Cada año en la Argentina se presentan alrededor de 6 mil nuevos casos de cáncer de cabeza y cuello y fallecen anualmente cerca de mil personas por esta causa, lo que representa un promedio de 2,6 decesos diarios. Es una enfermedad que sigue enfrentándose a la demora diagnóstica, que se estima que puede llegar a 6 meses o más. Sin embargo, diagnosticado y tratado en forma temprana, el cáncer de cabeza y cuello presenta una tasa de curación del 80%.
Cada 27 de julio se conmemora el Día Mundial del Cáncer de Cabeza y Cuello, con el objetivo de generar más conciencia en la población y lograr que más gente llegue a tiempo a la consulta para mejorar sus chances de tratamiento. En el marco de esa fecha, desde la Fundación Atención Comunitaria Integral del Paciente Oncológico (ACIAPO), con el auspicio de la Asociación Argentina de Oncología Clínica (AAOC) y Merck, se llevará adelante una campaña de concientización en redes sociales con mensajes informativos y de prevención para la población.
Los tumores de cabeza y cuello son aquellos que se originan en la vía aérea digestiva superior, involucrando desde las fosas nasales, la boca, la faringe, laringe, glándulas salivales, senos paranasales y las glándulas tiroides y paratiroides. Del total de diagnósticos de cáncer de cabeza y cuello, 4 de cada 10 corresponden a la boca, 33% se sitúan en la laringe y el 23% restante en la faringe. Se estima que la enfermedad se presenta en una relación de 3 varones por cada mujer.
“Aunque es un cáncer que puede detectarse fácilmente, lamentablemente en dos tercios de los pacientes se llega a la consulta tardíamente y los recibimos en estadios avanzados de la enfermedad. Por lo general, la gente minimiza los síntomas, esto tiene que ver con el desconocimiento sobre la enfermedad, pero también influye la falta de acceso a centros especializados, ya sea por razones económicas o de logística. La mayoría de estos tumores se puede diagnosticar con sólo abrir la boca”, subrayó el Dr. Raúl Giglio, médico oncólogo, Jefe de Oncología de la Unidad Funcional de Tumores de Cabeza y Cuello del Instituto de Oncología Ángel Roffo-UBA.
Según señaló Giglio, los síntomas varían de acuerdo a la localización del tumor, por ejemplo: si éste se encuentra en la laringe, lo más probable es que se presente disfonía o dificultad para tragar, lo mismo con la faringe, y en ambos casos puede manifestarse un bulto en el cuello. Los ubicados en la cavidad oral pueden provocar lesiones del tipo de las úlceras. Si cualquiera de estos síntomas persiste por más de 10 días, debe realizarse una consulta médica.
Entre los factores de riesgo tradicionales para desarrollar alguno de estos tumores se encuentran la ingesta desmedida de alcohol y el tabaquismo, que incrementan 40 veces la posibilidad de desarrollar un tumor de cabeza y cuello. El virus de papiloma humano (HPV) se ha convertido en un creciente factor de riesgo en los últimos años.
“En los pacientes fumadores, hablamos de un atado por día, y respecto del alcohol implica ingestas de medio litro o un litro por día; el único procedimiento preventivo es dejar de fumar y consumir alcohol en forma responsable”, insistió Giglio.
Además, hoy se agregaron las infecciones por virus como causa de los tumores de cabeza y cuello. Actualmente el virus del papiloma humano, HPV, que posee más de 100 cepas distintas, de las cuales las más frecuentes asociadas al cáncer son la 16 y 18, que no sólo producen tumores en la zona orofaríngea sino también tumores de cuello uterino. También está el virus de Epstein-Barr, pero presenta una baja incidencia en la Argentina, ya que es típico del sudeste asiático y del norte de África”, señaló el Dr. Giglio.
Afortunadamente, Argentina hoy cuenta con vacuna contra el HPV la cual brinda protección frente al virus y como consecuencia disminuiría los casos de cáncer de cabeza y cuello, algo que según Giglio, “se verá dentro de 20 años, probablemente”. No obstante, además de la vacunación la recomendación es utilizar profilaxis durante la práctica de sexo oral.
“Es importante que la gente sepa que si el tumor es pequeño la posibilidad de curación ronda el 80 por ciento. En cambio, si el tumor es grande, la curación baja al 30-40%. La extensión tumoral va a determinar el tratamiento”, enfatizó el especialista.
Hoy tenemos identificadas tres demoras en el diagnóstico: una del paciente, que no identifica los síntomas; luego, del primer profesional que lo ve, que no piensa que puede tener un tumor y, finalmente, una vez hecho el diagnóstico, está la demora hospitalaria, donde el paciente tiene que encontrar quién lo trate, porque no todos los centros tienen la adecuada infraestructura para el tratamiento. Estos tiempos de demora significan unos 6-9 meses en promedio, es mucho tiempo”, apuntó Giglio.
Para Marta Artigas, Presidente y Fundadora de ACIAPO, “aún hace falta mucha difusión, en líneas generales no se conocen los síntomas o se los confunde con otras enfermedades. Tenemos que trabajar para que no se pierda tiempo valioso, irrecuperable, para llegar al diagnóstico”.
Entre los tratamientos disponibles, se encuentran la cirugía, la radioterapia y la quimioterapia, que serán utilizadas dependiendo del tamaño del tumor. Incluso para los estadios más avanzados hoy existen alternativas innovadoras que han demostrado excelentes resultados en ralentizar el avance de la enfermedad.
“El cáncer tiene una impronta de que es una patología que no se cura, pero afortunadamente en el cáncer de cabeza y cuello -detectado a tiempo- las tasas de curación son altas. Es fundamental propiciar un programa de seguimiento y apoyo para los pacientes, tratando de abarcar a personas de todo el país para que accedan a la información y a los recursos. Se necesita mucha contención para afrontar esta enfermedad y las personas tienen que poder identificar los síntomas para avanzar con una consulta”, concluyó Artigas.
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