Alberto Fernández con COVID-19: se reabre el debate acerca de si los vacunados pueden infectarse y cuánto dura el período de inmunidad

Un test rápido de antígenos reveló que el primer mandatario contrajo coronavirus. Aún falta conocer el resultado del PCR para confirmarlo. Su caso dispara dos puntos clave de la progresión de la pandemia: el contagio de los vacunados y la duración de la protección de las vacunas

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Foto de archivo: el presidente
Foto de archivo: el presidente de Argentina, Alberto Fernández, recibe la primera dosis de la vacuna rusa Sputnik V contra el COVID-19 en el hospital Posadas en Buenos Aires, Argentina. 21 ene, 2021. (Esteban Collazo/Presidencia Argentina. Atención: esta fotografía fue provista por un tercero)

El positivo por COVID-19 que se conoció hoy sábado pasada la medianoche y que informó el propio presidente Alberto Fernández a través de su cuenta de Twitter casi que contesta una pregunta que ni siquiera la ciencia mundial aún se pudo contestar: la posibilidad de que una persona pueda contraer coronavirus a pesar de estar vacunada. El primer mandatario argentino había recibido las dos dosis correspondientes de la vacuna Sputnik V, formulada con dos adenovirus diferentes.

Hay que señalar que por estas horas todavía falta la confirmación de su positivo, que brindará el test PCR sobre el que aún se aguarda el resultado. Y también persisten dos interrogantes: falta confirmar, a través de un estudio genómico, si se contagió de la misma variante originaria del SARS-COV-2 o de las nuevas cepas que circulan en el país -Manaos, Reino Unido, Río de Janeiro- como así también qué cantidad de anticuerpos generó como vacunado.

En el día de su cumpleaños, por la tarde, Fernández sintió primero dolor de cabeza y luego tuvo febrícula -37.3-, cansancio y abatimiento; lo que disparó rápidamente la consulta con su médico personal, el doctor Federico Saavedra. Todo indica que el Presidente, en su calidad de vacunado, cursará la enfermedad por COVID-19 como una afección leve, estando protegido de una eventual internación y, sobre todo, de convertirse en un paciente severo o que requiera tratamientos intensivos.

Según pudo saber Infobae a través de la Unidad Médica presidencial, hasta el cierre de esta nota, el Presidente se encontraba en buen estado de salud clínica, a partir del positivo que brindó el test rápido de antígeno. La unidad médica presidencial preparará su aislamiento, se le controlará su presión arterial cardíaca y se le practicará una evaluación pulmonar. También trascendió que se le hará un seguimiento de su salud neurológica para controlar lo que se conoce, entre las secuelas postCOVID, como niebla mental.

Desde el entorno presidencial, se puso especial énfasis en remarcar que, la eficacia de la vacuna que recibió Fernández -la Sputnik V- como el resto “es principalmente contra la gravedad de la enfermedad, bajando la mortalidad. No son un escudo para no contagiarse, sino que se transita la enfermedad de una manera leve, como ocurre con la gripe. La vacuna no falló, sino que hace que el tránsito sea leve o moderado y que la mortalidad se mantenga en niveles de bajos a nulos”.

Reinfección y vacunados

Hace tan sólo algunos días, en una declaración que despertó interés global, la directora de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), Rochelle Walensky, había celebrado el hecho de que quienes han sido vacunados contra el COVID-19, en gran parte, “no son portadores del virus”. Pero, ante las dudas que despertó tal afirmación entre la comunidad científica, los CDC aclararon que es posible que algunas personas que están completamente vacunadas puedan contraer COVID-19. La evidencia no está clara si pueden transmitir el virus a otras personas. Seguimos evaluando la evidencia”.

Las vacunas pueden provocar dos
Las vacunas pueden provocar dos tipos principales de inmunidad: la “inmunidad efectiva”, que puede evitar que un patógeno cause una enfermedad grave, pero no puede evitar que ingrese al cuerpo o haga más copias de sí mismo, y la inmunidad esterilizante, que sí puede impedir la infección e incluso prevenir casos asintomáticos (EFE/Federico Anfitti/Archivo)

Para el infectólogo argentino y experto en vacunas, Roberto Debbag, “los casos de infección tras vacunación son poco frecuentes pero ocurren. Puede ocurrir después de la primera dosis o después de la segunda”. De esta manera, se vuelve fundamental el cuidado post vacuna con distancia social y mascarilla”, explicó a Infobae.

Las vacunas pueden provocar dos tipos principales de inmunidad. Por un lado, la “inmunidad efectiva”, que puede evitar que un patógeno cause una enfermedad grave, pero no puede evitar que ingrese al cuerpo o haga más copias de sí mismo. Y, por el otro, la inmunidad esterilizante, que sí puede impedir la infección e incluso prevenir casos asintomáticos. Lo ideal es que una vacuna logre producir inmunidad esterilizante.

Mirada de expertos

Sobre reinfección y vacunados, el médico infectólogo Eduardo López aseguró a Infobae que “todo va a depender de la cantidad de dosis de una vacuna que se haya dado una persona, del tipo específico de vacuna y de la cantidad de días que hayan pasado desde la aplicación. Si te das la vacuna hoy, los primeros 14 días te podés contagiar porque todavía no tenés anticuerpos. La eficacia de la Sputnik V, por ejemplo, empieza después de los 10 días. En los estudios, la vacuna de AstraZeneca después de la primera dosis, en las primeras cuatro semanas, demostró no tener más del 50% de eficacia. Incluso luego de la segunda dosis, no supera el 70%”.

La vacuna protege contra las formas graves de la enfermedad. No evita al 100% el contagio. Por eso, decimos que la vacuna es un elemento más de la protección contra el virus y debemos seguir cuidándonos”, manifestó consultado por este medio el infectólogo Lautaro de Vedia, ex presidente de la Sociedad Argentina de Infectología.

(REUTERS/Comunicación científica de NEXU)
(REUTERS/Comunicación científica de NEXU)

La posibilidad de adquirir la enfermedad de forma moderada aun tras estar inoculado es un tema del que se viene hablando en la comunidad científica. Es que, a pesar de que las campañas de vacunación avanzan en el mundo, se han difundido informes de personas completamente inoculadas que contrajeron COVID-19, como ocurrió con el Presidente.

Por ejemplo, en el Centro Médico de la Universidad de Texas Southwestern, en Dallas, se descubrió que cuatro de 8121 empleados vacunados con ambas dosis se habían infectado. Otro estudio reveló que siete de 14.990 trabajadores en UC San Diego Salud y en la Facultad de Medicina David Geffen de la Universidad de California dieron positivo luego de haberse inoculado con Moderna o Pfizer. Ambos resultados fueron publicados en el New England Journal of Medicine. Solo algunos de los trabajadores de la salud que dieron positivo por COVID-19 en el estudio de California presentaron síntomas, y estos tendieron a ser leves.

El debate continúa y aún no se logra consenso entre los científicos mundiales acerca de que la investigación actual está lejos de ser suficiente para afirmar que las personas vacunadas no pueden propagar el virus.

El caso del presidente de la República Argentina reafirma las preguntas científicas para las que todavía no hay respuestas finales entre las vacunas disponibles contra el COVID-19 -sin distinción de plataformas tecnológicas, sean las genómicas de ARN mensajero o las formuladas con adenovirus como son la Sputnik V o la de AstraZeneca- acerca de cuánto finalmente dura la protección o el llamado período de inmunidad sobre el inoculado.

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