Cada 18 de febrero se celebra el Día Internacional del Síndrome de Asperger, una condición del neurodesarrollo que se encuentra dentro del espectro autista. Según la Asociación Asperger Argentina (AsAAr), se trata de “una variación más de la diversidad humana que acompaña a las personas durante toda la vida. Influye en la forma en que éstas dan sentido al mundo, procesan la información y se relacionan con los otros”.
Como otros trastornos del neurodesarrollo, el Síndrome de Asperger es una condición que muchas veces pasa inadvertida o bien es desconocida en la comunidad. En este marco, la efeméride busca difundir y concientizar acerca de esta condición y así trabajar por la no discriminación de las personas que lo presentan.
Si bien el Síndrome de Asperger se considera dentro de los Trastornos de Espectro Autista, los síntomas que se desarrollan distan ampliamente de los esperados en un cuadro de autismo con mayor compromiso. “Los individuos con esta condición presentan un inicio del habla dentro de la edad esperable y suelen hablar de manera precisa, casi como adultos, a pesar de ser pequeños; lo que lleva a la familia a confundirlos con superdotados o extremadamente adultos”, comenzó explicando Andrea Abadi, psiquiatra y Directora del Departamento Infanto-Juvenil de Cites Ineco.
La prevalencia del síndrome en la infancia se estima en 0,02% a 0,03%, pero las dificultades que acostumbran enseñar los niños con esta condición, pocas veces llegan a un diagnóstico ya que suelen tomarse como conductas particulares. Por lo tanto, sólo con un mayor conocimiento y visibilización de este trastorno se podrá estimular su detección temprana para evitar un sentimiento de incomprensión en los individuos que lo tienen.
En este punto Francisco Musich, jefe del Departamento de Psicología Infanto-juvenil de la Fundación Ineco señaló que, en el caso de las mujeres, esto es aún más frecuente dado que presentan características más sutiles y atenuadas en muchas ocasiones y mayores capacidades de camuflaje con el entorno social. Esta combinación de aspectos más sutiles, mejores habilidades para pasar desapercibidas en su entorno social e intereses en muchas ocasiones muy similares a los compartidos por otros genera grandes desafíos para su identificación y posterior asistencia en tiempo y forma.
Dentro de las generalidades, si bien cada persona es única, la doctora María del Pilar Carnicer, del Servicio de Salud Mental Infanto Juvenil del Hospital Universitario Austral, detalló que los individuos “se destacan por sus capacidades relacionadas con la inteligencia dura, racional, unívoca e híper-lógica, como son la memoria, el apego al detalle, la facilidad para la matemática, la tecnología y el pensamiento lógico”, entre otras.
La especialista aseguró que son personas reconocidas por su altruismo, honestidad y lealtad con altos valores humanos. Y explicó que “la dificultad aparece en situaciones concretas en las que es necesario leer y jerarquizar muchas variables al mismo tiempo, en áreas vinculadas a la inteligencia emocional donde abunda la pluralidad de significados y que resultan fundamentales al momento de desenvolverse en entornos sociales”.
Dentro de las características que los acompañan en su desarrollo y que se deben tener en cuenta en el abordaje terapéutico se encuentran la falta de reciprocidad social y la ausencia de capacidad de comprensión de bromas o metáforas. “El conglomerado sintomático se caracteriza por falta de capacidad de empatía y por dificultades en la comunicación con el otro, más allá de presentar un lenguaje perfecto”, afirmó Abadi.
Así, aparecen inconvenientes para percibir los aspectos no verbales del lenguaje. Carnicer explicó que, quienes poseen Síndrome de Asperger, “suelen ser literales y presentan limitaciones para interpretar chistes y metáforas, por lo que requieren de apoyos para poder acceder a esta información por otros medios”.
Sin embargo, así como pueden representar algunas limitaciones como las nombradas, también se manifiestan ciertas fortalezas o características positivas que los distinguen y que deberían posicionarse para promover una mayor inclusión de las personas que conviven con Asperger:
- Su particular interés por temas poco frecuentes o bien el nivel de profundidad y meticulosidad con el que estudian el contenido.
- La capacidad para retener grandes cantidades de información, especialmente sobre temas de interés.
- La habilidad de aprendizaje en forma autodidacta, pudiendo generar soluciones novedosas a problemas.
- La tendencia a decir la verdad, aunque sea de manera poco amable y a seguir reglas, estipuladas por la sociedad o el contexto.
Estas cualidades podrían ser de gran diferencial en puestos que requieren organización y seguimiento de pautas estrictas.
En la medida que como sociedad podamos estar abiertos a comprenderlos como individuos únicos, con habilidades por desarrollar y fortalezas por descubrir, las personas con Síndrome de Asperger pueden encontrar un lugar de inserción social, educativo, laboral y familiar sin inconvenientes. Con los apoyos e intervenciones adecuadas, es posible desestigmatizar esta condición y trabajar por una comunidad más inclusiva.
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