Ayer por la mañana, el presidente Alberto Fernández anunció que anteayer el Gobierno firmó el contrato con Rusia para la adquisición de las primeras dosis de la vacuna Sputnik V contra el coronavirus SARS-CoV-2, que ya se aplica en tierras rusas y se produce en varios países. El anuncio significa un paso certero para la llegada de las primeras vacunas contra el virus que genera la enfermedad COVID-19, que en nuestro país ya causó 1.475.222 infecciones y 40.222 muertos en tan solo 9 meses desde la llegada a nuestro país el 3 de marzo último.
Fernández agradeció de manera personal al presidente de Rusia, Vladimir Putin. “Personalmente se ocupó para que (el acuerdo) ocurra”, señaló. Y agregó: “Nos va a servir para minimizar las condiciones de letalidad de la enfermedad y poder dar un paso importante en favor de la inmunidad de rebaño de la que tanto se habla, eso no quiere decir que tenemos el problema resuelto, no hay que sentirse liberados de la pandemia”.
Pero, ¿qué significa la llegada de la primera vacuna a la Argentina? ¿Cuántas dosis serán, dónde se producen y desde dónde llegarán? ¿Por qué la vacuna Sputnik V será la primera en arribar, cuando Argentina también anunció acuerdos con la de los laboratorios Pfizer/BioNTech y de Oxford/AstraZeneca? ¿Cómo será la logística y distribución de las primeras dosis en todo el país y quiénes serán los primeros grupos en recibirla?
Hace una semana, el presidente Fernández había anunciado que el Gobierno prevé que vacunar a 300.000 personas antes de final de año, con las dosis que llegarán al país de la vacuna Sputnik V rusa. Y hoy completó el anuncio al afirmar que entre enero y febrero se inmunizará a 10 millones de argentinos. Y aclaró que eso tendrá lugar una vez que los expertos de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) aprueben la vacuna. Para ello, adelantó, que la semana que viene estará viajando al país europeo una comitiva compuesta por funcionarios de Salud y de ANMAT para “verificar in situ las condiciones de producción y calidad de la vacuna”. Según la agenda del Ministerio de Salud, se podrán vacunar a 5 millones de personas durante enero y 5 más en febrero, con el producto que demostró más de 95 % de eficacia.
“En marzo la vacunación seguirá con otras vacunas que tenemos compradas”, anticipó el mandatario en una conferencia de prensa que compartió junto al ministro de Salud, Ginés González García. Las otras vacunas compradas a las que se refirió Fernández y que llegarán en marzo, son las 20 millones de dosis del laboratorio AstraZeneca, cuyo principio reactivo se produce en Argentina y la inoculación de Pfizer/BioNTech que ya comenzó a aplicarse en Reino Unido, Bahréin y Canadá. Respecto a esta última, el ministro de Salud, informó que en un principio el laboratorio Pfizer se había comprometido a entregar algunas dosis en diciembre y otras durante el verano. Sin embargo, nunca se terminó de firmar el contrato y las negociaciones parecen haberse estancado, luego del anuncio esta semana en la que la compañía a nivel global afirmó que sólo estaría en condiciones de producir 50 millones de dosis hasta fin de año, es decir, la mitad de las 100 millones anunciadas anteriormente. “Recuerden que Pfizer fue la primera compañía con la que se reunió el Presidente. Tengo la sospecha de que hay un problema de disponibilidad y por eso no se animan a firmar un contrato”, analizó.
Además, Argentina firmó un contrato con la ONU a través del mecanismo COVAX al que ya se han suscrito cientos de países para participar de manera equitativa y conseguir varios lotes de vacunas una vez que estén disponibles.
Consultado por Infobae sobre más precisiones de la llegada de la vacuna rusa, el Presidente informó que vendrá de Rusia, pero que la misma se produce en distintas partes del mundo. El Fondo Ruso de Inversión emitió más tarde un comunicado sobre el convenio con Argentina por la vacuna Sputnik V. Y aclaró que el suministro de la vacuna será facilitado por los socios internacionales del RDIF en India, China, Brasil y Corea del Sur, entre otros países y que la misma permitirá a la Argentina contar con un portafolio diversificado de vacunas contra el coronavirus. En la carta, el Fondo ruso afirmó que Sputnik V es una vacuna muy eficaz, segura y asequible. Y que el pasado 24 de noviembre, el Centro Gamaleya y RDIF anunciaron los resultados positivos del segundo análisis de datos provisionales del más grande ensayo clínico de Fase III, de doble ciego, aleatorio y controlado por placebo, realizado en Rusia. Éste demostró una eficacia del 91.4% para la vacuna Sputnik V.
El factor diferencial de la vacuna rusa reside en el uso de dos vectores diferentes, basados en adenovirus humano Ad5 y Ad26, lo que permite generar una respuesta inmune más fuerte y duradera que las vacunas que usan un solo vector para las dos dosis. Datos preliminares obtenidos de 18.000 voluntarios, 42 días después de que éstos recibieran la primera dosis (equivalente a 21 días después de haber recibido la segunda dosis), cuando habían generado una respuesta inmune estable, indican una eficacia superior al 95%.
