Un físico del Conicet advirtió que si no se hacen cuarentenas focalizadas ante un brote y seguimiento de los contactos estrechos, Argentina va rumbo al colapso sanitario

Lo dijo a Infobae el físico e investigador del Conicet Jorge Aliaga. Qué dicen las autoridades de Salud de la Nación y el elemento clave de la responsabilidad social según una prestigiosa infectóloga

Para el físico Jorge Aliaga, "la clave del éxito ahora es testear y localizar a los contactos estrechos rápidamente" (Foto: EFE)

Según el ministro de Salud Ginés González García, “si no hay una conducta distinta de la gente, esto tiene un mal final”. Para el titular de la cartera sanitaria, hay “cinco o seis jurisdicciones provinciales que están al borde” del colapso sanitario y “hay que tomar decisiones ahora”. Las declaraciones del funcionario coinciden con la visión que se tiene en las distintas esferas del Gobierno sobre el exponencial aumento del número de casos por COVID-19 en la Argentina observado en los últimos días en distintas provincias como Santa Fe, Mendoza, Córdoba, Jujuy y Río Negro. Los nuevos casos diarios registrados por el interior del país ya superan el 35% del total, de acuerdo a los datos administrados por el Ministerio de Salud, mientras que el acapara AMBA el 65% restante. En las últimas horas fueron registrados 10.684 casos y 262 fallecidos, lo que deja un total de 461.882 infectados y 9.623 muertos.

González García, quien fue entrevistado en las últimas horas por el canal C5N, manifestó: “Desde el Gobierno estamos ocupados y preocupados, pero hay una variable que no podemos controlar, que es la circulación del virus y de la gente”. “En la medida que la circulación siga siendo sostenida y en algunos casos aumentada, naturalmente no hay con qué contrarrestar eso”, advirtió. “Nosotros mucho más no tenemos por hacer, aunque tengamos 300 respiradores sin distribuir ya no tenemos personas. Están agotadas, cansadas”, dijo en relación al personal médico.

En ese sentido, anunció el envío de asistencia sanitaria -personal y recursos- a Jujuy, Santa Cruz y Mendoza. “Estamos con una movilización al máximo, pero para mucho más no nos da. Si del otro lado no tenemos una conducta distinta de la gente, esto tiene un mal final”, reclamó.

Volver a fase 1 bajo un esquema de aislamiento estricto es una opción que analizan tanto los infectólogos que asesoran al Presidente como los que lo critican

En este contexto, Infobae consultó al físico, investigador UBA y Conicet e integrante del comité de asesores del gobernador bonaerense Axel Kicillof, Jorge Aliaga, quien fue tajante: “La clave del éxito frente a esta situación de aumento de casos exponencial en las provincias es instaurar cuarentenas focalizadas, lo primero que se hace es ubicar y localizar a los contactos estrechos y se los testea, sino el colapso sanitario ocurrirá”.

El investigador, que este lunes explicó a este medio que “si se miran las cifras pasadas, efectivamente los fallecidos se duplican cada 24 o 25 días, lo que se traduce también en la multiplicación por 10 cada 80 días, por eso es importante no naturalizar las cifras porque implica que sigan subiendo los fallecidos”, analizó ahora que los datos advierten que “Santa Fe creció bastante, tiene muchos casos, junto con Córdoba y Rosario. Estas provincias habían logrado controlar los focos hasta hace un mes, mes y medio, pero en este último tiempo la situación se descontroló”.

A partir del creciente número de casos, el panorama cambió. Y esto, según el físico, “coincide -no casualmente- con el cambio de ASPO a DISPO en esas ciudades y provincias”. Sucede que en todo el interior, salvo Resistencia, Chaco y el AMBA, “se relajó el esquema de aislamiento; se retomaban actividades tales como comercios, gimnasios, con protocolos”, afirmó, y consideró que “el problema es que en esto hay mucho de percepción social, si las personas conocen o no casos cercanos COVID-19 positivos”.

