Si algo se aprendió en la pandemia por COVID-19 que ya lleva más de un año es las cifras a las que hay que mirar de cerca, más allá del número de casos positivos, y la ocupación de camas del sistema de salud es una de ellas.
Es que el colapso del sistema sanitario marca la diferencia entre poder dar atención a todo aquel que lo necesite y no poder hacerlo. Y en un país como Argentina, que se encamina hacia una posible segunda ola de la pandemia con menor porcentaje del que se esperaba de población de riesgo vacunada, el dato es seguido bien de cerca.
Según el último reporte diario vespertino emitido por el Ministerio de Salud de la Nación, hasta ayer, 15 de marzo, el porcentaje de ocupación de camas por adultos en unidades de terapia intensiva (UTI) a nivel nacional alcanzaba el 54,2% (incluye todas las patologías, tanto en el sector público como en el privado).
En la Ciudad de Buenos Aires, de acuerdo al reporte de situación epidemiológica de ayer, la cantidad de camas ocupadas en el sistema de salud público era de 567. De ellas, 115 (25,56%) estaban destinadas a pacientes graves; 241 (16,07%) a pacientes moderados y 211 (4,22%) a pacientes leves.
En la provincia de Buenos Aires, según informó esta mañana el ministro de Salud, Daniel Gollán, en el parte semanal, “la ocupación de camas de unidad de terapia intensiva (UTI) sigue en una situación relativamente estable, con un 57,14% de ocupación entre pacientes COVID y no COVID”. De COVID, aclaró que los internados en UTI suman 581 casos, lo que representa un leve aumento respecto de la semana pasada.
“Recordemos que cuando aumentan los casos el reflejo en el sistema sanitario se ve dos o tres semanas después”, aclaró Gollán, señalando que la cifra de pacientes internados hoy no reviste preocupación, pero la situación podría cambiar de persistir la curva en alza.
Fuentes de la cartera sanitaria porteña confiaron a Infobae que “hace dos semanas la curva de casos positivos dejó de descender y tomó por ahora la forma de una meseta; es necesario seguir el desarrollo de casos para poder afirmar si están en ascenso o amesetados en una base más alta”.
Respecto a la posibilidad de incrementar las medidas restrictivas ante el aumento de casos, Gollán explicó que “en la provincia rige un sistema de fases, que se modifican casi de manera automática cuando aumentan los casos según indicadores que están establecidos con precisión”.
“El resto del análisis de lo que va a pasar lo tenemos que hacer día a día –agregó–. En el hemisferio norte durante el invierno, que tuvieron su segunda ola, los distintos países tomaron medidas de acuerdo a su realidad, por lo que no se puede descartar ni aseverar ninguna situación”.
En ese sentido, el funcionario aseguró que por eso preocupa que ingrese una variante más contagiosa del virus “porque en cierta medida pondría en riesgo todo lo que se hizo este año”. “Todo lo que se ganó, si no nos cuidamos y aparece una variante más contagiosa, lo podemos llegar a perder, por eso insistimos mucho en que cuidemos que eso no suceda”, señaló, al tiempo que reflexionó que “la otra cuestión importante está vinculada a mantener los cuidados y lograr vacunar una gran cantidad de gente en los próximos dos o tres meses, para que aun con un crecimiento de casos no aumenten los casos graves y las muerte, que es lo que se busca evitar”.
Para el jefe de gabinete de ministros bonaerense, Carlos Bianco, también presente en la conferencia de prensa, el leve aumento de casos de las últimas tres semanas “no es grave pero es una alerta, sobre todo porque cuando uno se remite a lo que sucedió el año pasado, se observó que el contagio se concentra en un punto y luego se va esparciendo”. “Lo que nos preocupa es el aumento de casos en la Ciudad Autónoma en las últimas semanas ya que la experiencia muestra que una vez que ocurre eso se produce luego un impacto en los distritos del primer cordón, luego en el segundo, tercero y así hacia el resto de la provincia”, enfatizó.
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