El Estado argentino firmó contratos para recibir 56 millones de vacunas –habiendo gastado la mitad del presupuesto– para inmunizar a los argentinos contra el COVID-19 y hasta ahora solo llegaron un poco más de 4,5 millones para ser repartidas como establece la Constitución Nacional –en forma equitativa– a las 24 jurisdicciones de todo el país.
Esta crudeza que exhiben los números –en el mientras tanto llegan las dosis prometidas– pone en evidencia las fisuras que hoy tiene el proceso de la vacunación en la Argentina y que obliga a las autoridades sanitarias a enfrentar los dos principales problemas: administrar el tiempo de la escasez de la llegada de las vacunas, una situación que se replica en el mundo también, y, como si no se tratara de procesos complementarios, la necesidad de dinamizar el ritmo enlentecido de las inoculaciones hasta hoy, mientras crece la expectativa inexorable de la segunda ola de contagios.
México y Argentina tienen a la vacuna de AstraZeneca y Oxford como su principal apuesta para enfrentar la pandemia. Pero el desarrollo que en la región promueven el Grupo Insud y la Fundación Slim ha tenido problemas en su producción, lo que demora su aplicación en América Latina. El laboratorio AstraZeneca, al que Argentina le compró 22,4 millones de vacunas contra el coronavirus de los cuales llegaron 0, está haciendo lo imposible para tratar de cumplir con los plazos comprometidos en la entrega de las dosis.
La vacuna de Oxford para Latinoamérica (salvo Brasil) se fabrica en Argentina, en el laboratorio MabXience del Grupo Insud. Según pudo saber Infobae, en esa planta de Garín “se están produciendo lotes con normalidad” y ya fueron despachadas 25 millones de vacunas.
El plan de vacunación para COVID-19 arrancó con todo en la Argentina el 29 de diciembre pasado en el Hospital Posadas. Primero las vacunas se empezaron a aplicar en el personal de la salud, como grupo priorizado. Pero hoy el cronograma del plan sufrió demoras, y aumenta la ansiedad en la que gente, especialmente en las personas con mayor riesgo de complicaciones, que se pregunta cuándo será el momento del acceso a la vacuna, y en un momento en que esta por llegar el otoño, subirán los contagios, y hay temor por las variantes nuevas del coronavirus. Aquí van algunas claves para entender por dónde va el plan.
1- ¿Cuándo se terminará de vacunar en Argentina a los grupos priorizados?
La fecha dependerá de los envíos futuros de los laboratorios extranjeros, según el Ministerio de Salud de la Nación. El plan de vacunación con participación de la Comisión Nacional de Inmunización definió que había grupos para priorizar. Por un lado, el personal que se considera estratégico para el funcionamiento del país, como el personal de salud, las Fuerzas Armadas, de Seguridad y Personal de Servicios Penitenciarios, y el personal docente. Por otro lado, fueron priorizados los adultos de 70 años y más, las personas mayores residentes en hogares de larga estancia, adultos de 60 a 69 años, y los adultos 18 a 59 años con factores de riesgo. El plan se hace de manera escalonada y gradual con cada grupo.
Pero el final de esta primera etapa de vacunación que busca reducir la mortalidad por COVID-19 aún no tiene una fecha precisa porque dependerá de los envíos de los laboratorios que ya se comprometieron a entregar dosis. Además, la Ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti, informó que también se están haciendo negociaciones con otras empresas para comprar más dosis.
“Prometer fechas del fin de la vacunación no sería correcto hoy porque depende del envío de parte de los laboratorios extranjeros, y no del Ministerio de Salud de la Nación. Hay proceso logístico desde que llegan las dosis a la Aduana de Argentina, el control del Instituto Nacional de Medicamento, y el envío a cada jurisdicción. En cada provincia, se hace un plan. No sería recomendable decir fechas porque no se saben fechas exactas de entregas”, dijo a Infobae Maximiliano Nitto, abogado especializado en derechos humanos y salud, es el representante de la Defensoría del Pueblo de la Nación en la Comisión Nacional de Inmunización, que es un órgano independiente del Ministerio de Salud de la Nación. En la Defensoría, reciben consultas de la gente por la vacunación.
