Según explica el Ministerio de Salud de la Nación, la salud es el estado de bienestar físico, mental y social. No se refiere únicamente a la ausencia de enfermedades, sino que es la base fundamental para que los individuos puedan disfrutar de una vida plena y satisfactoria, y dentro de este concepto hay que considerar también a la salud mental.
Los problemas de salud mental no sólo traen consecuencias negativas al individuo que los sufre, sino también a la comunidad. Y esto se ve reflejado en la actual crisis que estamos viviendo por el coronavirus, donde se han visto incrementados los problemas mentales debido a los temores, angustias, incertidumbres sobre la aparición del nuevo virus, la duración de la pandemia, la virulencia de la enfermedad, la tristeza por los seres queridos fallecidos y la acumulación del estrés generado por la pérdida de libertades y el aislamiento social extendido, los ingresos económicos afectados y otros problemas en general que emergieron este particular 2020.
Hoy se conmemora en nuestro país el Día del Psicólogo, como cada 13 de octubre, fecha que se instituyó en 1974 cuando la Confederación de Psicólogos de la República Argentina (CoPRA), entidad antecesora de la actual FePRA, convocó al Primer Encuentro Nacional de Psicólogos y Estudiantes de Psicología en la ciudad de Córdoba. Este encuentro se erigió como un espacio para pensar y trabajar por los derechos de los psicólogos, por la construcción de una identidad profesional y donde miles de psicólogos y estudiantes de todo el país unieron sus fuerzas en defensa de la psicología, como campo disciplinar específico, considerada como ciencia y profesión.
Este año, el Ministerio de Salud de la Nación destacó la importancia de la labor de los psicólogos a raíz de la aparición del nuevo coronavirus. Y ni bien se dispuso la cuarentena, en pasado marzo, señaló que “ante un evento tan disruptivo socialmente como la pandemia actual, es importante tener en cuenta que nuestra salud mental se verá afectada de alguna manera”. También comunicó que los equipos técnicos organizados desde la cartera nacional estuvieron focalizados en el desarrollo de herramientas para implementar en el marco del Plan de Acción para la Construcción de una Red Nacional de Respuesta en Salud Mental y Apoyo Psicosocial frente a Emergencias y Desastres. Así, se implementó el dispositivo ACOMPAÑAR SALUD MENTAL, una nueva línea gratuita de asistencia telefónica atendida por profesionales entrenados -0800 222 1002 opción 6-, con el propósito de reforzar el apoyo y acompañamiento a la población.
También se incluyeron profesionales de salud mental en el Dispositivo Estratégico de Testeo para Coronavirus en Territorio de Argentina (DETeCTAr) para poder brindar respuestas oportunas y de calidad frente a situaciones de problemáticas de la salud mental. En cuanto al cuidado de los trabajadores del sistema de salud, se diseñó el ACOMPAÑAR SALUD MENTAL - EQUIPOS DE SALUD, un dispositivo que se puso a disposición de las 24 jurisdicciones del país para identificar y construir colectivamente estrategias que favorezcan el procesamiento saludable de vivencias intensas experimentadas durante la pandemia.
Desde la dirección además se elaboraron una serie de recomendaciones y protocolos sobre el componente salud mental en la atención de la salud en el marco de la pandemia. Entre las recomendaciones se destaca la necesidad de mantener la atención remota para aquellas personas que estaban en tratamiento, como para quienes necesitaron iniciarlo. Asimismo, cobra relevancia la inclusión de psicofármacos en las recetas por vías digitales.
En lo referente a formación, se puso en funcionamiento el Aula Virtual “Salud Mental en Emergencias y Desastres: COVID-19”, una iniciativa abierta, gratuita y accesible. Además, se realiza un ciclo de capacitaciones virtuales a través de Telesalud para acompañar la formación y actualización de información de los equipos de salud mental que tienen presencia territorial en cada provincia. Con el fin de relevar el impacto en la salud mental de niños, niñas, adolescentes en situación de aislamiento social preventivo obligatorio, también se inició el estudio entre UNICEF y la Dirección Nacional de Salud Mental y Adicciones para relevar información que permita conocer los efectos en el estado de salud mental en esta población. Se trata de un estudio cuali-cuantitativo con enfoque epidemiológico en salud mental basado en entrevistas a niños, niñas, adolescentes, y familia de diferentes localidades del país.
La licenciada en psicología y psicopedagogía Viviana Kelmanowicz (MN 20286) reparó en el origen etimológico de la palabra angustia: viene del latín angustus que significa angosto o estrecho. Y, en un ejercicio de transferencia histórica, lo contrastó con la era del coronavirus: “Tenemos todos la mirada estrecha en este momento, eso significa que nos cuesta evaluar las situaciones de forma desapegada para afrontarlas. Tenemos mirada de túnel, tenemos la visión ‘angostada’: es difícil en estos tiempos mirar con amplitud, evaluar con tranquilidad y resolver con pericia. Es imposible no tener angustia en esta cuarentena. Que sea enorme, mediana o poco perceptible dependerá de nuestra genética, nuestro contexto cercano (hábitat, economía, afectos, ocupaciones o no ocupaciones), nuestra historia personal y lo que nos decimos sobre la situación”.
“Se podría decir que la angustia es un sinónimo de ansiedad y sinónimo de incertidumbre -estimó el licenciado Gastón Cabrera (MN 44572), psicólogo, especialista en terapia breve, hipnosis Ericksoniana y terapia online-. La angustia es la emoción más universalmente experimentada por el ser humano, la cual tiene la consecuencia de generar un efecto de inmovilización”. La calificó de visceral, obstructiva y reflejo instintivo de una amenaza, en donde se pierde la manera de obrar de manera voluntaria y libre. Y la catalogó de “lógica y normal”, en rigor al período de aislamiento actual. La angustia como un factor esperable y previsible en un contexto de adversidad. “Puede aumentar cuestiones de bases que podemos tener si no afrontamos con ciertos recursos para sobrellevarla. Hay cuestiones que pueden generar un aumento de la angustia y otros recursos que pueden servir para sobrellevar la misma, entendiendo que la angustia tiene que estar presente como una forma lógica de manifestación de lo que está sucediendo”.
“Las circunstancias que estamos transitando, en medio de una pandemia y de una cuarentena implican una crisis de sentido donde a mucha gente se le ha desdibujado el horizonte, el futuro, hacia dónde iba y proyectaba”. Lo considera un tiempo de suspensión en el que se vive un “sinsentido”: “La angustia se está volviendo pandémica y si bien es cierto que la cuarentena es una medida epidemiológicamente correcta, sus efectos psíquicos deberían estar siendo considerados”, indicó Pablo Muñoz, doctor en psicología, magister en psicoanálisis y profesor de la Facultad de Psicología de la UBA (MN 26353).
Y concluyó: “Depresión, hipocondría, ataques de pánico, riesgo suicida, síntomas corporales, desencadenamiento de enfermedades orgánicas que estaban latentes, nuevos conflictos vinculares más intensos e incluso accidentes domésticos pueden ser causados por una intensa angustia sin tramitación -enumeró-. Justamente es lo contrario de esa idea errónea, a veces enfermarse es un modo de resolver la angustia insoportable. Nadie puede vivir mucho tiempo inmerso en la angustia, eso indefectiblemente derivará en algo peor si no se lo trata adecuadamente y a tiempo. Por eso no deberían subestimarse sus efectos”.
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