El trasplante de corazón es un procedimiento que consiste en el reemplazo del corazón enfermo y debilitado por el corazón sano de un donante, y se realiza cuando se han agotado todas las otras alternativas terapéuticas y la insuficiencia cardíaca evoluciona a formas graves o avanzadas. Permite que los pacientes con insuficiencia cardíaca avanzada puedan vivir más, mantenerse activas y con la posibilidad de conservar algunas de sus rutinas habituales.
De la Ley Justina hasta hoy
2019 fue un gran año para los trasplantes en la Argentina. El 4 de julio el Congreso sancionó la “Ley Justina” con el voto unánime en ambas cámaras. Esta ley dispuso que todas las personas mayores de 18 años sean donantes de órganos o tejidos, salvo que hayan dejado una constancia expresa de lo contrario.
Recordamos que la familia de Justina -la niña de 12 años que falleció en la espera de un trasplante de corazón- impulsó la campaña “Multiplicate x 7”, para concientizar acerca de la importancia de la donación de órganos. El nombre de la iniciativa se debe a que una persona tiene siete órganos que puede donar (corazón, pulmones, hígado, páncreas, riñones, médula ósea e intestinos), y así puede darle posibilidades a otras tantas. Su conmovedor caso sensibilizó a la sociedad y se transformó en una verdadera cruzada en favor de la donación de órganos. Además, la ley fortaleció el sistema de procuración, agilizó y simplificó los procesos de donación y trasplante.
Por otro lado, antes de esta ley, un 42% de ciudadanos no estaba dispuesto a donar. Hoy, según fuentes oficiales, solo el 17% expresa esta negativa.
El Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (INCUCAI) informó que en 2019 fue superado el récord histórico de donantes y trasplantes de órganos en la Argentina. Hubo en total 883 procesos de donación realizados que permitieron que 1.945 pacientes accedieran a la intervención. Esto representó un aumento del 26% respecto al año anterior.
Según advirtieron las doctoras Mirta Diez, jefa del servicio de insuficiencia cardíaca y trasplante del ICBA (MN 68240) y Lucrecia María Burgos, médica del servicio de insuficiencia cardíaca y trasplante del ICBA (MN 148752), “esperábamos un 2020 con cifras similares o aún mejores. Pero la pandemia por COVID-19 fue un gran problema para todos nuestros pacientes. El número de trasplantes cardíacos bajó en todos los países del mundo y la Argentina no fue una excepción”.
Un estudio publicado en la revista científica JAMA Cardiology reportó que durante la pandemia por COVID-19 en los Estados Unidos los nuevos pacientes en lista de espera de trasplante cardíaco disminuyeron más de un tercio. Además, el volumen de trasplantes de corazón se redujo en un 26% a nivel nacional desde la etapa anterior a COVID-19, aún en regiones de menor circulación del virus.
Un panorama similar sucedió en Argentina. En 2020, se realizaron un total de 92 trasplantes cardíacos. Esto representó una caída del 22%. Ya que en 2019 se llevaron a cabo 118 operaciones.
Los motivos que explican esta situación son múltiples: disminución de donantes y de la capacidad de las unidades de cuidados intensivos para tratar potenciales dadores, inquietudes con respecto a los donantes COVID-19 positivos, falta de acceso a las pruebas de COVID-19 para confirmar el estado del donante y disminución del número de muertes no intencionales como resultado de las políticas de distanciamiento social.
Asimismo, la reducción de las hospitalizaciones por insuficiencia cardíaca durante la pandemia llevó a que menos pacientes accedan a evaluaciones urgentes de trasplante.
También es importante destacar las limitaciones en la capacidad operativa de los equipos de obtención de órganos para viajar y acceder a hospitales de diferentes jurisdicciones y las restricciones para derivar pacientes con enfermedad cardíaca a centros de alta complejidad que habitualmente se encuentran en áreas de mayor circulación del virus.
“El año 2021, en cambio, comenzó de una manera muy promisoria para todos nuestros pacientes. Las cifras brindadas por INCUCAI indican que en enero en la Argentina ya se realizaron 11 trasplantes cardíacos. En el ICBA, en ese mes realizamos tres trasplantes cardíacos de emergencia. Dos de estos pacientes fueron derivados de otras provincias. La pandemia obligó a elaborar exigentes protocolos que garanticen seguridad en la selección del donante, para garantizar la no transmisión del COVID-19, y se dispusieron medidas para superar las dificultades de logística operativa”, precisaron Diez y Burgos.
Por otro lado, “las instituciones de salud se adaptaron para trabajar de manera segura en esta pandemia. En el ICBA Instituto Cardiovascular implementamos un protocolo basado en la evidencia, donde minuciosamente evaluamos cada potencial receptor de corazón para evitar realizar un trasplante en un paciente con infección por COVID-19″, añadieron.
Esto incluye una evaluación epidemiológica, test rápido, hisopado RT-PCR e imágenes del pulmón. Dado que nuestra institución se dedica a cuidar pacientes con enfermedades cardiovasculares de diferente grado de complejidad y no realizamos atención focalizada en coronavirus, la sumatoria de los protocolos para el manejo seguro dentro del ICBA, los aplicados al donante y al receptor permiten minimizar al máximo la posibilidad de trasmisión viral.
Las integrantes del ICBA destacaron, “contamos con un equipo de trasplante tiene para este 2021 grandes expectativas, dado el compromiso de la población con la donación y el gran trabajo que lleva adelante el INCUCAI. Como equipo de salud insistimos en la importancia de que los pacientes con insuficiencia cardíaca mantengan sus seguimientos. Porque dejar la enfermedad sin control implica un riesgo significativo y en los centros médicos podemos garantizar una atención segura”.
El equipo de trasplante cardiovascular del ICBA
Al iniciarse el operativo de trasplante, todo el centro se activa, se siente la emoción y la esperanza en el ambiente -cuentan las doctoras- especialmente cuando el equipo parte a buscar el órgano donante corremos contra el tiempo, por lo tanto todos comenzamos a actuar armónicamente acorde al protocolo, entre ellos cirugía, residencia, cardiología clínica y crítica, enfermería, sector administrativo, seguridad, quirófano, laboratorio, anestesia, bioingeniería, etc.
“Para dar la mejor atención posible a nuestros pacientes, indudablemente necesitamos de un grupo multidisciplinario. El equipo de cardiólogos trabaja continuamente con médicos de otras especialidades como hematología, infectología, endocrinología, neumonología, anestesiología entre otras. Cada 27 de febrero nos convoca a reflexionar sobre el valor de la donación de órganos. Trabajamos para que cada vez más personas se concienticen y sensibilicen acerca de la importancia y significación de ser donante. Donar órganos es un acto de amor y generosidad muy grande, un compromiso con la vida, un vivir en otro que lo necesita. La decisión de donar en forma que es anónima, voluntaria y altruista enaltece al donante y a su familia”, concluyeron.
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