2- ¿Por qué no se puede elegir la vacuna para cada persona?
“En etapa de pandemia, hay una emergencia de salud pública, y cada persona de los grupos priorizados debe usar la vacuna que va llegando. Son todas vacunas buenas y eficaces”, dijo la doctora Angela Gentile, de la Sociedad Argentina de Pediatría. “Las vacunas fueron aprobadas como uso de emergencia porque aún no se han terminado la fase 3 de los ensayos clínicos. Pero sí sabemos que las vacunas que se autorizaron previenen riesgo de mortalidad”, agregó.
“Las dosis de vacunas que han llegado a la Argentina desde Rusia, India y China son todas seguras. Se están dando según la disponibilidad de dosis que entran en el país. La vacuna de Rusia y la que vino de India, que es también la del laboratorio AstraZeneca, se pueden usan tanto en el grupo de los adultos mayores como en los adultos de entre 18 y 60 años. La única diferencia es que la vacuna de Sinopharm, de China, aún está en estudio para los mayores de 60 años. Por lo cual, aún no se puede aplicar en esa población. Se va ajustando la estrategia de vacunación del país de acuerdo al grupo priorizado. Por eso, la Sinopharm se está usando en personal de salud y en el personal de Seguridad y Fuerzas Armadas menores de 60 años.
3- ¿Por qué hay zonas de la Argentina donde ya se vacunaron a docentes menores de 60 pero en otras no se inmunizó a personas mayores de 80 años?
Desde mayo pasado, el Ministerio de Salud de la Nación empezó a conversar con las 24 jurisdicciones el armado del plan estratégico de vacunación en forma escalonada. Se acordó aplicar el mayor número de dosis posible, en forma oportuna. Pero de acuerdo con la titular de la cartera de Salud, cada provincia puede establecer su propio plan siguiendo la configuración federal de la Constitución Nacional. Eso haría que los tiempos de vacunación para los grupos priorizados dependan del lugar donde se vive.
“La Argentina tiene un registro nominal de vacunas que permite el seguimiento de la aplicación. Además, semanas atrás se presentó el Monitoreo público que permite seguir el paso de la vacunación. Pero las diferencias entre quiénes se vacunan primero en las provincias existen porque cada jurisdicción tiene su autonomía. El país tiene una organización federal. Por lo cual, si bien el Ministerio de Salud de la Nación tiene su rol de rectoría, cada provincia organiza la distribución y la aplicación de las dosis. Algunas autoridades están aprendiendo sobre la marcha. Podría evaluarse la posibilidad de conocer el orden de espera para las personas que se han registrado para recibir las dosis”, señaló el abogado Nitto.
4 - ¿Qué pasó con las personas que tenían dudas sobre la vacunación?
“Recibimos consultas de ciudadanos que tienen dudas”, contó Nitto, quien consideró que hay que ver también a la pandemia como una oportunidad. “En diciembre muchos desconfiaban de las vacunas para Covid-19. Ahora muchos más las reclaman. Por lo cual, ha crecido la confianza”. Además, señaló durante la pandemia, más personas se interesaron en ensayos clínicos, vacunas, tratamientos, y estuvieron alertas sobre los riesgos. Para Nitto, creció la “ciudadanía sanitaria”, y eso es un cambio progresivo para que la gente tenga más conciencia sobre el derecho a la salud y los beneficios y los riesgos de la investigación clínica.
5- ¿Quedan pocas dosis de vacunas?
De acuerdo con Nitto, no está manejando una situación crítica. “El Estado Nacional firmó acuerdo con diferentes productores de las vacunas, pero no lo están pudiendo cumplir según el cronograma original. Se está produciendo un problema mundial con retrasos en todo el mundo en la producción de las vacunas. Considero que hay que tener en cuenta que el Estado está abriendo el juego a negociaciones con otras empresas para comprar más dosis de vacunas”.
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