¿Es lo que se viene ir al cardiólogo por Zoom?

La pandemia cambió la manera en que las personas consultan al médico. Para muchos es una oportunidad de democratizar el acceso a los mejores, reducir costos y enfrentar desafíos de diagnóstico y tratamiento

Guardar
Los objetivos deben ser priorizar
Los objetivos deben ser priorizar a los pacientes que más lo necesitan y discriminar cuál es la forma asistencial más adecuada en cada caso (Shutterstock)

La pandemia producida por la infección por el coronavirus SARS-CoV-2 ha cambiado la forma de entender las consultas. Para reducir el riesgo de contagio de los pacientes más vulnerables, como aquellos con cardiopatías, y del personal sanitario, se han suspendido la mayoría de las visitas y se ha puesto en marcha el consultorio digital. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, las afecciones médicas se pueden resolver con éxito hasta en un 75% de los casos, por medio de la Telemedicina.

Este cambio se ha implementado en muy poco tiempo, pero parece que ha venido para quedarse. No obstante, hay grandes dudas sobre aspectos organizativos, legales, posibilidades de mejora, etc. La Sociedad Española de Cardiología ha publicado un informe que reúne a una decena de entidades vinculadas a patologías coronarias en un consenso tendiente a producir estrategias para mejorar la calidad asistencial en nuevas consultas remotas, revisando las afecciones que el cardiólogo clínico atiende con más frecuencia en su consulta ambulatoria y proponiendo parámetros en ese proceso asistencial.

De acuerdo a un estudio realizado por Impulso PR y Marketing de Influencia para Aliv.io, plataforma de consulta médica online en Perú, hasta el 74% de las atenciones médicas se pueden atender de manera remota. Sus datos indicaron que entre las especialidades médicas con mayor demanda online en junio se encuentran: medicina general, cardiología, ginecología, psiquiatría, pediatría y neurología.

“La teleconsulta ha planteado una oportunidad para muchos centros de atención en zonas rurales. Un especialista puede estar en muchos lugares a la vez y brindar teleapoyo a otros médicos. En esta coyuntura epidémica algunos médicos se han sumado a la telemedicina de manera gratuita, con la idea de que las personas que no cuenten con recursos puedan beneficiarse de esta tecnología”, indica el Santiago Bacci, médico internista e infectólogo de Venezuela, columnista habitual del diario El Nacional.

¿Cómo hacer una consulta telemática eficaz y resolutiva?

La disyuntiva de esta nueva
La disyuntiva de esta nueva situación pasa por no exponer a pacientes que están en situación de alto riesgo, pero tampoco demorar la asistencia de los que tienen mayor probabilidad de sufrir un evento cardiovascular (Shutterstock)

En esta nueva situación, se enfrenta la disyuntiva de, por una parte, no exponer a pacientes que por su condición de cardiópata están en situación de alto riesgo, pero, por otra parte, no demorar la asistencia de los que tienen mayor probabilidad de sufrir un evento cardiovascular por su situación clínica. Ser capaces de discriminar ambas situaciones para proteger a unos del contagio y priorizar la atención temprana de otros es clave para una asistencia ambulatoria adecuada al contexto.

Los objetivos deben ser priorizar a los pacientes que más lo necesitan (identificando síntomas de alerta o desestabilización de la situación basal), discriminar cuál es la forma asistencial más adecuada en cada caso (presencial o no presencial) y, por último, ser capaces de llevar a cabo un alto porcentaje de las consultas programadas para este periodo, lo cual evitará que se acumulen asistencias «perdidas» para el futuro.

Las ventajas de la consulta remota son varias, que ya eran contempladas en un plan de acción por la Sociedad Europea de Cardiología. En primer lugar, evitar la exposición al contagio de los pacientes vulnerables y del personal sanitario. En segundo lugar, reducir la necesidad de recursos, acortar plazos de lista de espera, priorizar a los pacientes que más lo necesitan y ser capaces de solucionar problemas, estableciendo un plan terapéutico y circuitos asistenciales adecuados. Sin embargo, la consulta remota también presenta inconvenientes relacionados con no disponer de la presencia del paciente, como las dificultades para una correcta identificación de éste, los problemas de comunicación ante un posible déficit sensorial, la imposibilidad de la exploración física u otras pruebas, la pérdida de la comunicación no verbal, etc. Por ello, las entidades médicas coinciden en proponer una consulta a distancia preestructurada, de tal modo de mantener bajo control la mayor parte de ítems a considerar.

