La enfermedad COVID-19 afecta de distintas maneras a cada persona, aunque la mayoría de los que se contagian presenta síntomas de intensidad leve o moderada y se recupera sin necesidad de hospitalización, según la OMS. Ahora bien, de acuerdo a una encuesta realizada por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC por sus siglas en inglés), los pacientes que participaron de la investigación compartieron al menos uno de estos tres síntomas: fiebre, tos y falta de aire.
El análisis, publicado el viernes en el Informe semanal de morbilidad y mortalidad de los CDC, cubrió a 164 personas con casos de COVID-19 confirmados por laboratorio en los Estados Unidos. Todos los pacientes eran sintomáticos y todos se enfermaron entre el 14 de enero y el 4 de abril.
Dado que COVID-19 es una enfermedad nueva y que la información sobre los síntomas era limitada, especialmente entre los pacientes que no habían sido hospitalizados, los CDC enviaron más encuestas a pacientes identificados por los líderes locales de salud. Se les pidió a los pacientes que informaran sobre una amplia variedad de síntomas y también sobre cualquier síntoma adicional que no fuera ampliamente reconocido.
Entre estos pacientes, casi todos, el 96%, habían tenido fiebre, tos o falta de aire y alrededor del 45% experimentaron los tres.
La tos fue el síntoma más común: el 84% de los pacientes encuestados dijeron que tenían tos, de acuerdo con los hallazgos del equipo de los CDC y funcionarios estatales de salud. La fiebre fue el siguiente síntoma más común, pues el 80% de los pacientes informaron que la tenían. La falta de aliento se asoció más comúnmente con personas que fueron hospitalizadas.
Los pacientes también experimentaron una amplia variedad de otros síntomas, incluidos dolor muscular, escalofríos, fatiga y dolor de cabeza. Al menos un problema estomacal, más comúnmente diarrea, fue informado por la mitad de los pacientes. Algunos pacientes también informaron síntomas gastrointestinales como dolor abdominal, náuseas y vómitos.
Un mayor porcentaje de personas que no tuvieron que ir al hospital perdieron su sentido del gusto o del olfato.
Estos resultados no son generalizables, ya que las pruebas se restringieron a ciertos pacientes durante este período de tiempo y los pacientes hospitalizados probablemente estén sobrerrepresentados en la muestra de personas encuestadas, pero los datos dan a los médicos una mejor idea de quién podría necesitar una prueba o incluso ser aislado para frenar la propagación de la pandemia de COVID-19.
En los últimos días, un nuevo síntoma de coronavirus se sumó a la larga lista para estar atentos: sarpullidos en el interior de la boca. Esas erupciones se conocen en el mundo médico como enantema. “Un enantema es un sarpullido en las membranas mucosas. Es muy común en los pacientes con enfermedades virales, como la varicela y la enfermedad de las manos, los pies y la boca. Una característica de muchos sarpullidos virales es que afectan a las membranas mucosas”, señaló la doctora Michele Green, del Hospital Lenox Hill de Nueva York, en diálogo con HealthDay News.
“Se trata de un signo de la mucosa oral. En realidad, el coronavirus produce lesiones cutáneas y este signo podría estar relacionado con un exantema de la piel. Al mismo tiempo, podría estar vinculado al dolor de garganta que produce el coronavirus. El enantema, que no produce molestias, es común en patologías virales. Lo vemos en el sarampión, en la varicela y en otras afecciones de origen viral”, sostuvo consultada por Infobae la doctora Graciela Fernández Blanco, ex jefa del Servicio de Dermatología del Hospital Tornú.
Todavía no se sabe qué tan común es este nuevo y extraño síntoma de COVID-19. El argumento es atendible y responde a la seguridad de los equipos médicos que examinan a los pacientes: “Debido a problemas de seguridad, a muchos pacientes con sospecha o confirmación de COVID-19 no se les examina la cavidad oral. Aquí describimos variantes de enantema en una serie de pacientes con COVID-19″.
La dermatóloga especialista en estomatología (especialidad que se ocupa de las enfermedades de la boca que excluyen a los dientes) aseguró que el signo “no es tan frecuente” por esa misma razón. “En general, a un paciente con sospecha de COVID-19 no se le revisa la cavidad oral. Siempre es importante que al momento de presentar una lesión sospechosa cutánea el paciente consulte a los especialistas”, concluyó Fernández Blanco.
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