Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la obesidad infantil es uno de los problemas de salud pública más graves del siglo XXI. El problema es mundial y está afectando progresivamente a muchos países de bajos y medianos ingresos, sobre todo en el medio urbano. La prevalencia ha aumentado a un ritmo alarmante. Se calcula que en 2016, más de 41 millones de niños menores de cinco años en todo el mundo tenían sobrepeso o eran obesos. Cerca de la mitad de los niños menores de cinco años con sobrepeso u obesidad vivían en Asia y una cuarta parte vivían en África.
Los niños obesos y con sobrepeso tienden a seguir siendo obesos en la edad adulta y tienen más probabilidades de padecer a edades más tempranas enfermedades no transmisibles como la diabetes y las enfermedades cardiovasculares. El sobrepeso, la obesidad y las enfermedades conexas son en gran medida prevenibles. Por consiguiente, hay que dar una gran prioridad a la prevención de la obesidad infantil. El sobrepeso y la obesidad se definen como “una acumulación anormal o excesiva de grasa que supone un riesgo para la salud”.
La prevalencia del sobrepeso y la obesidad en niños y adolescentes se define de acuerdo con los patrones de crecimiento de la OMS para niños y adolescentes en edad escolar, en donde el sobrepeso es entendido como el Índice de Masa Corporal (IMC) para la edad y el sexo con más de una desviación típica por encima de la mediana establecida en los patrones de crecimiento infantil, y obesidad = el IMC para la edad y el sexo con más de dos desviaciones típicas por encima de la mediana establecida en los patrones de crecimiento infantil de la OMS.
En diálogo con Infobae, Mónica Katz, médica especialista en nutrición, creadora del Movimiento No Dieta y directora de la diplomatura en Obesidad en la Universidad Favaloro, se refirió al impacto de la obesidad en la infancia, que aconseja para paliar este difícil panorama y el agravante que presupone la cuarentena y el confinamiento.
Según Katz, ciertos consejos se podrían tener en cuenta para disminuir el consumo de azúcar y alimentos con alto contenido en grasas: “La mitad de las comidas deberían ser verduras y la mitad de lo dulce debería ser fruta. Luego, existe una dificultad pues se atribuye a lo industrializado ser la fuente del sodio azúcares y grasas y en realidad casi la mitad del sodio, el azúcar y la grasa la agregamos en casa cuando preparamos recetas caseras”.
“Entonces no es tan sencillo pues falta educación al respecto, programas de TV de cocina que “dirijan” a la gente hacia la disminución de estos nutrientes críticos”, advirtió, al mismo tiempo que añadió: “Me escandaliza a veces ver lo que se enseña en estos programas en donde falta ver fuentes de frutas frescas y secas en cada programa de TV con mesa, noticiero o magazine, en cada novela prime time”. Para la especialista, “los humanos emulamos a quienes admiramos. En nuestro país se castiga una de los comportamientos con más evidencia de prevención de múltiples enfermedades: consumo de frutas y verduras, pues casi 37% de ellos son impuestos superpuestos. Estamos consumiendo menos del mínimo recomendado”, alertó.
¿Preocupa la obesidad infantil en la Argentina? ¿Se agrava la situación en tiempos de cuarentena y confinamiento? Ante esta pregunta de Infobae, precisó que “se trata de un choque de pandemias, ya que veníamos mal pues según la última encuesta ENNYS, en donde 4 de cada 10 chicos y chicas tiene sobrepeso. Y luego apareció la cuarentena prolongada. Existe evidencia de que los chicos y chicas cuando no los tenemos obligados a quedarse sentados o dentro de casa, se mueven, pero no fueron a la escuela, no fueron a la plaza, a la canchita de fútbol ni a la casa del amigo”.
“Esto implica que hemos anulado durante mucho tiempo un derecho esencial para los chicos que es jugar y hacer actividad física. Por supuesto que no había salida para poder limitar los efectos de la pandemia pero este fenómeno tendrá múltiples consecuencias en los chicos”, argumentó Katz.
Las dietas no son la respuesta
Uno de los postulados más repetidos por la prestigiosa nutricionista es que el control o regulación de la cantidad y tipo de alimentos que toma una persona, generalmente con un fin específico, es decir las dietas, no son la respuesta para poder combatir a la obesidad y/o al sobrepeso. “Los alimentos poseen múltiples funciones, aportan nutrientes, calorías, otorgan placer, identidad, modulan de emociones y estrés, socialización, sensación de logro cuando terminamos de preparar un plato de comida”, afirma.
“Las dietas que bajan extremadamente las calorías o el placer son interpretadas por nuestra mente como una señal de alarma y riesgo. Por lo tanto, ante esta señal de error, no podemos continuarlas. Hoy vivimos una vida de dietas rotas. Lamentablemente el mercado de las dietas es demasiado rentable y se siguen ofreciendo ayunos y dietas de faquir con la promesa de alcanzar un cuerpo cómodo y sano, pero, llamativamente, cada vez estamos más gordos”, agregó.
“Las dietas no funcionan en el mediano y largo plazo. La comida funciona y las dietas no, aunque les pese a muchos. Solo son el mejor predictor de ganancia de peso en los siguientes 4 años de haberla hecho”, enfatizó Katz.
