Tomás Orduna, médico infectólogo (M.N. 61.528), jefe del servicio de Medicina Tropical y Medicina del Viajero en el Hospital de Infecciosas Francisco Javier Muñiz de la Ciudad de Buenos Aires que integra el consejo de asesores del presidente Alberto Fernández, se refirió en diálogo con Infobae al creciente número de casos y fallecidos por COVID-19 en la Argentina, el primer día de running en CABA y la falta de distanciamiento social, la delicada situación en los barrios vulnerables y la circulación del virus SARS-CoV-2 en el transporte público, entre otros grandes temas:
-¿Cuál es su visión respecto a la fase de la cuarentena en la que se encuentra el AMBA? ¿Es inminente la vuelta a la fase 1?
-Creo que no, no veo como inminente la vuelta a la fase 1 de la cuarentena en el AMBA. Hay algunas diferencias en los posicionamientos dentro de las aperturas de CABA y lo que ocurre con provincia de Buenos Aires, en cuanto a ver estas aperturas con mayor preocupación. Creo, no tuvimos reunión los grupos de trabajo puntualmente respecto a esto ni ayer (jueves 11) ni hoy (viernes 12), pero mi sensación hoy es que básicamente se va a apelar al sentido común para aplicar por un lado, con todo lo que se ha ayudado a partir de cómo manejarse con el running, las bicicletas, el caminar, etc y por otro lado mayor rigurosidad en el control de quienes pueden transitar por la Ciudad, y qué negocios pueden estar abiertos habida cuenta que hay una sensación popular de que hay mucha gente en la calle, este es un clamor popular por lo menos para el área de CABA, pero hace un rato hablaba con gente del municipio de Avellaneda que me decían que veían mucha gente en la calle, y no los vemos a todos protegidos adecuadamente, incluso vemos 3 o 4 personas conversando sin barbijo, como si estuvieran en un día estándar del mes de enero.
-Respecto a la actualidad del COVID-19 en el país, ¿Considera que la argentina está entrando en el pico de contagios?
-Si tomamos a la Argentina por cómo tenemos que informar nosotros a la Organización Mundial de la Salud, obviamente venimos en la subida de la colina, los números así lo muestran, los últimos días hemos superado los mil casos. Pero más allá de cómo nos reportamos como país, lo que está claro es que hay una suerte de dos lugares diferenciables dentro de la Argentina: aquellos donde tenemos que sostener la cuarentena con mucha rigurosidad todavía, llámese Área Metropolitana de Buenos Aires que corresponde al territorio de CABA más el Gran Buenos Aires (AMBA), estamos en torno de 13, 14 mil kilómetros cuadrados, con alrededor de 15 millones de habitantes, que va tan lejos como desde La Plata a Zárate, y desde la costa del Río de la Plata hasta 50, 60 kilómetros para el oeste y la ciudad de Resistencia con el Gran Resistencia, que son los dos focos de transmisión autóctona que tenemos de carácter comunitario, diferenciado de lo otro, gran parte del país que representa más del 85% (del territorio), que tiene que ver con todos los lugares donde las fases de la cuarentena han avanzado de manera importante, sin dejar de recordar que aún en ese avance, como lo hemos visto en provincias como Salta, Jujuy, Mendoza, etc, en algunas de ellas ha habido algunos mini brotes producto de la llegada de alguna persona desde zonas de transmisión comunitaria y esto nos pone en evidencia que debemos recordar que tenemos que estar muy atentos, muy vigilantes y con mucho trabajo para cuando vienen personas de estas regiones focalizarnos en la posibilidad de que alguna de ellas pudiera inadvertidamente portar el virus.
Por lo cual tenemos dos momentos o regiones para diferenciar: en una se concentra el 95% del registro de casos nuevos que es el AMBA, un número de 40 casos por día aproximados en la región del Chaco con epicentro en Resistencia, y después esos pequeños chispazos que se han dado por ejemplo en Colón, Entre Ríos, a partir de una suerte de inconsciencia de un grupo compartiendo una rueda de mates.
Estamos con números que de manera global son muy favorables. Pensemos que llevamos más de 3 meses (de cuarentena) y en este tiempo los números que tenemos son muchísimo menores a lo que hubiésemos tenido si no hubiésemos hecho las cosas bien, basta con compararnos con Brasil, que es el que hizo peor las cosas.
