Tras la confirmación de la llegada a la Argentina de la cepa británica del coronavirus y el alerta que generó en la población el desconocimiento de esta nueva variante, dos científicas del Malbrán destacaron tres aspectos que frenarían su peligrosidad. Mientras, los científicos del INTA-CONICET de Rafaela se encuentran analizando su genoma completo para determinar si hubo nuevas mutaciones.
La variante inglesa ingresó a través de un argentino residente en el Reino Unido llegado desde Frankfurt, que en el último tiempo también había viajado por Austria y Alemania por cuestiones laborales, y que no presentaba síntomas de la enfermedad.
Tras dar positivo en el test de antígenos en saliva que se realizó en el centro de control de turistas en el Aeropuerto de Ezeiza posteriormente se confirmó en el Laboratorio de Biología Molecular del Hospital Pedro de Elizalde que se trata de una cepa que nunca antes se había registrado en nuestro país.
“A todos los que son positivos y llegan de otros países se les hace la secuenciación del genoma completo y en el caso de Consorcio País (que es un organismo interinstitucional para la secuenciación del genoma y estudios genómicos de SARS-COV2), primero hacen un screening y si encuentran algo raro pasan a la etapa de secuenciación. Lo que informaron hoy es que ese screening encontró algunas mutaciones que son sugerentes de la variante del Reino Unido y que la secuenciación está en curso”, precisó a Infobae Claudia Perandones, Directora Científico Técnica de la ANLIS-Malbrán.
En el mundo ya se han descrito gran cantidad de variantes, como la del Reino Unido, Sudáfrica, la de Brasil, identificada en los turistas japoneses del Amazonas, y la de Río de Janeiro.
“Lo importante y lo relevante de la variante del Reino Unido es que reúne 23 mutaciones. Es decir, 23 cambios del genoma del virus. De ellos, hay 8 que están en la región de la espícula viral que es la región que le permite al virus unirse a la célula humana, ingresar al organismo y empezar a replicarse. Entonces, cualquier mutación que existe en esa región es relevante porque puede cambiar el modo en que el virus ingresa a la célula humana, el modo en que empieza el proceso de infección”, advirtió Perandones.
Y continuó con su explicación: “De esas 8 variantes hay una, la M501Y, que es la más preocupante porque es la que reúne con mucha más avidez y afinidad al receptor de la célula humana y hace que esta variante tenga un 70% más de transmisibilidad”.
Para la bioquímica Josefina Campos, Coordinadora de la Plataforma Genómica de la ANLIS-Malbrán Anlis Malbrán, esta variante es llamativa porque tiene un montón de cambios en su genoma, algo poco habitual. “Provoca mayor transmisibilidad pero no hay evidencia de que produzca mayor grado de la enfermedad ni de que haya variación en la respuesta inmune”, precisó a Infobae.
Perandones señaló que actualmente se encuentran trabajando en detectar si esa mutación le permite al virus escapar de la respuesta inmunológica habitual. “Los ensayos que estamos haciendo en ese sentido, en colaboración con un grupo muy importante de Nueva York, han demostrado que esta variante no le permite al virus escapar a la respuesta inmune mediada por los anticuerpos neutralizantes”, remarcó.
Esto significa que la variante del Reino Unido tiene más transmisibilidad pero que posee tres aspectos positivos que merecen ser tenidos en cuenta: no afecta el sistema inmune, no afecta a la efectividad de las vacunas y no agrava la enfermedad.
“Lo bueno es que el sistema inmune está preparado para defenderse porque esta mutación no le confiere ninguna posibilidad de escaparse de la respuesta inmunológica habitual del individuo, incluso si no haya tenido COVID”, explicó la científica ya que “el cuerpo va generar herramientas inmunológicas que le permitan controlar la infección”.
Si bien el temor reside en que los futuros cambios que tenga el virus permitan evadir las defensas habituales del organismo, “por ahora eso no ocurre y la variante británica es controlada por los anticuerpos neutralizantes de los pacientes”. Y pronosticó que el cuerpo “va a poder resolverlo igual que lo hace con las otras cepas que circulan del SARSCoV-2”.
Campos y Perandones también coincidieron en que la variante británica no atentaría contra la efectividad de las vacunas. “Otra cosa que se evaluó es que las vacunas que se encuentran en desarrollo y las que ya están aplicándose también son efectivas frente a esta variante”, afirmó la Directora Científico Técnica de la ANLIS-Malbrán.
Por su parte, Campos insistió en que “es importante entender que más allá de la variante de la cepa, los cuidados siguen siendo los mismos (tapabocas, distanciamiento social, lavado de manos y ventilación de ambientes) y llamó a continuar con la vigilancia activa para detectar las variantes para ver qué lo que hay circulando en el país”.
Y concluyó: “Si todos nos cuidamos entre todos y las personas que llegan del exterior hacen la cuarentena correspondiente podemos frenar el avance de estas nuevas variantes para que su circulación no se vuelva comunitaria”.
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