Tras casi nueve meses de pandemia en la Argentina y en el mundo, la opinión pública cambió sus pareceres frente a cuestiones relacionadas con el manejo de la emergencia sanitaria o la aceptación ante una eventual vacuna.
Una encuesta realizada por Opinaia a la que tuvo acceso Infobae mostró que, desde marzo a la fecha, se detuvo la caída de los indicadores vinculados a la gestión de la pandemia y las políticas de distanciamiento. La evaluación positiva del Gobierno en relación al COVID-19 es del 53%, mientras que el acuerdo con el distanciamiento llega al 59%.
Además, disminuyó la predisposición para aplicarse una eventual vacuna (hoy por hoy uno de cada cuatro no se la daría), mientras que el 29% no sabría qué hacer.
En relación a la confianza en las distintas posibles vacunas, la opinión de los dos mil encuestados vía online se vio dividida: hay gente que piensa tanto que todas son confiables como que ninguna lo es. Por escaso margen, la vacuna rusa genera algo más de confianza, al estar asociada con las gestiones del Gobierno.
Consultados sobre qué les generaba más preocupación respecto al coronavirus, si la salud o la economía, los encuestados respondieron que “ambas por igual” entre el 62 y 68%.
Sobre éstas y otras apreciaciones, este medio consultó a Guido Moscoso, gerente de Opinión Pública de la consultora.
- ¿Qué es lo que más preocupa a la población de la pandemia? ¿Cuáles son las principales dificultades que tuvieron los argentinos durante la pandemia?
- A lo largo de estos casi nueve meses de pandemia, la opinión pública argentina ha interpretado al coronavirus tanto como un problema sanitario como económico. Si bien en un primer momento la preocupación en términos estrictamente de salud ganó terreno, al poco tiempo también se comprendió que esta coyuntura crítica iba a traer serios problemas económicos. En ese sentido, al preguntar por las principales dificultades experimentadas durante la pandemia, crecientemente la “falta de dinero o ingresos laborales” figura al tope de las respuestas. Además de lo económico, también se señalan cuestiones vinculadas a la estabilidad emocional como tristeza, angustia, depresión o insomnio.
- ¿Observan que la gente relajó los cuidados y está menos preocupada por la enfermedad?
- Los niveles de preocupación que genera el COVID-19 se han mantenido relativamente estables en el tiempo, con una muy leve tendencia descendente. Puntualmente, la preocupación por la pandemia ha tenido una dinámica territorial: en aquellas regiones en donde la cantidad de casos y víctimas fatales fue o es elevada, ahí se registran comparativamente altos niveles de preocupación.
Por otro lado, lo que se observa es que efectivamente ha caído el miedo que fue despertando el coronavirus, al tiempo que aumentó la sensación de incertidumbre por la situación, sobre todo en términos económicos.
- ¿Cuáles son las principales objeciones a la vacunación que manifestaron los encuestados?
- Podríamos afirmar que la disminución de la predisposición para aplicarse una eventual vacuna se debe a dos factores. Primeramente, las dudas y la desconfianza que generan los procesos acelerados de testeo y validación de las posibles vacunas. Luego, en segundo lugar, la opinión mayoritaria sobre que la vacunación no necesariamente significa el fin de la pandemia. Para cerca del 60% de los consultados, con la vacuna no se termina la crisis sanitaria del coronavirus.
- ¿Cómo cree la gente que va a seguir la pandemia en el país y cuán preparada está la Argentina para una segunda ola?
- La situación de la pandemia hoy en el país podría definirse como un escenario de “tensa calma”. Si bien el pasaje del aislamiento al distanciamiento, en sintonía con la baja de casos y fallecimientos, le dio un respiro a la sociedad, todavía hay cierta desconfianza. Según nuestra última medición, son más las personas que piensan que el país se encuentra poco o nada preparado para resolver la crisis sanitaria y que la situación va a ser muy compleja de controlar.
- ¿Cómo evalúan el manejo de la pandemia hecho por el Gobierno?
- En líneas generales, la opinión pública evaluó el manejo de la pandemia por parte del Gobierno de Alberto Fernández en función de los resultados sanitarios. En un principio, cuando se tomaron las medidas de aislamiento y cuarentena, en un contexto de un amplio consenso de la clase dirigente, el Gobierno obtuvo su pico de popularidad. Esto se mantuvo hasta que los contagios y víctimas fatales aumentaron, sumado al cansancio e impacto económico de la cuarentena. A futuro, podría especularse que el factor que impactará sobre la evaluación del manejo de la pandemia será la organización y administración del operativo de vacunación.
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