Personas disfruta del día a orillas del Río de la Plata, en medio del brote de la enfermedad del coronavirus (COVID-19), en Buenos Aires, Argentina (REUTERS/Agustin Marcarian)

De acuerdo al secretario de planeamiento de la Universidad de Hurlingham y ex decano de la Universidad de Ciencias Exactas de la UBA, la conexión entre el AMBA y el resto del país es clave: “El primer caso de un transportista que tuvo Jujuy se trataba de un hombre que había estado en el AMBA. Lo mismo sucedió en Córdoba, donde los casos se concentran en el corredor vial que conecta a esa provincia con Buenos Aires”. Y añadió: “Las rutas y las conexiones de transporte que en su mayoría van desde y hacia el AMBA juegan un papel protagónico en la propagación del virus; ya que muchas empresas y firmas dependen del puerto de Buenos Aires”.

Otro ejemplo gráfico que citó el físico es el de la distribución de un insumo básico para los argentinos: el que produce la industria láctea. “¿A cuántos lugares del país llegan los camiones con leche fresca? Esos son vehículos que llegan a cada rincón de la nación, con transportistas que están recorriendo de punta a punta el país, y llevan en algunos casos el insumo desde el AMBA”, sostuvo Aliaga.

Según especificó, “el problema de esta enfermedad es que la persona se contagia, y recién a los cinco días puede presentar síntomas, pero ya está contagiando a partir del segundo o tercer día, dos o tres días antes de tener una pista de que algo anda mal. La mayoría cuando se siente mal se asusta y busca ayuda. El problema es cuando ese individuo viene a Buenos Aires, se contagia, se siente mal y sin saber que tiene el virus comparte espacios o se reúne con otras personas en el tiempo en el que ya contagia, allí la irradiación del SARS-CoV-2 y los múltiples nuevos casos ya son un hecho y las autoridades sanitarias llegaron tarde”.

El programa detectAR busca en la Argentina positivos en los contactos estrechos de casos COVID-19 confirmados (EFE/Juan Ignacio Roncoroni)

Esto se agrava más si la técnica, estrategia de búsqueda, consiste en esperar al resultado de la PCR”, apuntó Aliaga, que agregó que “la clave del éxito para revertir esta situación es salir a testear, pero no mucho y a los 40 millones de argentinos, permanentemente, es imposible y no sucede en ninguna parte del mundo”. “Lo que se hace en todos lados es agarrar a una personaque tiene síntomas, averiguar con qué personas estuvo en contacto y pedirle a esa gente que se queden en sus casas hasta que se sepa el resultado de la correspondiente prueba diagnóstica”, ejemplificó el físico a Infobae.

La clave del éxito para revertir la situación de aumento exponencial de casos diarios es implementar cuarentenas segmentadas y estrictas en los lugares en donde hay brotes y localizar y testear rápidamente a los contactos estrechos de los casos COVID-19 sospechosos sin esperar la PCR

Si se espera a hacer el test de PCR a ese caso sospechoso, se pierden otras 48 horas, y recién ahí se consulta al posible caso por sus contactos estrechos, es decir allí ya se corre por detrás del virus, se pierde tiempo valioso, fundamental en la lucha contra la pandemia”, apuntó Aliaga.

“Entonces, la forma en la que se puede ganar tiempo es: si alguien tiene síntomas COVID-19, lo primero que hay que preguntarle es con quién estuvo cerca en los últimos días y contactarse. Pedirles a esas personas que hasta que estén los resultados de la PCR se queden en sus casas”, insistió.

Para Aliaga, no hay que esperar a tener el resultado de la PCR para consultar al paciente por sus contactos estrechos o cercanos (Franco Fafasuli)

Es que para el funcionario de la cartera de Salud de la provincia de Buenos Aires, “en el AMBA contamos con un porcentaje de positividad de alrededor del 50%. Uno debe asumir que la persona es COVID-19 positivo y en paralelo preguntarle con quien estuvo los últimos 3 o 4 días”. “Es como jugar a la mancha. Te tocan y uno tiene que quedarse quieto. No salir, por lo menos por 2 o 3 días. Es la forma más efectiva a la hora de parar la cadena de contagios. Estadísticamente no hace falta localizar a todos. Con poder encontrar a un porcentaje ya comienza a controlarse la situación”, agregó.

El problema, según su perspectiva, es que “hay personas que por situaciones personales o por personalidad no pueden quedarse quietas y por otro lado es muy difícil para las autoridades sanitarias localizar a tantos contactos estrechos cuando se tiene un nivel de 12 mil casos diarios”.