5 consejos para combatir la obesidad infantil en tiempos de pandemia
La mala alimentación y el sedentarismo en las niñas y niños de Argentina se instala fuerte en medio de la pandemia del COVID-19 y aumenta en consecuencia la “pandemia tapada” de la obesidad infantil. La cuarentena que estamos transitando en Argentina hace más de 150 días agravó otras problemáticas para la salud.
El confinamiento social preventivo obligatorio obligó a muchas familias a adoptar nuevas rutinas. Los niños y niñas perdieron la posibilidad de asistir al colegio, hacer deporte, ir al club o a la plaza. De esta forma, el ejercicio físico disminuyó progresivamente. Hoy muchos menores sólo caminan de las clases virtuales al sillón o a la cama para ver videos en Youtube o jugar con la tablet o la play. A lo anterior, se suman hábitos alimenticios desordenados que elevan la obesidad infantil.
De esta manera, comienza a asomarse la “pandemia tapada” en millones de hogares argentinos. En la Argentina previa a la pandemia, 1 de cada 3 menores comenzaba la escuela primaria con sobrepeso. Esta situación empeora el rendimiento escolar, trae dificultades motrices, problemas de autoestima y es a futuro causa de enfermedades crónicas no transmisibles, que son la primera causa de muerte en el mundo.
Hay estudios de Conicet que indican que esta situación se está agravando. Para conocer más sobre este difícil panorama, Infobae consultó a nutricionistas y referentes de la problemática, quienes proponen 5 simples pasos para hacer frente a la doble pandemia:
1- Elegir mejor
Sol Mac Mullen, licenciada en nutrición (M.N. 7.440) especializada en obesidad recomienda al respecto “dos nuevos hábitos de consumo para cuidar la salud de los más pequeños son la organización de las compras en el supermercado y practicar ‘porcionar’ y freezar luego de cocinar. Esto va a ayudar no solo a la economía familiar en tiempos difíciles sino especialmente a tener un “control” sobre lo que come la familia. En tiempos de confinamiento, y teniendo en cuenta cuán a mano tenemos la heladera es clave que los adultos seamos responsables a la hora de elegir lo que compramos”. Además recomienda “Es un buen momento para volver a lo natural, elegir alimentos más nobles y reducidos en azúcar, ya que su consumo en exceso suele generar hiperacción en los más chicos y que sumado al sedentarismo generado por estar en casa pueden ser un cóctel explosivo para los estados de ánimos de todos en casa”.
2- Cocinar más
María Noel Arguello, licenciada en nutrición (M.N 3.174) recibida en la Universidad Nacional de Córdoba y creadora de Nutriendo Hábitos, sugiere: “Cocinar con los niños es una gran actividad divertida y saludable para promover e inculcar en la familia. Es una buena oportunidad para que los chicos puedan acompañar a los mayores en las preparaciones, participar de la experiencia cocinando con diferentes alimentos con sus texturas, colores y gustos. Muchos estudios demuestran que los niños disfrutan más de la comida cuando ellos mismos la preparan. Armar desayunos especiales y variados para empezar el día con energía puede ser un gran primer paso para contagiar a los más chicos con la cocina”. Además afirma “Es clave no insistir si no tienen hambre y respetar las señales fisiológicas del niño. De igual manera ofrecer alimentos especiales como base de la alimentación familia.”
3- Ordenar los tiempos
La comida entre comidas suele ser un desafío enorme. Estudios médicos recomiendan hacer al menos 1 “colaciones” entre las principales comidas; desayuno, almuerzo, merienda y cena. Siempre va a ser mejor que los niños y niñas elijan frutas o verduras (tomate cherry o zanahorias son buenas opciones) aunque cada vez son más las marcas que suman snacks saludables para mejorar la alimentación de los más pequeños, tales como Zafrán, recetas honestas.
4- Ejercitarse
Tener que quedarse en casa no evita que los chicos puedan ejercitarse. Es el caso de la tecnología, que es una gran aliada para hacerlo. Plataformas como Youtube cuentan con muchos videos para estar en movimiento y divertirnos en familia.
“La actividad física en los niños los ayuda a tener un peso saludable”, afirma Romina Lucarelli, licenciada en nutrición (M.N. 8525), especialista en nutrición deportiva e infantil, antropometrista ISAK II y docente universitaria, quien además recomienda “Es importante que los pequeños estén bien hidratados al igual que toda la familia y hacerlo no solo mientras hacemos ejercicio sino durante todo el día. La recomendación para los más chicos es de 8 vasos de agua al día, esto equivale a unos 1,6 Lts; llevar una buena alimentación es también fundamental; esto significa consumir más frutas, vegetales, preferir cereales integrales y legumbres”.
5- Salidas recreativas
Con las restricciones y distintas flexibilizaciones existentes en el AMBA y los extremos protocolos instaurados a lo largo y ancho del país psicólogos y pediatras recomiendan no dejar hacer las salidas recreativas tomando todos los cuidados necesarios para cuidarse. Acompañar a los padres a hacer las compras, salir los fines de semana a dar una vuelta a la manzana son necesarias para que los más chicos puedan renovar el aire, y porque no, los padres también.
SEGUÍ LEYENDO: