El SARS- Cov- 2 es un virus con alto índice y rapidez de contagiosidad. Estamos aprendiendo sobre él, si bien aún no comprendemos muchos detalles ni tenemos conocimientos firmes sobre la inmunidad que deja, sabemos con certeza que produce una enfermedad muy grave, sin nada que lo frene todavía.
Entre las cosas que sí sabemos se encuentra la alta presencia del virus en la nariz, la boca y la faringe: el territorio del cuerpo al cual nos dedicamos especialmente los otorrinolaringólogos.
Si bien muchos pacientes recurren a la telemedicina, hay otros que necesitan o prefieren ser atendidos en el consultorio.
Es por esto que, en otorrinolaringología, la consulta médica debe transcurrir con medidas especiales, tanto para el profesional como para el paciente:
- Lo ideal es atender con un sistema de turnos previos. Esto impide la reunión de varios pacientes en la sala de espera y permite mantener el distanciamiento físico.
- Al ingresar el paciente, se controla la temperatura y se le ofrecen folletos explicativos en los que se resalta la importancia del lavado de manos frecuente y el uso de alcohol en gel.
- En caso de que el paciente sea menor de edad o presente alguna discapacidad, pueden ingresar dos personas al consultorio. Caso contrario, solo ingresa el paciente.
- Si bien es de práctica habitual, los profesionales debemos extremar las medidas de higiene: el lavado de manos entre una consulta y otra es mandatorio.
- Las superficies del consultorio (escritorio, estantes) deben limpiarse también entre pacientes con agua y lavandina diluida. Si se cuenta con otro consultorio, se recomienda alternar.
Como se mencionó, el SARS-Cov-2, tiene apetencia por el epitelio olfatorio y, en especial, por la célula olfatoria, llamada también primera neurona. El virus se une a los receptores que se encuentran en las cilias de sus dendritas y causa daño allí. El resultado es la aparición de la pérdida aguda del olfato (anosmia) y, por consiguiente, la incapacidad para saborear (el olfato da el 80% del sabor).
El virus tiene, además, predilección por el epitelio respiratorio, en especial por las células cilíndricas ciliadas y las células caliciformes. Sus receptores, la proteína ACE-2 y la proteasa de transmenbrana TM-RRSP, actúan como anfitrionas frente al coronavirus, que invade las células y, a partir de allí, se replica.
Al revisar las fosas nasales durante la consulta, se utiliza solución salina hipertónica, cuya función es aumentar la velocidad del transporte del moco, y facilitar la fluidificación y el paso de este a la vía digestiva.
En caso de realizar alguna práctica (rinoscopia, otoscopia), una vez finalizada se colocan los materiales para esterilizar en sus correspondientes recipientes. Se recomienda desinfectarlos con paños de limpieza descartables humedecidos con oxivir o toallas de papel.
Estos elementos de limpieza deben desecharse en una bolsa negra y, en caso de tratarse de de algún material biológico, como por ejemplo sangre o algún otro fluido, en bolsa roja.
En el examen otorrinolaringológico, para examinar la faringe, el paciente debe abrir la boca. La lengua es un reservorio para el SARS-Cov-2. En la lengua hay receptores ECA-2 (en alta densidad). En estudios recientes se comprobó que, en la primera semana luego de la infección, el virus se replica y es activo en las vías aéreas altas. Es por esto que, antes de examinar al paciente, le indicamos hacerse buches o gárgaras con cloruro de cetilpiridinio, ya que se ha visto que tiene efecto sobre la envoltura lipídica del virus inactivándolo. Es importante implementar este procedimiento como una medida más de las conocidas en la profilaxis.
Al colocar un bajalenguas, en algunas oportunidades el paciente puede tener un acceso de tos o vómitos. En este momento se expanden las gotitas de Flügge, por lo que es importante que el profesional cuente con todos los elementos de protección personal.
Ya en el ámbito hospitalario, en las guardias de otorrinolaringología se realizan traqueotomías de urgencia en aquellos pacientes con COVID-19 que cursan con cuadros graves de insuficiencia ventilatoria. Aquí también es imperativo que el especialista cuente con el equipo completo de protección personal.
Por otra parte, en estos días se observa que acuden a la consulta pacientes con enfermedades no tan frecuentes en esta época del año, como:
- Neuralgia del trigémino: es el dolor del nervio trigémino principal nervio sensitivo de la cara. El paciente nos cuenta que siente un dolor raro, tipo calambre (como una corriente eléctrica) que afecta la cara, una sensación de ardor repentino que se intensifica al comer, al hablar y al reír. También puede haber contracturas faciales e incluso síntomas que aparecen al estar expuestos a una corriente de aire frio. La causa de estos síntomas puede ser la presión sobre el nervio. En más de una ocasión se confunde con un dolor dentario o de oídos, dura pocos segundos a minutos y cede repentinamente y el paciente concurre a la consulta, donde se constata que la membrana timpánica del lado del dolor está intacta. Es así que se descarta que se trate de un cuadro ótico y se piensa en esta neuralgia.
- Disfunción temporo-mandibular. Esta es la articulación más pequeña del aparato músculo-esquelético. Debido al bruxismo, generado por el estrés, se produce una contractura de los músculos faciales. Esto causa, a su vez, un dolor generalizado que el paciente refiere en el oído. En el examen otoscópico se constata que las estructuras del oído están normales, pero cuando se examina la articulación, se siente un clic al abrir la boca. Ayuda al diagnóstico la inspección de los dientes, que suelen presentar desgaste y apiñamiento.
- Reflujo gastroesofágico: el paciente concurre mencionando la sensación de cuerpo extraño a nivel de la garganta y refiere sentir opresión en el cuello, muy característica de este cuadro y producto del ácido gástrico que sube desde el estómago hacia el esófago. Estos pacientes suelen tener el antecedente de gastritis, lo que se suma a los desarreglos en la dieta que se observan con tanta frecuencia en estos días de aislamiento. Al realizar el examen físico se observa la mucosa faríngea muy roja, edematizada y congestiva. Se le sugieren al paciente algunas medidas dietéticas y otras como no acostarse inmediatamente después de comer o dormir con dos o tres almohadas, esto impide el ascenso del ácido gástrico. Además, puede estar indicado el tratamiento farmacológico en os casos más graves.
- Síndrome basilar-vertebral: aquí el síntoma principal es el vértigo. El paciente siente que gira alrededor de los objetos o que, por el contrario, los objetos giran a su alrededor. El vértigo suele estar acompañado de un síndrome vagal (sensación nauseosa y vómitos). Se realiza el examen clínico, se medica si corresponde, y siempre se indican masajes descontracturantes, pues la contractura muscular hace que los vasos sanguíneos de la región del cuello se obstruyan, disminuye la irrigación y así aparecen los síntomas.
- Prurito (picazón): ya lo dijo Freud, “la piel es la expresión del alma”, por lo que no necesariamente se necesita de una reacción alérgica para que la piel “hable”. En estos días es muy frecuente la consulta por el resquebrajamiento y sequedad de la piel de las manos debido al uso de alcohol en gel y el lavado de manos más frecuente. Para esto, se indica el uso de cremas o emulsiones y, en algunos casos, algún antihistamínico.
* Stella M. Cuevas, médica otorrinolaringóloga (MN 81701). Especialista en olfato y alergista. Ex presidente de la Asociación de Otorrinolaringología de la Ciudad de Buenos Aires (AOCBA)
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