Llegó diciembre y se acercan las Fiestas de este año tan especial. Los rituales de celebración estarán modificados por la realidad que marca la pandemia: las reuniones deberán ser al aire libre, limitar la cantidad de personas, extremar los cuidados y las medidas de prevención para COVID-19.
Seguramente no vemos la hora de que este año le dé paso al Año Nuevo: necesitamos renovar la esperanza y comenzar el 2021 con otra energía.
Para eso, debemos tener en cuenta, y esto no cambia a pesar de esta situación tan especial, lo importante de recordar la necesidad de un uso juicioso y adecuado de los fuegos artificiales y pirotecnia. Para muchas personas, estos pueden ser sinónimo de alegría, divertimento y placer, pero para otras se asocian con sufrimiento. Tampoco quedan afuera de esto último los animales, ya que bien sabemos cuánto padecen las mascotas en estas fechas.
Los fuegos artificiales y los sentidos
Casi todos nuestros sentidos se asocian con el uso de la pirotecnia. Ofrecen un espectáculo hermoso a nuestra vista, aunque en ocasiones pueden causar lesiones, desde quemaduras hasta pérdida de un ojo.
Los fuegos artificiales tienen sustancias químicas (como el perclorato, el litio y el aluminio) que se pueden oler y que pueden causar irritación e intolerancia, que se manifiestan con dolor de cabeza.
El uso de la pirotecnia puede causar también daño auditivo: los oídos tienen capacidad para soportar ruidos de hasta 90 decibeles sin sufrir daño. Un mortero llega a los 145 decibeles, y una bomba de estruendo ¡hasta los 190 decibeles! Las secuelas auditivas pueden ser desde un zumbido leve y permanente hasta la pérdida de la audición total e irreversible.
El sentido del tacto también interviene en la manipulación de estos productos. Si esta no es correcta y segura, pueden causar quemaduras y otras lesiones en las manos y los brazos.
Personas con trastornos de salud
Siempre que se decide usar pirotecnia, se debe pensar en las personas que presentan un trastorno del espectro autista. Su sensibilidad auditiva es muy alta (esto se denomina hiperacusia), por lo que los ruidos generados por la pirotecnia pueden alterarlas de manera notable.
Por otra parte, el clima festivo saca a estas personas de su rutina habitual y las vuelve irritables e intolerables, pueden presentar crisis de llanto y episodios de autoagresión. Ellos y sus familias sufren mucho estas situaciones y lo que debería ser un día de celebración se convierte en un verdadero calvario.
Las personas que padecen algún tipo de demencia también pueden alterarse con los ruidos demasiado fuertes y presentar crisis nerviosas (con llanto, palpitaciones y agitación) e inconductas que pueden tener consecuencias muy peligrosas.
Mascotas y animales silvestres
Los efectos de la pirotecnia en los animales son diversos, de diferente intensidad y gravedad. Esto se debe, en su mayor parte, a que tienen el aparato auditivo mucho más desarrollado que el de los seres humanos.
Las mascotas domésticas sufren agitación, palpitaciones y mucha sed. El temor que sienten con los ruidos puede hacer que quieran escaparse, con el peligro de sufrir accidentes o incluso perderse. Los gatos en particular suelen ingerir restos de estos productos de pirotécnica usados y sufrir intoxicaciones.
Los caballos también se agitan de tal manera que, muchas veces, al querer huir se lesionan con los alambrados.
Las aves pueden, en su intento de huida, chocar contra los vidrios de puertas y ventanas y sufrir lesiones e incluso morir.
Medioambiente
Los fuegos de artificio pueden ser una de las principales causas de incendios forestales.
Además, estos productos se fabrican con sustancias tóxicas, que luego de la explosión se concentran en las aguas más próximas y en el suelo, y causan un alto grado de contaminación.
Recomendaciones generales
-Se deben seguir siempre las instrucciones del fabricante al manipular estos productos.
-Deben ser manejados por personas mayores de edad y mantenerlos fuera del alcance de los niños.
-Ante la presencia de lesiones, aunque parezcan leves, se debe consultar de inmediato en un centro médico para su evaluación y tratamiento.
-Si decidimos medicar a nuestras mascotas (es muy habitual usar las “gotitas tranquilizantes”), debemos consultar primero al veterinario.
-Debemos permanecer al lado de los animales mientras duren los ruidos fuertes. Si se quedan solos, debemos dejar cerradas puertas y ventanas para evitar que escapen y poner sillas o bancos delante de estas para evitar que se lastimen al querer huir.
Celebrar en pandemia
Es importante recordar siempre que las fiestas de fin de año son un momento de reunión familiar y, por supuesto, de celebración. Este año tenemos doble responsabilidad: además de manejar responsabilidad la pirotecnia dados los riesgos que presentan para las personas, los animales y el medioambiente (lo ideal es evitar directamente su uso), debemos mantener las medidas de prevención para el coronavirus.
En ese sentido:
-Las reuniones familiares deben tener un máximo de 10 personas, al aire libre y siempre que pertenezcan a la misma “burbuja sanitaria”.
-Es preferible armar dos o tres mesas chicas que una sola mesa larga, para asegurar el distanciamiento físico.
-Es importante tener puesto el barbijo el mayor tiempo posible y sacárselo solo al momento de comer o de brindar.
• Es importante tener puesto el barbijo el mayor tiempo posible y sacárselo solo al momento de comer o de brindar.
Es nuestra responsabilidad terminar el año y comenzar el siguiente cuidándonos y cuidando a nuestros seres queridos.
* Stella Maris Cuevas, médica otorrinolaringóloga (MN 81701). Experta en olfato y alergista. Ex presidenta de la Asociación de Otorrinolaringología de la Ciudad de Buenos Aires (AOCBA)
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