Conocer el mapa de la inmunidad de la población porteña implica saber cuántas personas en la Ciudad de Buenos Aires tienen anticuerpos. Un dato muy valioso luego de ocho meses de pandemia global por el nuevo coronavirus SARS-COV-2. Si a esto se agrega que uno de los clamores sociales en la Argentina que reunió mayor consenso y que puede hacerse extensivo a la Ciudad de Buenos Aires fue que los testeos realizados fueron insuficientes y que conllevó a tomar malas decisiones en la gestión de la pandemia, la necesidad de datos concretos y reales sobre los territorios se vuelven imprescindibles porque permitirán crear políticas públicas en base a evidencia científica.
Un estudio riguroso de seroprevalencia al que tuvo acceso exclusivo Infobae realizado por el Ministerio de Salud y la Dirección General de Estadística y Censos de la Ciudad de Buenos Aires en todo el territorio porteño permitió conocer las verdaderas cifras de infectados y cómo circula el virus en la Ciudad, luego de ocho meses de pandemia global.
El análisis epidemiológico de la encuesta se llevó a cabo en base a una muestra estadística de 2.024 residentes en CABA mayores de 18 años, que fueron encuestados y testeados entre el 8 de septiembre y el 18 de octubre 2020, y el objetivo principal fue determinar cuál es la inmunidad de la población porteña.
Al conocer los datos resuenan y se disparan preguntas: ¿Cómo funciona la estrategia de los testeos inteligentes en la Ciudad de Buenos Aires que permite ir detrás de los asintomáticos y supercontagiadores? Teniendo en cuenta que se trata de una herramienta fundamental para conocer las cifras de infectados. ¿ Cómo circula el virus en la población de CABA ? ¿Por qué la “pesca” del grupo de los asintomáticos será clave para controlar una eventual segunda ola en la Ciudad hasta que se disponga de una vacuna o terapia?
Efecto pinza de los testeos inteligentes
Los resultados de la encuesta demostraron que gracias a la estrategia de los testeos inteligentes basada en el rastreo de casos, la identificación temprana y el resguardo oportuno se lograron identificar a 1 de cada 3 personas contagiadas de COVID-19, bajo una foto epidemiológica de mediados de septiembre 2020 (11/9).
Entre las certezas que arrojó el estudio citado, resultó la idea de que para medir la eficacia de los testeos no todo se basa en la cantidad, sino más bien en la estrategia específica de aplicación de esos testeos sobre los distintos grupos sociales. ¿A quiénes? ¿A cuántos? ¿Dónde? ¿Cuándo?
Fuentes confiables del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires precisaron a Infobae que la cantidad de testeos no representa la lógica, ni el comportamiento real de la enfermedad y el virus. Lo verdaderamente importante a la hora de testear es la estrategia que se diseñe y aplique, según la foto epidemiológica del momento y no centrarlo en la cantidad.
Actualmente se realizan en CABA un promedio de 5 mil PCR diarios (PCR, siglas en inglés de ‘Reacción en Cadena de la Polimerasa’, una prueba diagnóstica que permite detectar un fragmento del material genético de un patógeno). La cantidad fue ascendiendo de manera sostenida y tuvo un cambio de estrategia importante a partir de la implementación de la búsqueda activa por medio del Plan DetectAR. Mientras que a mediados de abril se hacían 250 PCR por día, 850 a mitad de mayo y 1000 a principios de junio. Es decir, se aumentó hasta hoy 20 veces la cantidad media de tests por jornada.
La política de testeos está fuertemente apalancada en la búsqueda ‘puerta a puerta’ a través del DetectAR que lleva adelante la Ciudad en conjunto con el Gobierno Nacional. Hasta el momento, 132.841 vecinos se realizaron el PCR, de los cuales 24% fueron positivos y hay resultados pendientes de análisis.
La iniciativa se profundizó hacia fines de julio con la incorporación del testeo a todos los convivientes de casos recientemente confirmados y, se extendió aún más, el 7 de septiembre con la evaluación de todos los ‘contactos estrechos’. Esta estrategia permite no “perder pisada” sobre el grupo de pacientes asintomáticos - aquellos que cursan la enfermedad sin síntomas e incluso en muchos casos ni siquiera lo saben-. La importancia de identificarlos con testeos precisos es porque representan un eslabón que puede convertirse en los supercontagiadores de nuevos grupos sociales. Y ser propulsores de una eventual segunda ola o rebrote.
Es por eso que una vez que una persona es confirmada con COVID-19 en CABA, es derivada según su cobertura médica y necesidades particulares de atención. El próximo paso, es el de identificar a sus ‘contactos estrechos’ desde las 48 horas previas al inicio de síntomas o de los días anteriores al diagnóstico positivo, si fuese asintomático.
El gran aporte de esta encuesta de seroprevalencia es saber cuántas personas en la Ciudad de Buenos Aires tienen anticuerpos -"la foto” del escenario epidemiológico corresponde al 11/09 - e indicó que la inmunidad de la población de CABA frente al virus es del 10,1% (aproximadamente 310 mil personas). Una cifra que si se proyectara hasta hoy (3/11) alcanzaría al 14 ó 15 % de los porteños.
