La mirada sobre la estrategia epidemiológica de la pandemia por coronavirus en la Argentina en el caso del médico argentino Luis Alberto Cámera, quien integra la mesa chica de asesores científicos del presidente Alberto Fernández, es imposible escindirla de su especialidad. Cámera es experto en gerontología y entre los convocados a la mesa de Alberto siempre fue el más conservador con la apertura de las salidas recreativas. El deporte y la recreación para el final, se lo escuchó decir. Argumentos no le faltan si se mira la realidad con el cristal de Cámera, que representa la voz de la franja etaria más vulnenable en la escala de letalidad que provoca el COVID -19: los mayores de 65.
Cámera es actualmente el jefe de la sección Medicina Geriátrica del servicio de Clínica Médica del Hospital Italiano de Buenos Aires. Y además en su noble condición de correntino verborrágico y comprometido con su rol social que le confiere su profesión y este momento socio-histórico excepcional, dejó bien clara su posición desde el primer día. “Faltan meses para poder volver a los usos y costumbres anteriores a la pandemia".
Y tal vez en sus propias palabras se puede encontrar la explicación a las declaraciones -con exabrupto incluído: ¡Millennials estúpidos!, que hizo en las últimas horas al referirse a la salida de los corredores en la Ciudad de Buenos Aires. Para el resto del grupo de expertos médicos cuando se cruzan las fotos de los últimos días en CABA y se contextualizan con el ascenso sostenido de los casos positivos (más de mil por día en la última semana) se prenden las alarmas y aparece el fantasma de volver a la etapa 1 de la cuatentena social, preventiva y obligatoria.
Cámera además es considerado un referente entre los médicos internistas en el país y un académico formador de varias generaciones de médicos. Aceptó el diálogo con Infobae para explicar sus dichos y ampliar sus consideraciones científicas sobre el progreso de la pandemia por SARS-COV-2 en el país y en la región.
— Doctor Cámera ¿Cree usted que esta especie de "fiebre running” tiraron por la borda las medidas que el equipo de expertos le brindaron al presidente, o no?
- No, no se tiró por la borda. Aunque fue un acto estéticamente no muy agradable de ver, no creo que haya tenido un impacto epidemiológico significativo. Pero sí tuvo un impacto político que de alguna manera generó un poco de lío. Yo quisiera disculparme con los runners, a lo mejor se sienten perseguidos personalmente. No es para nada la intención. El hecho es que no tuvieron el cuidado de estar todos alejados y separados. Este es un punto fundamental.
Ahora le voy a dar una explicación de por qué cometieron ese error. Puede haber una explicación que es real, sé que es una pulsión que tenemos, porque somos animales gregarios, vivimos en manada, vivimos juntos. Y el coronavirus nos prohíbe eso. Entonces sé que no es fácil cambiar ese hábito de vida. Yo pongo un ejemplo: si el coronavirus atacase a los leones, los mataría a todos, porque ellos no sabrían separarse. Es más, cuando están enfermos se juntarían, lo cual todavía es peor. Acá nos tenemos que separar, y es una cosa genética que tenemos, somos seres sociales.
Esa pérdida de control - falta de distancia social - que se generó me alarmó, y uno dice, ¡pero mirá que les avisamos, que les dijimos, que les hablaron! Y eso generó también una reacción política negativa porque se mostró mucho. Y por su parte, la provincia de Buenos Aires, tiene mucho temor de tener un brote y que haya un drenaje de casos hacia ahí, entonces está asustada. Ese mismo día al presidente le hacen una entrevista, que es una persona muy sensata y que yo respeto muchísimo, y dice a lo mejor estamos pensando en volver a la fase 1, que es estar encerrados totalmente otra vez. Es como mucho y todo junto. Por otro lado, le digo a los runners, ¡ salgan a correr, muévanse! pero con total respeto de las normas, a rajatabla. A rajatabla porque no queda otra.
No creo que las salidas de los corredores en CABA tengan un impacto directo sobre el aumento de casos, pero lo que sí advierto, y a lo mejor me equivoco pero lo advierto, es que como vamos a seguir teniendo más casos en la Ciudad de Buenos Aires y en el Conurbano es posible que dentro de diez días haya más casos. Y es lo que debería haber porque estamos en la etapa de la montaña que va hacia arriba.
