiera estar por encima de Chile o Uruguay, y eso no es lo que reflejan las cifras oficiales.
Según el parte diario difundido ayer por el Ministerio de Salud de la Nación, se realizaron en el país 75.392 tests durante las últimas 24 horas (casi 32 mil de los que se realizaban hace poco más de dos semanas). Sin embargo, todo indica que no es suficiente.
“Existen en el mundo epidemiológico un índice que se llama de corrección o correlación epidemiológica, que mide la cantidad de enfermos que se pueden detectar por un método diagnóstico por sobre los que no”, comenzó a explicar el médico infectólogo Roberto Debbag (MN 60253), quien destacó: “Se estimaba que el índice de corrección en el mundo era de 10/12, lo cual indica que si se reportaban X cantidad de casos había que multiplicarlo por ese índice”.
Y tras señalar que hace unos meses la Ciudad de Buenos Aires había informado que ese índice estaba en 3 (o sea que por cada detectado había tres infectados no detectados), Debbag sostuvo: “Si en el día de ayer hubo 20 mil casos en la Argentina, y el índice de corrección, siendo muy benévolo lo ubicamos en 4 quiere decir que hay 80 mil casos y por ende 60 mil personas que no fueron detectadas y no recibieron la recomendación de aislarse”.
Con él coincidió Estol, para quien “sin dudas hay muchos más infectados que los que se detectan; probablemente en el mundo haya cuatro veces más que lo que se cuenta con el testeo en los países, y más aún en un país donde se testea poco”.
“Hace tres viernes cuando nos asustamos con 12.900 infectados se habían hecho más de 80 mil testeos, de los cuales más de 15% fueron positivos -analizó el neurólogo-. Ya esa tasa era preocupante, y ayer la positividad dio altísima y eso no hace más que indicar que el testeo fue insuficiente”.
Si se analiza por millón de habitantes, la Argentina realiza 201.956 testeos, según datos del sitio estadístico Worldometers, lo que la ubica en el puesto 109 en el mundo.
Comparado con sus pares de la región, sólo se encuentra en mejor situación que Brasil, que en medio de una segunda ola que ya lo llevó al colapso sanitario realiza 133.825 test por millón de habitantes y se ubica en el puesto 125, Paraguay en el 128 con 131.333 test por millón, Venezuela en el 133 con 118.383 y Bolivia en el 146 con 80.097, por mencionar algunos.
Los limítrofes Chile y Uruguay testean 601.467 y 418.257 por millón de habitantes y ocupan los puestos 54 y 75 respectivamente.
En el mundo, uno de los que más test por millón de habitantes realiza es Dinamarca, que con 4.744.507 es uno de los que más pruebas realiza en Europa. Desde el inicio de la pandemia, el país escandinavo registró 234.931 casos de COVID-19 y 2.435 muertes.
Su índice de positividad se mantiene por debajo del 0,50%, lo que lo llevará de aquí a finales de mayo a completar la reapertura total de sus actividades y decretar formalmente el control de la pandemia.
El índice de positividad es el número de resultados positivos en relación con el total de hisopados. Lo que indica este porcentaje es si se está pudiendo encontrar adecuadamente a las personas infectadas en la población. La OMS recomienda mirar esta variable para evaluar si la definición de caso sospechoso y la cantidad de rastreos de contactos es suficiente y sugiere mantenerla por debajo del 10%. Hoy en la Argentina, la cifra es 27,68%.
¿Cuántos test se debieran hacer? Para Estol es “imposible predecirlo, pero un indicador en ese sentido es la tasa de positividad, cuanto más baja da la idea de que se está detectando la mayor parte de infectados”.
“En el Reino Unido hacen un millón 200 mil por día, lo cual es fabuloso y tienen muy pocos casos positivos”, señaló Estol, quien analizó: “Si se extrapola ese dato a la población argentina sería el equivalente a hacer 800 mil por día; nadie pide eso porque no tenemos ni los recursos ni la logística del Reino Unido, pero hacer 200 mil sí sería posible y se estarían escapando menos infectados”.
“Hoy deberíamos estar haciendo 300 mil test por día para poder detectar parte de los 60 mil que se escaparon ayer e intentar bajar a menos de diez el índice de positividad y que disminuya la transmisión”, cerró por su parte Debbag.
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