La Ciudad tiene una composición demográfica heterogénea en las distintas comunas, por lo que lograr la representatividad de las personas evaluadas fue clave para el éxito del estudio. En ese sentido, se contemplaron variables demográficas, de lugar de residencia y socioeconómicas, al tiempo que se incluyeron personas de barrios vulnerables, inquilinatos y geriátricos.
COVID-19, una enfermedad asimétrica
Si hay algo que caracteriza la conducta errática del virus SARS- COV 2 que provoca el COVID-19 es que se trata de una enfermedad asimétrica: algunas personas se enferman mucho y otras se enferman poco. Así cobra aún más sentido, la estrategia de los testos inteligentes de la Ciudad que definió intensificar la búsqueda de los asintomáticos como lógica de una política pública sobre la epidemia en la Ciudad. Aquí los resultados a los que accedió Infobae sobre la encuesta de seroprevalencia -permite estimar el porcentaje de la población estudiada que haya desarrolado anticuerpos-en la Ciudad de Buenos Aires:
● Se detectaron con PCR a 1 de cada 3 personas que arrojaron un resultado positivo para el test de anticuerpos. Al 11 de septiembre, se registraban 109.281 casos de residentes y, al 25 de ese mismo mes, 310.761 mil habían transitado la enfermedad de acuerdo al estudio de campo.
● El 10.1% del total de la población tiene anticuerpos para COVID-19 (período de estudio del 15/9 al 21/9).
● Al analizar la presencia de anticuerpos en los barrios vulnerables, se obtuvo una prevalencia del 42%, casi 6 veces mayor que en el total del territorio.
● Si se consideran los resultados por grupo etario en toda la Ciudad (sin considerar a los barrios vulnerables) el rango de mayores de 80 años presenta una seroprevalencia del 11.9%; seguido por el de 18 a 39 con el 10.4%; el de 40 a 59 años con el 8.4%; y, por último, el de 60 a 79 con el 8.3.
Esto indica que 2 de cada 3 no realizaron una consulta médica a lo largo de la enfermedad y, por ende, la transitaron de manera asintomática o presentaron mínimos síntomas. Asimismo, el 10,1% del total de los vecinos presentaron anticuerpos contra el coronavirus.
El estudio estuvo a cargo del Ministerio de Salud y la Dirección General de Estadística y Censos de la Ciudad y fue posible gracias a la colaboración de las distintas Comunas y organizaciones locales. El mismo relevamiento será reiterado para poder hacer un análisis de la evolución en el tiempo. La próxima etapa comenzará en noviembre. Las conclusiones representaron una herramienta fundamental para estimar la inmunidad de la población contra el coronavirus, las dimensiones de la propagación viral y evaluar la eficacia de la estrategia sanitaria.
Canales de distribución del virus
En la llamada primera ola de la pandemia en la Ciudad de Buenos Aires -hasta julio-agosto aproximadamente- los canales de distribución de la enfermedad fueron a través del personal de salud, los geriátricos y los habitantes de los barrios vulnerables, por sus condiciones de hacinamiento. Es decir el virus corrió más rápido y más cerca de las condiciones ligadas a la pobreza.
Frente a una eventual segunda ola o rebrote, habrá que estar atentos al cambio de los canales de distribución con hitos estacionales como la llegada del verano: la organización de fiestas clandestinas, juntadas, reuniones familiares que pueden generar que la ola del contagio vaya hacia nuevos segmentos de la sociedad. Generando ámbitos propicios para que se conformen los supercontagiadores: pocas personas que esparcen el virus a un gran numero de personas por su alta movilidad en diferentes ámbitos y grupo sociales sin respetar los protocolos. La mitad de la gente que se enferma y cursa la enfermedad por COVID-19 es asintomático, por eso la importancia de poner el foco en estos perfiles supercontagiadores.
Dentro de las lógicas de la pandemia por SARS-COV-2 que se han mantenido alrededor del globo hay que recordar que el 10 % de los contagiados, contagiará al 80% de los contagiados de la semana siguiente.
Comparación con otras ciudades
El ratio de casos detectados en CABA sobre el total de personas que tienen anticuerpos es alentador frente al de otras ciudades del mundo donde se realizó una investigación de las mismas características.
Entre ellas, se pueden destacar a la ciudad de Nueva York donde registraron a 1 de cada 10 personas contagiadas, tanto Ginebra como Madrid tuvieron una relación de 1 de cada 11 y San Pablo de 1 de cada 12. Resultados similares se obtuvieron en el primer estudio de seroprevalencia que realizó el GCBA en el Barrio 31 a lo largo de junio 2020. En el mismo se concluyó que por cada caso positivo había 9 vecinos más que tenían anticuerpos contra la enfermedad.
En cuanto a la seroprevalencia estimada en el total de la población, la Ciudad de Buenos Aires presentó valores similares a Ginebra (10.8%), San Pablo (11.4%), Madrid (11.7%), y significativamente por debajo de Nueva York que asciende al 22.7%. Sin embargo, al arribar a conclusiones es necesario contemplar el momento en el que se realizó la investigación, el conocimiento que había de la enfermedad, y el desarrollo de la curva que tuvo características diferenciadas en cada lugar.
La encuesta de seroprevalencia reunió información y cifras que permitió obtener “una foto instantánea y diversa de la realidad” para luego crear políticas públicas en base a evidencia científica, en pos de la contención del COVID-19 en el territorio porteño.
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