Baja reserva ovárica en época de COVID-19: cuando el hijo no llega y el tiempo apremia

La pausa que la pandemia impuso en los tratamientos de fertilidad afecta especialmente a las mujeres que ven disminuida la cantidad de óvulos que le quedan y su calidad. Las posibilidades de lograr un embarazo frente a este diagnóstico van a depender de su grado y de la edad de la mujer

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La reserva ovárica está ligada
La reserva ovárica está ligada en forma directa con la edad, a mayor edad, menor reserva (Shutterstock)

La pandemia por coronavirus puso en stand by los tratamientos de fertilidad. Ahí quedaron sueños, deseos, y llegó la incertidumbre. Con el avance de las flexibilizaciones, el Ministerio de Salud tuvo en consideración algunos casos específicos donde el tiempo apremia. “Ese tiempo de la naturaleza que no está de nuestro lado. Esos casos representan el 40% de las pacientes que realizan fertilización in vitro (FIV), e incluyen a los de preservación de la fertilidad por oncología y a las mujeres con baja reserva ovárica”, comenzó a explicar el médico especialista en fertilidad Sergio Pasqualini (MN 39914).

El director de Halitus Instituto Médico detalló que “las mujeres con baja reserva ovárica son aquellas que ven disminuida la cantidad de óvulos que le quedan y su calidad. Esto es así porque el número de ovocitos disponibles es finito”.

La reserva ovárica está ligada en forma directa con la edad, a mayor edad, menor reserva. A partir de los 25 años comienza un lento declinar que se acentúa a partir de los 30 y de manera drástica luego de los 35 años.

Antes, la vida corta de la reserva ovárica presentaba un alivio porque la mujer estaba en su casa y tenía tantos hijos como la naturaleza le daba. Con la llegada de la anticoncepción y la posibilidad de regular su fertilidad, la mujer empezó a desarrollarse en otras áreas. Ahora, dilata la búsqueda de un hijo y en general tienen menos o no tiene. “Ejemplo de esto es que tan sólo 15 años atrás el promedio de edad de la consulta por fertilidad era de 33 años y ahora es de 38”, señaló Pasqualini.

Las posibilidades de lograr tener un hijo frente al diagnóstico de baja reserva ovárica van a depender del grado de la misma y de la edad de la mujer que consulta. Más joven es la mujer, más posibilidades de lograrlo -sostuvo el especialista-. Por eso, frente al avance de la pandemia, las autorizaciones para la realización de tratamientos tienen en consideración a estas pacientes a las que el tiempo les corre un poco más rápido”.

La pausa que la pandemia
La pausa que la pandemia impuso en los tratamientos de fertilidad afecta especialmente a las mujeres que ven disminuida la cantidad y calidad de sus óvulos (Shutterstock)

Por un lado, la reserva ovárica se evalúa con el dosaje de hormonas más una ecografía de los ovarios realizada en los primeros días del ciclo, que observa su tamaño y la cantidad de microfolículos que tienen. Por otro, existe la baja respuesta ovárica, es decir aquellas mujeres que al estimularlas responden por debajo de la media. “Esta es otra complicación, que en general está asociada, y se diagnostica luego de un procedimiento de fertilización asistida de alta complejidad en la que se desarrollaron pocos folículos, y por lo tanto, pocos óvulos. En general la baja reserva ovárica genera baja respuesta, aunque existen casos en los que nos sorprende la baja respuesta”, ahondó.

Y tras asegurar que “algunas de estas mujeres pueden llegar a lograr un embarazo por la vía natural, siempre que las trompas estén permeables, que el útero esté normal y que el hombre tenga una cantidad aceptable de espermatozoides”, destacó que “esto es así porque la mujer con baja reserva ovárica puede ovular esporádicamente, en algún ciclo, un óvulo normal y si las demás condiciones están dadas, se logra el embarazo”.

Esta posibilidad no hay que ignorarla sabiendo también que el tiempo de búsqueda incide, a mayor tiempo estas posibilidades van a ser menores.

¿Cómo se puede lograr un buen óvulo que resulte en un embrión de calidad en estas pacientes? “Es un gran desafío, un arte. No existe una única forma de estimular a los ovarios que utilicemos todos los médicos por igual”, explicó Pasqualini, quien puntualizó: “El esquema va a ser personalizado tanto por el tipo de paciente, como por la experiencia del médico. Es por eso que me gusta hablar del arte del manejo del ovario más que de la estimulación ovárica. Digo arte, porque es personal, es variable, va a depender de la formación de cada profesional, de su experiencia y de sus vivencias”.

“Nuestro objetivo es aprender a conocer a los ovarios de esa paciente en particular, porque no todos responden igual. Quizás, incluso, en dos oportunidades distintas con una misma medicación podemos obtener una respuesta diferente”, continuó.

La mujer con baja reserva
La mujer con baja reserva ovárica puede ovular esporádicamente, en algún ciclo, un óvulo normal y si las demás condiciones están dadas, se logra el embarazo (Shutterstock)

Los esquemas pueden ser con distintas hormonas y suplementos, pueden ser en más de un ciclo, acopiando embriones para ser transferidos en otro ciclo; y la nueva estrategia terapéutica que incluye la doble estimulación. “El Duostim permite optimizar las posibilidades en un menor período de tiempo, de aquellas mujeres que tienen una respuesta ovárica algo limitada. Se estimula y se extraen óvulos dos veces en el mismo ciclo. La idea es no sólo tratar de sumar embriones para criopreservar, sino que en la segunda estimulación se cree que en algunos casos pueden obtener embriones de mejor calidad”.

Por otro lado, existen líneas de investigación en cuanto a lo que se denomina rejuvenecimiento ovárico, pero que aún se las considera experimentales.

“La baja reserva ovárica o la baja respuesta ovárica a la estimulación no es una sentencia a no poder tener hijos, más aún si la mujer tiene no más de 37 años. Pasada esa edad las chances van a ser menores, acentuándose la dificultad año a año, mucho más a partir de los 40”, remarcó el especialista.

En estos casos, un enfoque integral siempre suma. Insistir en hábitos saludables: una buena alimentación, actividad física, evitar los tóxicos y siempre recurrir al acompañamiento emocional, una buena sexualidad, la acupuntura, la meditación y el yoga, es muy importante. “Son todas actividades y herramientas que van a movilizar los recursos propios que tiene el organismo para funcionar de la mejor manera y aumentar las chances tanto de lograr el embarazo por vía natural como por medio de algún tratamiento de fertilización asistida”, apuntó Pasqualini, quien finalizó: “Hay muchas estrategias que se trabajan y que se investigan, pero sigue siendo la donación de óvulos la alternativa con más posibilidades de éxito. El intentar con óvulos propios va a depender del deseo de las pacientes y de la posibilidad que le vea el médico tratante. El tiempo en estos casos apremia”.

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