Entonces cuando vengan más casos voy a estar escuchando las voces que van a decir, eso es porque salieron a correr. Y va a ser difícil, diferenciar una cosa de la otra. Yo a lo mejor me expresé de una manera un tanto vehemente. Desde ese punto de vista les pido disculpas. Pero no renuncio a la manera de pensar. Tal vez a la forma, pero no renuncio a la manera de pensar. Nos tenemos que cuidar entre todos. Y a lo mejor cuidándonos entre todos es estar alejados del amigo, de la amiga y del familiar.
— Entonces, ¿usted doctor Cámera con lo que está en desacuerdo es más con la implementación de las salidas a correr que con la medida en sí misma?
—Mire, si tenemos que poner gente en la calle yo pondría gente con tareas importantes, aquel que pueda atender su pequeño negocio o su profesión, o su oficio. Y todo lo que es recreativo que venga un poco después, una vez que estemos más seguros que tenemos controlado el virus. Desde ese punto de vista, sí tengo una cierta discrepancia con la gente. Me van a hablar de la salud psicológica, y yo lo entiendo muy bien. Están bien las expresiones, ¡nos sentimos mal!; ¡no damos más!; ¡estamos enojados!: ¡escuchamos malas noticias, y encima nos dicen que ahora viene lo peor!. Pero véanlo también desde el ángulo de la persona que tiene pequeños oficios, y que no lo está pudiendo hacer y que está deprimido económicamente. Ese está sufriendo mucho. Entonces tratemos de encontrar un equilibrio entre los dos puntos. Estoy a favor de que la gente pueda salir, y también de que salga con los chicos. El problema es que con el fenómeno de los corredores, no nos dimos cuenta cómo se iba a comportar la gente, y ahí se armó lío. No es que se pueda correr, es cómo lo hacen.
— Ahora yendo al manejo de la pandemia sobre todo en el AMBA desde una mirada más general, los casos aumentaron en las últimas semanas de manera sostenida, ¿Cómo seguimos entonces, cree que volveremos a la fase 1?
— Eso se dictaminará con el consejo asesor que acompaña al presidente y el presidente que trabaja con los ministros de Salud, con el gobernador de provincia de Buenos Aires y con el ministro de Salud de Ciudad. Se está trabajando de manera conjunta hasta ahora muy bien. Y ellos decidirán las medidas. Pero no hay mucho más para improvisar, hasta el día de hoy seguimos con la terapéutica del alejamiento social y eventualmente volver a una cuarentena dura. A mí no me gustaría que eso suceda, como a a nadie. Tenemos que hacer muy bien los deberes en este momento para no retroceder. Usemos las medidas de aislamiento la mayor cantidad de tiempo posible para no tener que volver atrás.
El virus es muy, muy nocivo en las ciudades grandes porque se pierde el distanciamiento social. Y además está el tema del transporte, por donde también se moviliza mucho. Y el hacinamiento. Y también las ciudades grandes tienen mucha población pobre. Entonces ahí es particularmente nocivo. Y en el AMBA particularmente creo que estamos ante una situación potencialmente complicada. Las medidas que están haciendo los tres ministerios son oportunas y están controlando la situación. Vamos a tener un pico pero un pico desde mi olfato digamos tolerable.
— Tener a un país vecino como Brasil y que tiene una política sanitaria frente a la pandemia totalmente distinta a la nuestra, eso es peligroso ¿no?
— Es peligroso. Es nuestro socio comercial más importante. Con Brasil estoy preocupado no solamente por la salud de los brasileros que uno les tiene mucho cariño, sino también porque van a morir en cantidades increíbles. Además de eso también me preocupa la relación entre Argentina y Brasil, y el impacto en el Mercosur, es un punto que las autoridades van a tener que poner en la agenda. Pero deberán tener cuidado, porque Brasil en los próximos dos meses va a estar en una situación sanitaria sumamente complicada.
— Doctor Cámera, ¿para usted hasta cuánto debería durar la cuarentena ?
— Ahora tenemos tres semanas por delante que son las más complicadas por el invierno. Y después veremos cómo se comporta en julio. A mí me da la sensación por las proyecciones que estudiamos que en julio vamos a seguir con dificultades. Entonces llegaríamos hasta agosto. Y ahí veremos en agosto si se puede abrir.
ENTREVISTA: MARCO DIZ
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