-¿Cuáles son las tres medidas que se deberán sostener en el tiempo junto con el aislamiento para protegernos del coronavirus?
-Sin dudas la medida que hemos discutido durante dos o tres meses, con respecto a la máscara, dentro de lo que es el distanciamiento social, que contempla hoy día el cubre nariz boca, tapaboca o barbijo casero, insistiremos que todo lo que es de uso del equipo de salud no debe ser usado por la comunidad en general y por eso se fabrican máscaras y se venden cubrebocas en cualquier lugar de la ciudad hecho con tela, es fundamental. Acabo de leer y recibir un artículo con una evaluación muy poderosa de una de las principales revistas (científicas) del mundo, donde en un exhaustivo examen, la primera medida que estos investigadores han encontrado como eficaz es el cubre nariz boca, que a uno lo lleva a pensar que hicimos que estuvimos discutiendo tanto tiempo. Cuando veíamos por enero, febrero, y a comienzos de marzo, había una diferencia entre lo que pasaba en los países orientales versus lo que había comenzado a pasar en el occidente europeo, Italia, España a la cabeza, pero después ocurrió en gran parte de Europa y uno de los elementos que había indudablemente como diferencia era el uso del barbijo como lo hemos registrado.
Al fin y al cabo sabemos que esa medida es fundamental, a la que le agregamos exhaustiva higiene de manos, con muchísima rigurosidad y frecuencia y la distancia de dos metros o más entre las personas, independientemente de que estén protegidas, igualmente mantenerse distante. Estas son las 3 medidas del distanciamiento social más importantes y las vamos a tener que seguir llevando y en varios lugares de la Argentina donde se fue cambiando la fase de la cuarentena -que por supuesto ha sido súper exitosa- esas medidas de distanciamiento las tenemos que seguir poniendo en práctica sí o sí.
-¿Qué sucedió de acuerdo a su perspectiva con los runners en la ciudad de buenos aires? ¿Se flexibilizó demasiado pronto la cuarentena?
-Como creo que le pasó a muchísimas personas, a gran parte de la población, cuando uno encendió el televisor y empezó a ver en todos los canales de noticias que la gran nota tenía que ver con esa suerte de descontrol con respecto al no uso de todas estas medidas de distanciamiento social, fue muy frustrante, y a mí en particular me generó frustración y bronca, podríamos estar echando por la borda un trabajo comunitario, social, de tres meses, con toda la conducción que han tenido los ministerios de Nación, de CABA, Provincia de Buenos Aires, etc.
Esa no podía ser la forma en que nos movilizáramos para poder tener esos espacios de actividad física de muchísima importancia para la salud física y mental o psicológica, pero indudablemente atentando contra lo que hemos logrado. Por suerte fue solamente el lunes, el primer día, hubo una rápida respuesta del Gobierno de la Ciudad para darle una canalización de coherencia y de sentido común, sosteniendo la distancia social que hemos mencionado y desde el martes hasta acá la cosa ha mejorado sustancialmente. Tenemos que recordar que depende de nosotros, que cuando se van abriendo algunas posibilidades, sean por comercios, actividades como salir a dar una vuelta por el barrio, etc, nosotros, cada uno con nuestra conciencia somos los que tenemos que ponerle límite a nuestro ímpetu por hacer otras cosas o de alejarnos.
No podemos tener todos todo el tiempo alguien que nos esté señalando que estamos haciendo las cosas mal. Tampoco generar violencia que uno le dice al otro para colocarse el tapabocas, recibe una mala respuesta y se genera un momento de altercados entre ciudadanos, hay que evitar todo eso. Tenemos que evitar todo eso, hay que tener mucha conciencia para intentar que de ser posible no haya más casos, porque donde hay más casos, tarde o temprano hay más muertos, y para no tener que retroceder.
Creo que las autoridades tiene que en todo aquello donde puedan, controlar un poco más, volver a tener un poco más de presencia de disuadir esta falta de comportamiento que es de una parte de la población, mucha gente viene cumpliendo el aislamiento a raja tabla sin necesidad que le digan más nada.
En diálogo con Romina Calderaro y Eduardo Caími por AM750, Orduna amplió: ”No estamos siendo solidarios para evitar nuevas muertes, ya que cuando hay más contagios hay más muertes. Lo que hemos hecho acá el lunes pasado fue patético, después hubo que usar correctivos de todo tipo, con una inversión del Estado poderosa, hubo que poner policías, ambulancias, un montón de situaciones en la vía pública que demandan una energía que debería estar focalizada en otro lado, cuando lo maravilloso sería el autocontrol de cada uno, dan mucha tristeza y una bronca brutal este tipo de imágenes“.
-¿Preocupa en particular los contagios en los barrios vulnerables?
-Lo de los barrios vulnerables lo teníamos todos como una variable que podía generar algún desarrollo diferente de la epidemia en el modelo, en principio latinoamericano, también lo extendíamos al África, a India, donde están los bolsones de pobreza y la gente vive en condiciones urbanas deficitarias, con hacinamiento, con falta de muchos servicios como el agua potable o la disposición adecuada de residuos finales. Sabiendo que en la Ciudad de Buenos Aires prácticamente el 2% de los habitantes viven en barriadas populares o villas, en el Gran Buenos Aires tenemos cientos de asentamientos, villas y barrios vulnerables, esta era una de las variables que ya las empezamos a hablar a poco de entrar en el tema en el mes de febrero, que íbamos a ver cómo podía impactar diferente al hemisferio norte desarrollado donde no hay este tipo de urbanización deficitaria.
Y entonces claro que preocupaba, lo que pasó hace poco más de un mes que empezó y llegó (el virus) de manera importante al área de la Villa 31, de la 1-11-14, la 20, etc. y posteriormente lo que vimos acá un poco más cerca con lo que empezó a ocurrir en el Gran Buenos Aires, la villa Azul, José Luis Cabezas en La Plata Ensenada, ahora lo que estamos viendo por el lado de Tigre. Son lugares en donde las condiciones para sostener distanciamiento y aislamiento social son muy difíciles y por lo cual se generó el aislamiento barrial, es decir tratar de salir lo menos posible del barrio, como para que el virus no esté circulando y después vino una manera de rápidamente actuar sobre las barreras vulnerables con el plan detectAR, esto es ir a buscar los casos positivos, a las personas que tienen síntomas, y de esa manera por un lado ofrecer la asistencia médica necesaria y por otra realizar el aislamiento de la persona positiva y el seguimiento y control de los contactos.
-¿Cómo se podría actuar en relación al transporte público?
-Ha sido gran parte del temor, en el modelo de CABA, ya que abriendo muchos negocios sabíamos que una parte de los empleados y trabajadores provienen del Gran Buenos Aires, con lo cual lo que iba a generar era la necesidad del transporte. Se sabe en el mundo entero que el transporte público es un lugar de máxima potencial contagiosidad por la cercanía de las personas. Por supuesto que hoy sabemos que una medida eficaz es la máscara o el barbijo, pero no se puede cumplir adecuadamente si dejamos replecionar sean los vagones del ferrocarril, colectivos o subtes, esos son lugares de alta potencial contagiosidad, no solo tenemos la relación de las microgotitas de una persona infectada, sino que también sus manos podrían inadvertidamente pudieran estar contaminadas en diferentes momentos, tocando picaportes, manijas, pasamanos, con lo cual eso también es una fuente potencial de infección. El disminuir esa aglomeración de personas es fundamental también dentro de todas estas medidas para seguir manejando números que podamos contener desde el punto de vista sanitario.
-¿Cómo es la situación respecto a la disponibilidad de camas de terapia intensiva en CABA y Provincia de Buenos Aires?
-Hoy (viernes 12) recibimos un informe del Ministerio de Salud de la Nación, donde las camas ocupadas, con y sin COVID, en el ámbito de Capital y Gran Buenos Aires, estamos con alrededor de un 45% de camas disponibles en el sector público del área del AMBA. Hay hospitales en donde esa disponibilidad supera el 50%, en otros donde es el 20, 25% y otros casi a tope. Con COVID en el ámbito de CABA estábamos con 117 pacientes (en terapia intensiva) en el ámbito del sector público hoy por la mañana.
-¿La situación crítica en Brasil, Chile y otros países limítrofes podría agravar el panorama local, a pesar del cierre de fronteras vigente?
-No sosteniendo el cierre. El cierre de fronteras, de límites o de alguna manera un control muy importante para saber quien puede entrar y por qué razón de necesidad pudiera cruzar ese límite o frontera, es muy importante todavía en la apertura, de países que ya han pasado la curva, y están prácticamente en un número muy reducido de casos. Como país estamos teniendo que sostener esa limitación del movimiento y esto implica sin dudas que las fronteras tengan que seguir cerradas, es una muy buena protección, porque no pueden venir masivamente personas, por ejemplo desde el Brasil, lugar con una alta transmisión, y números impactantes.