Sputnik V no posee ningún elemento del coronavirus en su composición, se presenta en forma liofilizada, es decir, como un polvo que se mezcla con un excipiente para disolverlo y luego administrarlo por vía intramuscular. Además, no contiene adenovirus humanos vivos, sino vectores adenovirales humanos que no son capaces de multiplicarse y son completamente seguros para la salud. Los “vectores” son vehículos que pueden introducir material genético de otro virus en una célula. El gen del adenovirus, que es el causante de la infección, se sustrae y en su lugar se inserta un gen con el código de la proteína de otro virus. El elemento insertado es seguro para el organismo y ayuda al sistema inmunológico a reaccionar y producir anticuerpos que nos protegen de la infección.
El costo de una dosis de la vacuna Sputnik V en los mercados internacionales estará por debajo de los $10. La vacuna Sputnik V requiere dos dosis, por lo que el costo será inferior a $20 por persona. Se han recibido peticiones para la obtención de más de 1,200 millones de dosis de la vacuna Sputnik V, procedentes de más de 50 países.
Llegada y distribución en la Argentina
Tal como había adelantado el jefe de Estado, antes de fin de año inocularán a 300 mil personas. Y, entre enero y febrero, se inmunizará a 10 millones de argentinos. Los primeros en recibirla serán el personal sanitario, las fuerzas de seguridad, los mayores de 65 años, los docentes y otros grupos prioritarios.
“Nosotros vamos a tener después de marzo un calendario de vacunación que va a seguir para todos los que quieran vacunarse y con el que queremos darle inmunidad a la mayor cantidad de argentinos posible. Para eso están las vacunas de AstraZeneca, para eso están las vacunas de COVAX, para eso están las posibles vacunas chinas y eventualmente más vacunas rusas. Hemos analizado mucho la vacuna rusa. Acá en Argentina algunos siembran dudas sobre la calidad científica rusa. El instituto (que desarrolló la vacuna) tiene varios premios Nobel entre su planta de científicos”, resaltó el Presidente en la conferencia de prensa.
“Estamos trabajando para que la vacuna tenga la definitiva autorización de nuestro órgano de control, que es la ANMAT. Para ese fin, están viajando la semana que viene funcionarios del Gobierno Nacional y funcionarios de la ANMAT para poder ‘in situ’ verificar todas las dudas que tengan que sacarse respecto de las condiciones de producción y de la calidad de la vacuna”, dijo el presidente durante la conferencia de prensa.
La secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti encabezará el viaje este sábado a la Federación Rusa de los expertos para que a partir del lunes hasta el viernes de la próxima semana, visiten las plantas del Instituto Gamleya -desarrollador de la vacuna Sputnik V- y de Generium, que forma parte de su proceso productivo. Durante las visitas, se realizará la verificación técnica de los establecimientos y los procesos de fabricación utilizados en los productos.
“Esta acción se encuadra en las funciones de esta Administración Nacional y el fortalecimiento de las relaciones bilaterales que se vienen entablando con la Federación Rusa en las áreas de calidad, eficacia y seguridad de los medicamentos”, cierra el comunicado. Según explica la ANMAT, nuestro país tiene la posibilidad de autorizar vacunas en caso de emergencias o condiciones sanitarias especiales, tal como lo hacen otros países del mundo: “Podrán ser autorizadas conforme al procedimiento específico establecido por esta Administración a fin de evaluar las condiciones de riesgo/beneficio para la disponibilidad de esa vacuna en el marco de la estrategia que fije nuestro país”.
“La información está. Hay que ir a buscarla, hay que ir a verificarla, y lo que la ANMAT debe darnos es certeza de que lo que estamos comprando es la calidad que pueden los argentinos recibir”, indicó Fernández, e insistió con que “la información ya está recibiéndose desde hace tiempo”.
El ministro de Defensa, Agustín Rossi, dijo días atrás, que desde principios de noviembre empezaron a trabajar con el Ministerio de Salud para el armado de este “gran comando nacional” que apuntará a “garantizar la correcta distribución y en tiempo récord de las vacunas contra el coronavirus”.
Y resaltó la necesidad de coordinar con todas las provincias el despliegue de las Fuerzas Armadas y el apoyo logístico de las fuerzas de seguridad para garantizar que llegue la vacuna cuanto antes a todas las capitales provinciales en simultáneo. Es decir, que no haya distritos que reciban antes que otros la medicación y que se coordine luego con los gobernadores la distribución en el interior de cada provincia. “Pondremos a disposición todos los efectivos que sean necesarios y si hace falta que vayan los 80.000 uniformados que hay en las Fuerzas Armadas se hará”, dijo Rossi sobre el plan de vacunación masivo que prepara el Gobierno en todo el país.
Desde el punto de vista legal, la Secretaría Legal y Técnica de la Presidencia y los expertos legales del Ministerio de Salud, ya dejaron promulgada la Ley 27.573 que declaró “de interés público la investigación, desarrollo, fabricación y adquisición” de las vacunas destinadas a generar inmunidad contra el COVID-19. Este fue un paso excluyente para la firma de los contratos del Gobierno con los laboratorios proveedores.
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