¿Cómo sigue la pandemia en la provincia de Buenos Aires? Esta pregunta fundamental para el viceministro de Salud bonaerense se conecta otra más importante aún en este tiempo pandémico: ¿Cuál es el riesgo real de colapso sanitario ahora que estamos transitando una ola ascendente o pico de contagios?
Endurecer la cuarentena o volver a fase 1 suena a poco en la mirada epidemiológica compleja que posee el viceministro de Salud de la Provincia de Buenos Aires, Nicolás Kreplak sobre la pandemia. Como buen y auténtico médico sanitarista es sólido en el manejo de los conceptos sobre el tiempo pandémico, sabe de qué está hablando y tiene un mirada sistémica de las estrategias a implementar. Repite que la pandemia principalmente vino a mostrar crudamente la gran deuda sanitaria que tiene en general la Argentina y en particular su territorio, la Provincia de Buenos Aires (PBA), con sus habitantes y con su pueblo.
“Cuando asumimos la gestión en la PBA en el ministerio bonaerense contábamos con menos de la mitad de las camas actuales de Terapia Intensiva , no había ni siquiera ministerio de Salud, ni un área epidemiológica capaz de hacer un solo seguimiento; no estaban terminadas las guardias. Incorporamos más de 1500 trabajadores al sistema de salud y estamos incorporando 2500 más”, precisó en diálogo con Infobae.
A Kreplak hace tiempo que le preocupan las epidemias silenciosas y erradicadas que cada tanto reaparecen como el sarampión y la rubéola, entre otras, y que embisten a los más débiles generando un combo -muchas veces letal- entre extrema pobreza, falta de vacunación y falta de asistencia sanitaria que acecha la provincia de Buenos Aires, un territorio que conoce bien con sus defectos y virtudes. Ahora su obsesión junto a un gran equipo es la pandemia por COVID-19.
Los números en la provincia de Buenos Aires hablan por sí solos y son contundentes. Y hace pocos días se conocieron datos exactos y discriminados distrito por distrito. El tema caliente es el crecimiento del índice de ocupación de las camas de terapias intensivas partido por partido. Por dar un ejemplo, el 47% de las camas de terapia intensiva (UTI), COVID Y no COVID, en la provincia están ocupadas. La provincia tiene 1.300 camas de terapia intensiva en los hospitales.
Además, Kreplak valoró la cuarentena, “permitió armar el sistema de salud”, y aseguró que sin el distanciamiento preventivo, social y obligatorio, “hoy seríamos seríamos San Pablo o Nueva York”.
“El conglomerado urbano del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) es uno de los más grandes del mundo. Era tal la velocidad de los contagios de los primeros días que al principio teníamos una tasa de duplicación de dos días. Sin medidas restrictivas, en 15 días hubiéramos tenido contagios masivos”, añadió.
Por otro lado, se refirió el índice R, que mide a cuantas personas contagia cada infectado: “Si el índice sigue estando arriba de 1, se van a acumular casos. Por eso, la pendiente todavía está subiendo. Es indispensable que baje por debajo de 1, para que empecemos a tener cada vez menos casos. Hoy, el índice R está por arriba del 1,5 en la provincia”.
Preocupado por dejar en claro que la coordinación en la estratgeia epidemiológica entre CABA y PBA es total, a la vez aclaró que “es lógico que adoptemos estrategias distintas, porque tenemos territorios distintos. Y para dinamizar las decisiones armamos una mesa técnica de trabajo. El foco en el AMBA está puesto en la reducción de la tasa de contagios del coronavirus. Y luego que esto ocurra se podrá hablar de flexibilización”, exclamó contundente Kreplak.
-¿Cree realmente que estamos cerca o no del colapso sanitario? ¿Qué cree que hay que hacer para evitar o al menos atenuar ese colapso?
-Nosotros en la provincia de Buenos Aires no estamos cerca de un colapso sanitario por cómo se encuentra nuestro sistema de salud. Porque la cercanía del colapso no es por el uso o por la variable de la ocupación de camas, sino por la tendencia en la velocidad del crecimiento de casos -que es tan rápida y por eso se la gráfica como si fuera una ola- que puede llegar a ocupar todas las camas. Nosotros justamente estamos permanentemente estudiando el tema y advertimos que no podemos dejar las cosas como están. Nuestra responsabilidad es advertir sobre estas cuestiones porque podríamos poner en riesgo la supervivencia del sistema de salud.
-¿Qué nuevas decisiones epidemiológicas o qué cambios habría que implementar para evitar llegar a ese colapso?
-Todos aquellos cambios que sean necesarios y que puedan darnos una reducción en la velocidad del crecimiento de casos, para esto hay múltiples estrategias. A los que dicen, “hay que hacer testeos”o “hay que hacer una búsqueda activa”, les digo que no existe una sola solución para un tema complejo como es una pandemia, son múltiples los abordajes porque el tema en sí mismo es complejo.
De todas las cosas que se pueden hacer, la restricción de la circulación o aislamiento o cuarentena es una de las más antipáticas porque es homogénea - iguala a todos a hacer lo mismo - y eso es un problema. Pero es una de las estrategias que nos quedan y hasta ahora es efectiva. El resto las estamos haciendo a un 110 por ciento de las posibilidades. Desde que asumimos la cartera de Salud de la provincia, lo que se había logrado como récord histórico, lo quintuplicamos en estas semanas; y sin embargo como ocurrió en otros países del mundo, con sistemas sanitarios desarrollados, no alcanza.