-Por lo que se sabe hasta el momento, ¿Es posible que una persona que tuvo coronavirus pueda volver a tener la enfermedad? ¿Y qué sucede con los pacientes asintomáticos a propósito de lo dicho por la OMS?
-Este particular virus, que todavía seguimos conociendo. Ha ocurrido algo que es un fenómeno único en la literatura médica, al día miércoles había 20 mil artículos publicados en la base médica de los Estados Unidos que es donde se concentra toda la literatura mundial que tiene revisión por pares científicos en todas las revistas, en solamente 5 meses, estamos hablando de una producción de 4 mil artículos mensuales promedio que va en una escalada logarítmica brutal.
En toda esa impresionante parafernalia científica, hay descripciones de personas que comprobadamente tuvieron reinfección. Nosotros no lo hemos podido ratificar en nuestro modelo, pero le pusimos mucha oreja a eso, hay que seguir de cerca a los pacientes, tiene que seguir sosteniendo el distanciamiento social, aunque haya formado inicialmente anticuerpos en su sangre, porque hay algunas dudas sobre cuánto duran esos anticuerpos en la sangre. Otra cosa que también se vio y está publicado es que algunas personas no llegan a montar ninguna respuesta defensiva (contra el virus SARS-CoV-2) y serían quienes potencialmente son candidatos a esa reinfección, son poquitos pero pueden existir. Todavía se está conociendo mucho sobre ese aspecto.
-¿Para los pacientes más graves, el plasma convaleciente de recuperados por COVID-19 podría ser la respuesta?
-Desde el punto de vista racional yo tengo un anticuerpo que va a bloquear al virus, eso debería funcionar para bajar la cantidad de virus que yo tengo circulante, y por consiguiente menos daños por infección de diferentes tejidos y a su vez probablemente menos estimulación para que yo tenga respuestas inflamatorias que puedan perjudicarme. Se están desarrollando protocolos, en nuestro país también, hay trabajos ya con la posibilidad de desarrollar anticuerpos a partir de la inoculación en caballos, como se hace para conseguir los antivenenos para serpientes, arañas y demás y ahí entonces después sacar anticuerpos que se purifican. Pero ahora necesitamos protocolos, porque la última revisión grande que se hizo, por ahora nos dice que están empatados, no hay una clarísima evidencia de que si se usa es completamente efectivo. Veremos qué pasa con COVID, todavía no lo tenemos 100% claro.
-¿El virus está perdiendo fuerza? ¿Cuál cree que será el panorama a futuro de la pandemia en argentina?
-Respecto a pérdida de fuerza, no hay ninguna evidencia científica de que el virus ha cambiado desde que salió en enero a dar vueltas por el mundo desde Wuhan, China, y que hayan cambiado los modelos en cuanto a mayor o menor virulencia, en todo caso por ahora se considera que es el mismo virus. Y con respecto a nosotros (la Argentina) tendremos que seguir surfeando este mar que está medio bravo en los últimos diez días, tenemos que pasar todavía nuestra pandemia, seguimos en la fase ascendente de la montaña, no sabemos cual es la altura de la montaña que tendremos que transitar y después.
¿Cómo seguirá la cosa? Seguirá con apertura lenta en toda el país, esperemos llegar en no mucho tiempo a que en el AMBA podamos empezar a abrir esta posibilidad de ir descalando las fases, vendrá un tiempo seguramente del tipo intermedio entre lo que fue la epidemia y lo que pueda ser una “nueva normalidad” como se dice, ojalá que podamos volver a cuasi 100%, pero van a quedar algunas cosas instaladas como el concepto solidario que cuando estoy enfermo no me desplazo a ningún lugar, no voy a la casa de nadie, no voy a trabajar, y si tengo alguna situación de tos residual, alergia nasal, uso barbijo para no expeler gotitas que potencialmente de manera inadvertida en un asintomático sea de COVID o de otra infección y contamine, el sostener fuertemente la higiene de manos y superficies, probablemente haya cosas que tengamos que continuar como humanidad, con este cambio global, y veremos qué pasa con una potencial segunda ola o no, que antes que nos pudiera ocurrir, veremos el comportamiento del virus en el hemisferio norte.
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