Esta tarde, la ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti, encabezó una conferencia de prensa luego de protagonizar esta mañana una reunión junto a sus pares de las 24 provincias. Esto ocurrió en la Casa Rosada, en el marco del Consejo Federal de Salud (CoFeSa), en donde los funcionarios mantuvieron un encuentro que tuvo como propósito analizar la situación epidemiológica en todo el país y la eventual toma de medidas restrictivas para evitar un colapso sanitario ante los problemas con la provisión de vacunas.
“Nuestro objetivo como país es minimizar el impacto de la mortalidad, eso se logra vacunando a quienes tienen más riesgo de enfermarse y morir. Es muy importante este trabajo y todo lo que significa el plan de vacunación. Transmitir a la comunidad que el interdosis es el intervalo mínimo, y si se prolonga no hay problema, sino que aumenta la eficacia”, comenzó explicando Vizzotti, acompañada por Daniel Gollán, ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires; y Fernán Quirós, ministro de Salud de la ciudad de Buenos Aires.
Ante la entrega lenta de dosis de vacunas contra el COVID-19, el Ministerio de Salud de la Nación reconoció que estudia la posibilidad de diferir la aplicación de la segunda dosis para alcanzar antes a más personas con mayor riesgo de complicaciones. La decisión se evalúa en un momento en que podrían aumentar los contagios por la segunda ola durante el otoño y tras los encuentros de Semana Santa, y en el contexto de la situación crítica que enfrenta Brasil con una variante más peligrosa.
El plan de vacunación de Argentina, que empezó en diciembre pasado, viene con demoras porque no se cumplió con el cronograma de entregas por parte de las empresas que producen las vacunas, entre otras razones. Como un camino para acelerar la vacunación y llegar rápido a proteger a las personas con mayor riesgo, la funcionaria contó que participó de un encuentro virtual con las autoridades sanitarias de Inglaterra. En ese país europeo se adoptó la decisión de aplicar la segunda dosis con un intervalo de tiempo más largo. Fue por la aparición de una nueva variante y por el aumento de casos. Además, el gobierno británico estableció el aislamiento masivo como una manera de contribuir a reducir contagios, mientras se daba la primera dosis a más personas.
“El Reino Unido ha diferido la segunda dosis a septiembre, Canadá ha extendido el período a cuatro meses y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) están analizando esta situación también. Si bien nosotros no tenemos la misma situación epidemiológica que llevó a tomar estas decisiones al hemisferio norte, sí tomamos lo que ocurrió allí y pensamos que si priorizamos la mayor cantidad de personas que reciben una dosis (con el impacto positivo y la eficacia que eso significa) difiriéndolas -no pensando en una sola dosis- podremos llegar más rápido a proteger a las personas con mayor riesgo”, aseveró Vizzotti.
La funcionaria subrayó que en países como Israel bajó la mortalidad en el grupo de mayor riesgo de complicaciones y muertes, al llevarse a cabo la vacunación. “En el Reino Unido vacunaron a los mayores de 60 años con una dosis -solamente el 3% completo el esquema- y vieron una reducción del 90% de la mortalidad e internaciones. Lo mismo se vio en Israel en lo que es las internaciones en las personas vacunadas”, agregó.
La opción del cambio sería en algunas de las vacunas autorizadas hasta el momento. Dos epidemiólogos canadienses sugirieron en la revista New England Journal of Medicine la administración de una sola dosis de la vacuna de Pfizer-BioNTech hasta que todos los grupos de riesgo estén inmunizados. De acuerdo con su interpretación de los datos del ensayo clínico sobre esa vacuna, los investigadores sostienen que se alcanzaría hasta un 92% de inmunización a partir de los 12 días de administrar la primera dosis. Por tanto, habría datos que apoyarían esta posibilidad.
En el caso de la vacuna de Sinopharm, la segunda dosis debe darse entre los 21 y los 28 días desde la primera dosis y hasta ahora solo está autorizada para las personas menores de 60 años. En el caso de Sputnik V, la segunda dosis debe darse a partir de los 21 días. En cambio la vacuna COVISHIELD, que es producida por el Instituto Serum de la India en colaboración con la Universidad de Oxford y AstraZeneca, admite la posibilidad de espaciar las dosis. Si bien la recomendación del laboratorio productor es de conservar un intervalo entre dosis de 4 a 12 semanas, la OMS recomienda implementar un intervalo de 8 a 12 semanas entre las dosis.
“En las vacunas que tienen las mismas características en la primera y en la segunda dosis (y en las que no, como la Sputnik V, también) es importante transmitirle a la población que si se difiere de los 21 días porque la gestión de los programas de inmunización priorizan la aplicación de primeras dosis tampoco es para preocuparse. Los van a ir citando a medida que lleguen las vacunas y se vaya aumentando de manera intensiva la vacunación de la primera dosis”, aseveró.
Sin embargo, la ministra señaló que “cada jurisdicción deberá definir e informar si se diferirán las dosis con su plan estratégico provincial”. “Son opciones que se dan para optimizar el impacto de la vacunación en una situación extraordinaria. Se definen estrategias para intentar tener un impacto positivo en la disminución de la mortalidad”, dijo.
Consultada por las tres millones de vacunas Sinopharm que compró la Argentina, Vizzotti indicó: “Las vacunas están en China, el anuncio fue que se firmó el contrato, que es lo que sucedió. Más allá del millón de dosis son tres millones más y estamos trabajando para lograr el traslado de las vacunas lo antes posible. No es solo la firma del contrato, hay una serie de autorizaciones y toda la operación logística. Estamos trabajando para que eso sea lo antes posible. La ANMAT está trabajando para poder ampliar la recomendación para los mayores de 60 años. Ese fue otro tema que se ha hablado en el consejo general de salud”.
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