Nosotros queremos ir administrando esta atención, para que en ningún momento se sature el sistema de salud y que no tengamos que elegir a qué argentino o argentina darle un respirador.
-¿Qué sucede con la apertura de los datos del AMBA?
-Los indicadores importantes epidemiológicos los compartimos, el R no se extrae, se calcula. Pero a medida que avanza la pandemia algunas decisiones pueden utilizar algunos indicadores, según cada jurisdicción. No hay diferencia política ni de criterio de fondo. Incluso acabamos de formalizar una mesa técnica entre PBA y CABA para el seguimiento de la evolución de los contagios y tomar las decisiones con rigurosidad en base a datos.
-Viceministro, la idea más difícil para que comprenda la sociedad frente a la cuarentena y a la necesidad de sostenerla es ¿Cómo habiendo decretado un aislamiento obligatorio -acertadamente temprano que permitió ganar tiempo crítico para fortalecer al sistema de salud- luego de 93 días tenemos tan cerca el riesgo de colapso sanitario? ¿Qué falló?
-Con la crisis gravísima que encontramos a la salud pública de la Provincia de Buenos Aires; si no hubiéramos puesto ese freno que nos permitió reorganizar la demanda del sistema de salud, terminar las obras y abrir nuevos hospitales , comprar tecnología y equipamientos, contratar equipos... era un plan que teníamos para desarrollarlo a lo largo de los años de gestión y hubo que hacerlo en 2 meses.
El sistema de salud de la PBA tiene 55 mil trabajadores y 80 hospitales de la PBA más 200 hospitales municipales. Los profesionales de la salud han trabajado sin parar, sin descansar, el esfuerzo fue inconmensurable y quienes hace tiempo estamos trabajando en el sistema de salud venimos señalando el profundo estado de abandono que tenía.
No somos un país del primer mundo que fue invirtiendo a lo largo del tiempo en salud, incluso pasó meses atrás en países europeos con sistema de salud fuertes y con capacidad económica como Italia, España, Alemania que también se han saturado. En el caso de la PBA se combinan dos cuestiones: el estado de abandono del sistema de salud y la dinámica propia que tiene esta pandemia, con muchos casos juntos, en poco tiempo y que se espiralizan graves.
En la Argentina tenemos que saber que con las medidas que hasta aquí se han tomado, hemos evitado tener 10 o 15 veces la cantidad de muertos que tenemos hasta este momento. Las preguntas entonces que surgen y que nos tenemos que hacer son: ¿Cuánto vale la vida de nuestra gente? ¿nosotros queremos un pueblo enfermo? ¿Queremos que se mueran nuestros viejos? O podemos hacer un esfuerzo como sociedad y pensar en la solidaridad.
Los países del mundo que negaron estas medidas como la cuarentena - apelando a la idea de la supervivencia del más apto- no solo que están lamentando sus miles de víctimas, sino que la sociedad vio cómo se morían sus familiares y ellos solos empezaron a cuidarse.
Como Estado tenemos la responsabilidad de plantear pautas de cuidado, y seguramente es antipático, pero es nuestra responsabilidad. No puedo marcar una fecha en el calendario, bajemos ahora la cantidad de contagios, y mi intención es priorizar la vida de los argentinos.
-Uno de los epicentros en la PBA para bajar los contagios es la aplicación tenaz del Plan Detectar en los barrios vulnerables, que implica ir a buscar los casos y sus contactos ¿Cómo piensan profundizar esa tarea en los barrios que hoy resulta vital para frenar la propagación del virus?
-Coincido en que es un trabajo vital, pero no porque el epicentro de contagios esté concentrado en los barrios vulnerables; sino por las propias condiciones habitacionales de los barrios , que obliga a que haya más contacto entre las personas. Se dan brotes concentrados de muchas personas en poco espacio y de repente.
La decisión que nosotros hemos tomado producto de cómo entendemos el abordaje es aplicar el concepto de epidemiología comunitaria, es el abordaje del problema en el territorio con la comunidad.
Aplicamos la búsqueda activa con los equipos de salud territorial, casa por casa, e interactuando con las organizaciones sociales. Hemos visto más de 200 mil personas, hacemos cuestionarios sobre las condiciones sanitarias, PCR a los casos sospechosos; y luego a los COVID-19 ofrecemos trasladarlos para que no contagien al círculo familiar; y luego iniciamos la búsqueda de los contactos estrechos. En paralelo a todo esto tenemos que desplegar una enorme logística y despliegue para asistirlos en sus trámites de pensiones o jubilaciones o asignaciones, comida y asistencia en general. Hasta ahora hemos logrado que se recuperen en pocas semanas los barrios cada vez que aparece un brote. Pero estamos día a día en esta tarea.
No es este el momento para pensar ‘me agote de la cuarentena’ y salir a la calle, pensando que nada me va a pasar. Este no es el momento para impulsar esas ideas. no tiene coherencia, cuando empiecen a bajar los casos discutimos y analizamos cómo liberar más actividades. Estamos entrando al mes de julio y asistimos cómo aumentan los números de contagios, por lo que impulsar la idea de hartazgo de la cuarentena es jugar a la ruleta rusa.
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