No todos los caminos conducen...

Las dolencias cardíacas comprometen un
Las dolencias cardíacas comprometen un cambio de rutinas: la atención a distancia debe involucrar charlas educativas por personal de enfermería o especialistas de cada disciplina (Shutterstock)

El papel del asistente se impone, para los especialistas, como una figura clave que deberá interrogar por síntomas para transmitir al cardiólogo la presencia de alarma, evaluar si hay déficit sensorial o de comprensión que aconseje la presencia de un familiar en la consulta a distancia y solicitar al paciente que se tome medidas biométricas (presión arterial, frecuencia cardíaca, peso) y anote los fármacos que toma o cualquier pregunta que desee formular al cardiólogo.

Coinciden tanto los profesionales españoles como los de la comunidad europea, en establecer plantillas de formato preestablecido para estructurar la visita en anamnesis, valoración de pruebas complementarias realizadas, resumen del caso y toma de decisiones en el plano diagnóstico y/o terapéutico. Todo ello debe quedar documentado en la historia clínica, así como las pruebas complementarias solicitadas o las recomendaciones, para facilitar la continuidad asistencial.

Para el código deontológico, la consulta remota es éticamente aceptable, siempre que haya una clara identificación entre médico y paciente, y se garantice el respeto a las reglas de confidencialidad, seguridad y secreto previstas en el código. Las lagunas legales respecto de la responsabilidad médica están presentes.

En la fase previa al alta del síndrome coronario agudo, las políticas de seguimiento remoto del caso deberán, según los especialistas, dejarse asentadas. Colaborando con el paciente a la hora de darle las herramientas de autoevaluación que sean necesarias para el seguimiento.

Esta crisis sanitaria está cambiando
Esta crisis sanitaria está cambiando conceptos clásicos de la práctica clínica, y las nuevas tecnologías emergen con enorme rapidez (Shutterstock)

Los pasos remotos a seguir involucran los síntomas, la adherencia terapéutica y los posibles efectos secundarios. Se debe revisar la optimización del tratamiento, que en ocasiones puede no haberse implementado. En colaboración con rehabilitación cardíaca, una valoración individual del riesgo de practicar ejercicio físico sin monitorización, lo que permitirá seleccionar a los pacientes con bajo riesgo para formación remota sobre ejercicio físico.

Las dolencias cardíacas comprometen un cambio de rutinas. Por ello, la atención a distancia debe involucrar charlas educativas sobre la enfermedad, los factores de riesgo cardiovascular, la dieta, el ejercicio físico y la sexualidad, por personal de enfermería o especialistas de cada disciplina. En esta etapa de implementación de la práctica, las asociaciones de profesionales coinciden en abrir espacios de videoconferencia que habiliten la doble vía de contacto.

La Sociedad Latinoamericana de Ritmo Cardíaco (LAHRS) se pronunció a favor de postergar todas las alternativas de consulta, realizando fuertes protocolos para intervenciones que no pueden ser postergadas por su inminencia o gravedad, tanto para pacientes con como sin coronavirus. Este escrito es una fuente reafirmada por las diferentes entidades de la región

Esta crisis sanitaria está cambiando conceptos clásicos de la práctica clínica, y las nuevas tecnologías emergen con enorme rapidez, pero en este proceso es vital tener en cuenta las fases más esenciales de la transformación y la mejor manera de implementar la telemedicina de manera segura y efectiva. Para ello, la evaluación periódica de resultados, una vez puestas en marcha estas tecnologías, es clave para conocer dónde estamos y adónde queremos ir.

Se debe gestionar de manera adecuada la adaptación a la nueva situación y la regulación legal de la consulta remota para su correcta aplicación práctica sin ambages, evitando que pueda generar dudas o lagunas legales.

SEGUÍ LEYENDO

Cardiólogos alertan que por miedo al COVID-19 ha bajado un 60% la atención de pacientes infartados

Guardar