El agotamiento por el escenario pandémico que el mundo atraviesa es una realidad. Los hábitos y las recomendaciones sanitarias son vectores que obligan a modificar la rutina diaria. Distintas poblaciones han sido afectadas, algunas más que otras, pero lo cierto es que la adaptación es un ejercicio que nadie pudo sortear. En nuestro país, las personas mayores de 60 años representan el 15%, en un segmento integrado por más de 7 millones.
Para el doctor José Jauregui (M.N. 74.384), médico geriatra y presidente de la Sociedad Internacional de Gerontología y Geriatría, señala en diálogo con Infobae, que no debería cambiar mucho lo que se venía haciendo hasta ahora y debemos esperar que el porcentaje de vacunación de la población general sea al menos del 60%. Por ende, en sintonía, sostiene: “Deben seguir cuidándose, quizá ya puedan salir o recibir visitas más que antes, porque ya sabemos cómo cuidarnos y si se respetan las normas básicas aprendidas, podrían no seguir tan aislados, que tan mal les hace”.
“Los adultos mayores deberían retomar esta nueva etapa, claramente, con mucho cuidado porque sabemos que la inmunidad de rebaño no llegaría recién hasta pasado el invierno que viene”, manifiesta el doctor José Manuel Viudes (M.N. 92.965), gerontólogo y neumonólogo del Hospital Italiano de Buenos Aires. Así que retomar sus vidas con mucho cuidado y no dejar de lado las conductas que les hemos enseñado.
Entre las recomendaciones y consejos para este segmento etario, establecer los vínculos familiares es muy importante. Restablecer el contacto con hijos, nietos, sobrinos y hermanos para que tengan una vida social plena, ya que está demostrado que mejora la calidad de vida. Pero dichos encuentros deberían ser al aire libre, en plazas, patios o balcones, manteniendo la distancia de 1,5 mts y con barbijo, según advierte el doctor Viudes.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) insiste en que hay que garantizar que las personas mayores sean protegidas de COVID-19 sin estar aisladas, estigmatizadas, dejadas en una situación de mayor vulnerabilidad, sin poder acceder a las disposiciones básicas y a la atención social. Este consejo cubre el tema de recibir visitantes, planificar suministros de medicamentos y alimentos, salir de forma segura en público y mantenerse conectado con otros a través de llamadas telefónicas u otros medios. Es esencial que las personas mayores reciban el apoyo de sus comunidades durante el brote de COVID-19.
Las mejores medidas sanitarias son las que detectan rápido, los contactos y los aíslan. La detección temprana de síntomas atribuibles a COVID-19, puesto que esto, sobre todo en adultos mayores, es vital a la hora del pronóstico posterior. “Obviamente, la estrategia de vacunación tan esperada, con vacunas eficaces, por supuesto, es fundamental”, nos dice Jauregui. “Es por esto mismo que los adultos mayores deben seguir cuidándose hasta que la situación epidemiológica mejore, cuidándose y sobre todo, la sociedad debe seguir comportándose de manera adecuada para no diseminar el virus intra- comunitariamente”.
¿Sirve planificar, organizar, establecer un cronograma con diversas actividades diarias? El doctor Viudes aconseja armar una agenda, ya que está demostrado en los países europeos la implementación para pacientes mayores, y a partir de allí planificar sus días y de esa manera evitar errores o accidentes. Otro punto importante a resaltar esta relacionado a las visitas que imprevistamente puedan hacer a los domicilios de estas personas, ya que deben reforzar y tomar todos los recaudos que la situación implica. Por lo pronto no es aconsejable atender o dejar pasar a una persona y que no estuviese completado, pero de ser así, deberían abrir las ventanas para que exista una corriente de aire , prender ventiladores de techo, que inhibe el efecto del virus y apagar los aires acondicionados cuando están en presencia de una persona que no pertenece a su burbuja.
¿Cómo se pueden revertir los efectos adversos ocasionados por la pandemia?
“Los efectos ocasionados por la pandemia en la salud deben ser atendidos permanentemente, sobre todo la soledad, mejorando aún más el contacto de manera cuidada dentro de las posibilidades, atender los otros problemas de salud que también son muy importantes, ya que estos pacientes tienen múltiples problemas de salud crónicos, y la recomendación básica de hacer ejercicios con una nutrición adecuada”, concluyó el presidente de la Sociedad Internacional de Gerontología y Geriatría. En el mismo sentido, Viudes, agrega los de tipos psico-neurológicos y los físicos.
“Con respecto a esto último, al estar mucho tiempo quieto, sin hacer ejercicios, sin caminar mucho, recomiendo retomar lentamente las caminatas que son muy saludables y está comprobado que no hay ningún riesgo en hacerlo al aire libre, como así también los gobiernos deberían autorizar un horario en que los adultos mayores puedan caminar por las plazas sin que estén los jóvenes que podrían ser posibles contagiantes, eso es lo que se llama ‘hora de oro’ en todo el mundo y sería de 12 a 13 hs en el que todos están todos trabajando o almorzando, o bien de 15 a 16 hs”.
“En cuanto al efecto psico-neurológico, muchos pacientes quedaron deprimidos con pánico a la muerte y muchos pacientes y empeoraron su estado cognitivo previo con mayor frecuencia, con síndromes confusionales. Esos pacientes deben volver a una vida normal y deberían tratar de tener un terapista ocupacional para que desarrolle un plan estratégico de volverlo hacia la normalidad, dice el especialista del Hospital Italiano”. “Por ultimo -rescata el gerontólogo- es muy importante que suspendan la exposición a noticieros, para que puedan tener un descansar feliz y no seguir viendo o escuchando la cantidad de pacientes que fallecen, ya que el 80% de los que mueren por COVID-19 son mayores de 70 años”.
Las condiciones de salud y el envejecimiento ponen en peligro a las personas mayores, pero no solo ello. La soledad como emoción y el aislamiento como condición en la que viven muchas de ellas, juegan un papel importante frente a su capacidad de responder a la enfermedad. La falta de respuesta de los sistemas de salud pueden ser un factor más que empeore la situación.
Aún con todas las medidas sanitarias dispuestas, también es importante contar con un sistema de cuidados domiciliarios que tengan médicos especializados en adultos mayores para que los visiten, mínimamente, una vez cada 15 días y controlarlos, porque si sucediera la segunda ola como está pasando en el mundo otra vez, los adultos mayores no irán a controlarse y la mortalidad aumentará no por COVID-19 sino por culpa del virus, ya que dejarán de concurrir a sus controles programados.
Por este motivo, concluye el médico Viudes, son ellos quienes deben ir a sus domicilios, revisarlos, practicarles análisis de sangre y llegado el caso, se cuenta con instrumental trasladable en el caso de tener que realizar un diagnóstico por imágenes, “lo que nos permite ir ganando tiempo, ya que los adultos mayores, por segundo año consecutivo no se pueden quedar quedar sin un sistema de salud que los cobije”, finalizó.
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