Según proyectó el físico, “por cada persona COVID-19 positiva, las estadísticas dicen que hay que contactar entre 20 a 30 personas, es decir gente que estuvo cerca o en contacto con los casos sospechosos”. Si se tiene en cuenta que en promedio los últimos días el número de casos ronda en los 10 mil infectados diarios, se tendrían que contactar telefónicamente por día a 200 mil personas, de acuerdo a estas estimaciones.

Localizar a los contactos estrechos o cercanos ayudaría a frenar el avance del virus en el exterior. A su vez, implementar en lugares en donde existen brotes cuarentenas estrictas y focalizadas, es decir parar el movimiento de personas allí por 14 días (Shutterstock)

Es por esto que además de detectar rápidamente a los contactos de los “casos sospechosos”, para Jorge Aliaga lo fundamental es implementar estrategias que permitan parar por 15 días toda la actividad que implique movimiento de personas de todos los lugares que presentan aumento exponencial de casos”. “Es la única forma de parar al virus”, analizó.

Si se tiene en cuenta que en promedio los últimos días el número de casos ronda en los 10 mil infectados diarios, se tendrían que contactar telefónicamente por día a 200 mil personas, si por cada positivo corren riesgo de exposición al virus 20 personas

Para Aliaga, “llegamos al punto de que si no tenemos una confirmación de PCR no podemos hacer nada”. Consultado en relación a si coincide con las afirmaciones de la viceministra de Salud Carla Vizzotti en relación a tratar a los resfríos como casos COVID-19 positivos, Aliaga coincide: “Tratar los resfríos como casos COVID-19 positivo es una buena estrategia, porque justamente permite ganar tiempo para contactar a los contactos cercanos”.

La ciudad de Buenos Aires no cree en el rastreo de los casos más allá de los convivientes. Pero la realidad muestra que es importante poder implementar en el Gran Buenos Aires, a través de las grandes universidades que tiene la provincia, llamar a gente COVID-19 sospechosa y confirmada”, espetó.

Para el ministro de Salud Ginés González García, "si la gente no adopta una conducta distinta, esto va a tener un mal final” (Shutterstock)

A su turno, en diálogo con Infobae, la médica infectóloga Isabel Cassetti, directora de Helios Salud (M.N. 55.583) precisó en relación al marcado ascenso de casos diarios por coronavirus a nivel país: “La situación que hoy vemos en función de los casos preocupa a todo el mundo y habría que tomar rápidas medidas de acuerdo a las jurisdicciones”.

Estamos en un momento de la pandemia en donde se observan situaciones muy diferentes por cada región. Hoy, hay cerca de un 30 a 35% de nuevos casos aportados por las provincias todos los días, frente a un 70 o 65% del AMBA; lo que ocurre en algunas provincias no sucede en otras”.

“Siempre hay cosas para mejorar, se ha hecho todo lo mejor que se pudo y podemos encontrar alguna diferencia en más o menos testeo, más o menos respuestas rápidas o robustas, siempre hay algo para mejorar”, opinó y añadió: “Ahora si no se respondió rápidamente en algunas provincias hay que hacerlo; además de implementar estrategias por regiones, focalizadas, no hay que esperar que se llene de casos esa región, hay que actuar; son necesarias medidas que sean contundentes y rápidamente actuar, tener una reacción rápida y finalmente saber que podemos tener las mejores estrategias, pero si no tenemos el acompañamiento social, la responsabilidad de las personas… todo falla”.

Para la infectóloga, quien también es jefa del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Trinidad de San Isidro Buenos Aires, “la sociedad tiene que acompañar estas medidas, no se puede juntar ni reunir, no sacarse los barbijos, no podemos movernos por los espacios exteriores sin barbijo, todo debe ser siguiendo los protocolos; la gente tiene que comprender que no se puede actuar de la misma manera como si no tuviéramos pandemia”. “Apelar a la responsabilidad social es la única manera de revertir esta situación”, enfatizó.

¿Qué es lo que pasa con la gente? ¿Hay baja percepción del riesgo o creen que no se van a enfermar? Si todos estamos viendo que un conocido, un familiar, un amigo de otro se enferma; las cosas pueden resultar bien, o no. Tiene un costo enfermarse, no es gratuito para la salud, aunque uno curse la afección de forma leve”, concluyó Cassetti.

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