El ministro Gollan vaticinó que la Argentina no tendrá segunda ola de COVID-19: qué opinan los expertos

En declaraciones radiales, el titular de la cartera sanitaria bonaerense destacó que “el AMBA lleva cinco semanas de descenso” en la cantidad de casos, y se mostró optimista de cara al verano e invierno próximo. ¿Vacuna o inmunidad de rebaño? Especialistas consultados por Infobae hicieron sus especulaciones con respecto a la ausencia de rebrotes

"Es posible que durante el verano en el país el número de casos sea menor", concidieron los expertos (Efe)

“Europa tuvo nada más que un pedacito del invierno y después vino la primavera y el verano. Este es un virus respiratorio que contagia mucho más en invierno porque está todo el mundo encerrado y ahí el virus circula con más facilidad. Nosotros ya la estamos pasando”. Para el ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires, el hecho de que los casos de coronavirus en el AMBA estén en lento pero sostenido descenso desde hace cinco semanas es una buena noticia, de cara a controlar la pandemia en el país.

Es que, así como la llegada del virus a este lado del mundo les dio tiempo a los países para preparar sus sistemas sanitarios, es esperable que el advenimiento de los meses de calor actúen en el mismo sentido respecto a la tan temida segunda ola, que en Europa ya se hace sentir.

En ese sentido, Gollán vaticinó este jueves que la Argentina “no va a tener un segundo invierno con coronavirus” y está “cerca de la solución” de la pandemia. En declaraciones radiales, señaló: “En AMBA, de 5.300 casos promedio por semana bajamos a 3.200. Sigue siendo una cantidad importante, pero la tendencia de los cuatro indicadores más importantes y prácticos que tenemos, que son los casos diarios, la ocupación de camas con enfermos de COVID-19, las llamadas al 148 y la cantidad de fallecidos, está consistentemente hacia la baja”.

Consultada por Infobae, la médica infectóloga Gabriela Piovano (MN 85.555) consideró que “lo que quiere decir el ministro es que la vacuna va a estar aprobada para el verano, así que el invierno ya encontrará a la Argentina con parte de la población vacunada”.

El médico infectólogo pediatra Eduardo López (MN 37586) analizó que en el Viejo Continente “los casos en verano bajaron bastante y cuando empezó el otoño volvieron a aumentar, no en forma uniforme sino en determinadas ciudades”.

En comparación, sostuvo que “es posible que durante el verano en el país el número de casos sea menor”. “Y tratando de interpretar los dichos del ministro, creo que él apunta a que la vacuna va a tener impacto en el número de casos”, agregó.

Seis laboratorios tienen expectativa de que su vacuna esté disponible entre marzo y abril (Efe)

Al respecto, López destacó que “seis laboratorios tienen expectativa de que su vacuna esté disponible entre marzo y abril, por lo que es posible que aunque su eficacia sea del 70%, que es baja para cualquier vacuna, resulte eficaz porque el número de casos es muy alto”.

Para el especialista que integra el comité de expertos que asesora al Gobierno en la pandemia, lo que va a ocurrir es la conjunción de esos dos factores: “Que en el verano disminuya la cantidad de casos y el segundo es que, si en abril podemos empezara vacunar a la población, cuando empiece el invierno un porcentaje estará vacunado”.

En ese sentido, aclaró que la prioridad a la hora de recibir la vacuna será: primero los mayores de 70 años, luego el personal de salud, que representa el 6% de los casos del total del país, y en tercer lugar las personas con comorbilidades o enfermedades de base.

Sin embargo, López sumó otros dos factores que a su entender pueden contribuir al control de la pandemia. “Por un lado, el virus puede pasar a ser endémico, como ayer alertó la OMS, y que es lo que ocurre cuando un virus circula todos los años en determinada época”, y si bien destacó que “la circulación del SARS-CoV-2 respecto a la estacionalidad no es muy clara”, consideró que “por los datos disponibles de Europa todo indica que tiene tendencia a aumentar en los meses de frío”.

La otra posibilidad que el experto barajó es “que le pase como a su primo hermano, el SARS 1, que con una mortalidad de entre el 8% y el 10%, mucho mayor que éste, circuló de forma importante durante casi dos años y después no se registraron brotes”.

A propósito de la escala de prioridades para la vacunación, y consultado sobre por qué se habla tanto de la relación entre la aprobación de una vacuna y el regreso de los niños a las aulas, siendo que él no los mencionó entre quienes primero serían inmunizados, resaltó que “el regreso a clases no puede ni debe estar supeditado a la vacuna porque la tasa de ataque del virus en niños y adolescentes es muy baja”.

“Hay infinidad de protocolos para minimizar el riesgo de contagio en las escuelas –sostuvo–. Los lugares complicados para la transmisión son los espacios cerrados con aglomeración de gente y sin barbijo”.

Inmunidad de rebaño y testeo, otros factores para tener en cuenta

Para Roberto Debbag, "es más probable que se alcance un nivel de inmunidad en la población" antes de que se apruebe, distribuya y aplique una vacuna (Efe)

Para el médico infectólogo Roberto Debbag (MN 60253), “es una posibilidad que no haya una segunda ola de pandemia en Latinoamérica”.

Y ante la consulta de este medio, el vicepresidente de la Sociedad Latinoamericana de Infectología Pediátrica enumeró cuáles son a su entender las causas.

La primera es que haya una cantidad importante de personas que se hayan infectado (sean asintomáticos o sintomáticos) en la población, y esto en la Argentina puede pasar: que se llegue a 30%-40% en algunas regiones de poblaciones infectadas, por lo que la enfermedad se esparce y se alcanza un nivel de inmunidad en la población que podría evitar una segunda ola”.

Y tras considerar que “la segunda alternativa es que se adecuen los testeos (que haya gran cantidad y respuesta social sanitaria para bloquear) y entonces se evite que haya una segunda ola”, Debbag opinó que la tercera, que sería “que se tenga en la Argentina a fin del primer trimestre de 2021 disponibilidad de alguna de las vacunas que hayan demostrado que son eficaces y seguras y que se vacune una gran cantidad de personas como para evitar la diseminación de la enfermedad, es la menos probable”.

“Este último, que pareciera el más probable, no lo es, porque no creo que, por más que los resultados en el mes de noviembre sean muy alentadores sobre la efectividad y seguridad de las vacunas, estén disponibles y haya una logística local que permita que en el primer trimestre se logre alta tasa de cobertura”, concluyó.

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