A cuenta gotas. Así da la sensación de que llegan a la Argentina las vacunas que compró para inmunizar a la población e intentar paliar los efectos de la segunda ola de la pandemia en el territorio nacional.
Al día de hoy, tras 88 días de vacunación, las cifras indican que lo que el gobierno nacional dio en llamar “la campaña de vacunación más grande de la historia” está muy lejos de serlo.
Según cifras oficiales del Ministerio de Salud de la Nación, de las 65.470.000 vacunas adquiridas por el Estado argentino sólo 4.880.355 fueron recibidas en territorio nacional. De esas 3.300.355 corresponden a la vacuna Sputnik V (2.290.195 de la primera dosis y 1.010.160 de la segunda), 580.000 dosis son de la formulación CovidShield -Oxford/Astrazeneca producida por el Instituto Serum de la India- y un millón de dosis de la vacuna china Sinopharm.
A esas, tal como informaron a Infobae fuentes de la cartera sanitaria, se le sumarán 370 mil dosis del componente uno de Sputnik V que llegarán hoy al país y 218 mil de la elaborada por la Universidad de Oxford y el laboratorio AstraZeneca, que arribarán el domingo a través del mecanismo COVAX.
Estas últimas está previsto que lleguen a primera hora del próximo 28 en un vuelo de la aerolínea KLM. Este primer envío forma parte de las 9 millones de dosis que el país comprometió a través del mecanismo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), una iniciativa para garantizar el acceso justo y equitativo a las vacunas para todos los países del mundo.
Al respecto, ante la consulta de este medio, el médico infectólogo Roberto Debbag (MN 60.253) señaló que “hay algo que está ocurriendo en el mundo ante los problemas que están teniendo los laboratorios con los volúmenes de producción y es que está dejando al descubierto tres tipos de países”. Así, para el vicepresidente de la Sociedad Latinoamericana de Infectología Pediátrica “están los países industrializados, que van a acceder a las dosis que necesiten, aquellas naciones con PBI más bajo, que se puedan beneficiar de alguna acción solidaria, y un tercer grupo de países intermedios, entre los que está la Argentina, que van a depender de los acuerdos que logren hacer”.
Lo cierto es que el 90% de la producción mundial de vacunas queda en manos del 10% de los países.
Ante la escasez de este insumo tan primordial y la proximidad de la temporada de frío, una de las opciones que se barajan es la posibilidad de diferir la segunda dosis con el objetivo de inmunizar a más personas con la primera. La alternativa está siendo evaluada por el Ministerio de Salud de la Nación y la Comisión Nacional de Inmunizaciones, debido a que las vacunas que están autorizadas hoy en la Argentina se dan en dos dosis con diferentes intervalos para lograr la protección total. En el caso de la Sputnik V, la primera dosis es diferente a la segunda dosis. Con respecto a las otras vacunas, “aún faltan datos oficiales sobre la segunda dosis de la vacuna AstraZeneca con el Instituto de la India, que se llama Covishield”.
En ese sentido, Debbag precisó que “en la Argentina se necesitan por lo menos 15 millones de dosis para poder dar la primera dosis al menos a los 7,4 millones mayores de 60 años y alrededor de 5 millones de personas con comorbilidades”. “Si se vacuna a ese universo de alrededor de 13 millones de personas se disminuye la mortalidad, que es en definitiva lo que se busca”, enfatizó.
Según el Monitor Público de Vacunación, el registro online del Ministerio de Salud que muestra en tiempo real el operativo de inmunización en todo el territorio argentino, hasta esta mañana ya son 3.474.415 las vacunas aplicadas, 2.824.344 personas recibieron la primera dosis y 650.071 ambas.
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